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Domingo de Ramos con Maria 2018

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sábado, 14 de enero de 2012

Homilia la II Domingo del Tiempo Ordinario 2012



EMPIEZA LA AVENTURA MAS IMPORTANTE

COMENTARIO AL SEGUNDO DOMINGO DEL T.O. “B” 08
San Juan 1, 1 al 18
15 de enero 2012

Bienvenidos a nuestra cita dominical,
Que la Paz del señor sea con Ustedes


Hoy la Iglesia se viste de blanco para celebrar el 2° domingo del tiempo Ordinario del ciclo B. En este domingo empezamos la aventura más fascinante y única: conocer al Señor. Una aventura que nos llevará toda una vida, una experiencia diaria, profunda, humana.

Conocer al Señor, no con el único deseo de estudiarlo o analizarlo, sino con el deseo de que salte la chispa de una verdadera amistad que haga nuestras sus ideas y pensamientos, que nos impulse a buscar lo que El busca, a desear lo que El desea, a morir por lo que El ama.
El evangelio de hoy nos presenta la primera aventura de amistad que tuvo el Señor. Un día en que El pasó por donde estaba Juan Bautista con sus discípulos.

Era un día tranquilo. Siempre nos reuníamos con Juan para aprender algo más del camino de la verdad. Pero ese día ocurrió algo especial, muy especial. Un hombre joven de mirada dulce y caminar sereno pasó por nuestro lado. Juan, al verlo, se le quedó mirando fijamente y dirigiéndose a nosotros nos dijo: “este es el Cordero de Dios”. Esta era una frase que él no había usado anteriormente, aunque sí en no pocas oportunidades nos había advertido que vendría alguien a quien no era digno ni de desatarle las correas de sus sandalias. Y, sin duda, había llegado ese anunciado. Todos sentimos como una fuerza interior que nos atraía hacia El. Así que, casi como automáticamente, nos levantamos y lo seguimos. Yo sentía que empezaba una aventura muy especial en mi vida, un camino nuevo, algo que no sabía definir. El entonces volvió la vista y nos preguntó “¿a quien buscan?”. Su mirada tenía algo de magnético, pero su voz y su hablar era la de un hombre sencillo, uno del pueblo. Maestro, ¿dónde vives?, le dijimos. Y él, con mucha sencillez nos contestó: “vengan y lo verán”. Fuimos pues con El y nos quedamos casi todo el día. Estábamos fascinados de sus explicaciones, de sus comentarios, de sus puntos de vista. El no podía ser otro sino el Mesías que tanto habíamos esperado.

El Mesías era una figura muy esperada y deseada por el pueblo hebreo por la actividad política que desarrollaría para liberar la Palestina de la ocupación romana. El imaginario de esta figura era más bien la de un político militar. Se necesitaba una fuerza y un liderazgo que transformara la situación de ocupación forzada que vivía la Palestina en una de libertad. Pero aquel primer encuentro reveló en aquel hombre un perfil diverso. No era el caudillo que disponía del poder de las armas, sino un hombre sencillo y normal. De hecho no habló para nada de la liberación de la opresión del pueblo, aunque sí demostró un amor extraordinario por la humanidad. No se presentó rodeado de muros protocolarios propio de los que ponen antesalas ante su persona, sino en un plano horizontal, que motivaba a una relación de amistad.

En efecto, yo sentí esa tarde que algo nuevo empezaba en mi vida, pero desde ese primer momento también sentí que esa amistad significaría un riesgo para mi propia vida. No sabía por qué, pero lo intuía. De todos modos, en todos nosotros brotó un deseo común. Salir e ir a anunciar a otros lo que habíamos visto, escuchado, encontrado. Esto era digno de comunicarse. Por eso, salimos y a persona que veíamos le decíamos: escucha, hemos encontrado a alguien extraordinario, no puede ser sino el Mesías esperado. Y uno de los que más se entusiasmó por conocerlo fue Simón Pedro, el hermano de Andrés.

Pedro era un pescador, bastante vivaz e impulsivo. Un hombre no dado tanto a la reflexión sino a la acción, y que evidentemente esperaba al Mesías, como todos los de su pueblo. Por eso, la invitación de su Hermano Andrés lo movió de inmediato a conocerlo y fue a ver de qué se trataba. Y el encuentro fue realmente toda una sorpresa. El maestro lo miró y le dijo: Simón Pedro, hijo de Juan. Tú te llamarás Cefas, es decir, Piedra. Esa era la misión que desempeñaría en su proyecto.

Yo, por eso, me acerco también a ti Señor, para que me digas, cuál es mi nombre, cuál es mi misión en tu proyecto, cuál es la parte que me toca realizar. Qué hermoso poder afianzar esta relación de amistad contigo. Cuenta conmigo para tu proyecto de salvación de mi pueblo. Tú eres mi Mesías.
Y ahora viene lo más importante
Pero ahora viene lo más importante: tu encuentro personal con el Señor Jesús. Toma, pues, el evangelio en tus manos, San Juan Capitulo 1 versículos del 1 al 18 y trata de sentir lo que el señor te quiere comunicar.
Quédate pues ahora a solas con El y cuenta con nuestras oraciones.
Agradecemos muy sinceramente al Padre Pedro García por su colaboración en esta reflexión y a ti por haber estado con nosotros.


¡Y te esperamos el próximo domingo!.


Escrito por: padre Javier San Martín SJ para COMENTARIOS A LA LITURGIA DE LOS DOMINGOS
http://faculty.shc.edu/jsanmartin/2012/01/14/empieza-la-aventura-mas-importante-b08/