Fiesta de la Visitación de la Virgen a su prima Isabel
31 May. 14 / (ACI).- La Iglesia Católica celebra este 31 de
mayo la fiesta de la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel, a quien
acompañó y sirvió durante tres meses estando ambas embarazadas, de Jesús y de
Juan el Bautista, respectivamente.
El relato evangélico da cuenta del episodio en el
que la Madre de Dios saluda a Isabel y ella, "llena del Espíritu
Santo" contesta: "¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a
mí?".
En una de sus catequesis sobre este episodio de la
vida de Jesús, el Beato Juan Pablo II explicaba que "con la expresión ‘mi
Señor’, Isabel reconoce la dignidad real, más aún, mesiánica, del Hijo de
María. En efecto, en el Antiguo Testamento esta expresión se usaba para
dirigirse al rey y hablar del rey-mesías".
"El ángel –prosigue el Papa polaco– había
dicho de Jesús: ‘El Señor Dios le dará el trono de David, su padre’ Isabel,
‘llena de Espíritu Santo’, tiene la misma intuición. Más tarde, la
glorificación pascual de Cristo revelará en qué sentido hay que entender este
título, es decir, en un sentido trascendente".
El Papa Wojtyla precisa que "Isabel, con su
exclamación llena de admiración, nos invita a apreciar todo lo que la presencia
de la Virgen trae como don a la vida de cada creyente".
En el año 2001, Juan Pablo II hacía la siguiente
reflexión sobre esta fiesta: "es muy significativo que en el último día de
mayo se celebre la fiesta de la Visitación. Con esta conclusión es como si
quisiéramos decir que cada día de este mes ha sido para nosotros una especie de
visitación. Hemos vivido durante el mes de mayo una continua visitación, como
la vivieron María e Isabel. Damos gracias a Dios porque la liturgia nos propone
de nuevo hoy este acontecimiento bíblico".
Una de las oraciones que los católicos rezan hoy a
la Madre de Dios es la siguiente:
"Dios todopoderoso, tu que inspiraste a
la Virgen María,
cuando llevaba en su seno a tu Hijo,
el deseo de visitar a su
prima Isabel,
concédenos, te rogamos, que,
dóciles al soplo del Espíritu,
podamos, con María,
cantar tus maravillas durante toda nuestra vida.
Por
Nuestro Señor Jesucristo.
Amén".