Refrescando el Verano del Peru

Domingo de Ramos con Maria 2018

Domingo de Ramos con Maria 2018
Domingo de palmas con Maria 2018

martes, 28 de septiembre de 2010

P. Lombardi presidió Eucaristía por los 470 años de la aprobación de la Compañía de Jesús en el Gesù de Roma




P. Lombardi presidió Eucaristía por los 470 años de la aprobación de la Compañía de Jesús en el Gesù de Roma

El 27 de setiembre de 1540, se aprobaba por primera vez y de manera oficial la “Fórmula del instituto” de la Compañía de Jesús, de mano del Papa Paulo III, que significa el reconocimiento de parte de la Iglesia de la naciente orden religiosa. 470 años después, en la “Iglesia madre” de la Compañía, se ha celebrado una Eucaristía recordando este acontecimiento. La invitación, realizada por la Provincia italiana de la Compañía y la Dirección de las Casas Internacionales en Roma, reunió a más de 120 jesuitas, amigos y amigas de la Compañía en esta ciudad.

La Eucaristía estuvo presidida por el P. Federico Lombardi SJ, Jefe de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, y Asistente del P. General. La celebración tuvo un momento especial en las palabras que el P. Lombardi dirigió a los asistentes. Luego de realizar un recorrido histórico sobre la elaboración de esta “formula”, centró su atención en lo que significa para la Compañía recordar hoy las características y el contexto de su nacimiento. Luego recordó el llamado que los Papas han hecho a la Compañía y la realidad y retos que hoy enfrenta. Reproducimos algunas partes de esta homilía que, al sentir de muchos, invitan a la oración y discernimiento. Como señala el P. Lombardi, “(Al recordar estos acontecimientos de la primera Compañía), parece algo normal y se da por descontado, pero en aquel tiempo no era así, por eso es justo recordarlos hoy para caer nuevamente en la cuenta”:

“Ignacio y sus nueve primeros compañeros, reunidos en Roma, estaban puestos a disposición del Papa a fin que los pueda enviar donde considerase mejor para el servicio de la Iglesia. Con este envió del Papa, el grupo podría haber logrado, con éxito, muchas misiones individuales, probablemente fecundísimas, pero se hubiesen disuelto, sin una continuidad en el porvenir. Así, los compañeros se reunieron para orar y reflexionar juntos si esto era lo que verdaderamente Dios quería de ellos, o si su mayor Gloria era dar continuidad al grupo, para que otros pudiesen seguir y compartir su género de vida y su ideal apostólico, y poner al servicio de la Iglesia en el futuro tantos hombres generosos y apasionados”.


“Entre marzo y junio de 1539, por la mañanas los compañeros desarrollaban su apostolado espiritual y caritativo y por las tardes se reunían a orar y a pensar sobre este tema. Hasta ahora no habían pensado en algún modo de fundar una nueva orden religiosa. Su género de vida era muy diverso a los de las órdenes religiosas ya existentes, que vivían en los conventos y dedicaban gran parte de la jornada al rezo en coro del Oficio divino. Los compañeros sentían en cambio que “su casa era el mundo” (Nadal) y que el servicio a los otros, con la palabra y la caridad, requería una gran disponibilidad de tiempo y elasticidad en su uso” (…)

“Nuestra casa no es el convento. Nuestra casa es el mundo. Nuestro horizonte es largo como el mundo, por eso ofrecemos al Papa nuestra disponibilidad y fidelidad para que se sirva de nosotros allá donde considere seamos útiles para el servicio de la fe. Los votos religiosos tienen en sí un valor espiritual ascético, pero sobretodo nos hace libres para servir, para ser enviados, libres de nosotros mismos y de otros vínculos”. (…)






“La Formula misma, la que hoy recordamos su aprobación, nos interpela directamente: ‘Los que quieran agregarse a nosotros… inspirados por el Señor, se hayan alistado en esta milicia de Jesucristo, deben estar preparados, día y noche, ceñida la cintura, para pagar esta deuda tan grande (Form. n.4)’. Día y noche, ceñida la cintura, debemos estar siempre listos para pagar esta deuda de la fidelidad a la vocación, a la misión a la que hemos sido llamados. En 470 años la Compañía de Jesús ha logrado empresas apostólicamente extraordinarias, pero también ha tenido sus debilidades y, pronto, duras pruebas y humillaciones: Ha sido suprimida por un Papa, y casi 200 años después ha sido llamada a la vida por otro Papa y ha recomenzado casi de cero su camino. Ha sido expulsada muchas veces de diversos países. Hace 50 años había logrado su máximo histórico con 36 000 miembros y ahora se cuenta no más de la mitad. Las pruebas que este tiempo está confrontando la credibilidad de la Iglesia –pruebas radicales de la fe en el mundo secularizado, pruebas de coherencia y credibilidad del testimonio y de la santidad de la vida- son pruebas de vida o muerte, que la Compañía vive en su interior, en su mismo cuerpo”.

En otro momento, recordó las palabras de Paulo VI a la CG 32 y las expresiones “de estima y de amor a la Compañía de Jesús” de Benedicto XVI ante la CG 35. Luego de la Celebración se compartió fraternalmente en la comunidad del Gesù.

http://www.jesuitasperu.org