Agradecer juntos a Dios
Noticia del 2013-02-28 12:46:25
(RV).- En la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, el Santo Padre
Benedicto XVI saludó personalmente, esta mañana, a los miembros del Colegio
Cardenalicio, en el último día de su pontificado. Encuentro en el que el Papa
revivió la emoción profunda y grata de su última audiencia general, en la Plaza
de San Pedro:
“Como dije ayer ante miles de fieles que llenaban la Plaza, vuestra cercanía y colaboración han sido una gran ayuda en mi ministerio. En estos ocho años hemos vivido con fe momentos bellísimos de luz radiante, en el camino de la Iglesia, junto con momentos en los que alguna nube se ponía densa en el cielo. Hemos querido servir a Cristo y a su Iglesia con amor profundo y total que es el alma de nuestro ministerio. Hemos donado esperanza, la esperanza que nos viene de Cristo, la única que puede iluminar el camino”.
El Santo Padre hizo hincapié en la importancia de la comunión en Cristo: “Juntos podemos agradecer al Señor que nos ha hecho crecer en la comunión y juntos podemos rogarle para les ayude a crecer aún más en esta unidad profunda. Para que el Colegio de Cardenales sea como una orquesta en la que las diversidades – expresión de la Iglesia universal – concurran siempre a la superior y concorde armonía”.
Tras reiterar que la Iglesia no es una institución planeada sino una realidad viva, Benedicto XVVI destacó que “la Iglesia vive a lo largo del curso del tiempo en un devenir, como todo ser viviente, transformándose y, sin embargo, en su naturaleza permanece siempre la misma: su corazón es Cristo”. El Papa añadió que quería dejar un pensamiento tomado de Romano Guardini. Un pensamiento que lleva en su corazón, sobre la Iglesia y su ministerio que es para “todos la razón y pasión de nuestra vida”. “Como experimentamos ayer en la plaza, la Iglesia es un cuerpo vivo, animado por el Espíritu Santo y vive realmente gracias a la fuerza de Dios. La Iglesia está en el mundo pero no es del mundo. Es de Dios, de Cristo y del Espíritu, lo vimos ayer”.
Y renovando su profunda gratitud al Colegio Cardenalicio, Benedicto XVI volvió a asegurar que permanecerá unido a todos en la oración, en especial en los próximos días, para que sean plenamente dóciles a la acción del Espíritu Santo en la elección del nuevo Papa y que el Señor les muestre el que Él quiere, el futuro Papa que está precisamente entre ellos, al que ya desde ahora, Benedicto XVI le promete su incondicional reverencia y obediencia: “Permanezcamos unidos, queridos hermanos, en este misterio, en la oración, especialmente en la Eucaristía cotidiana y así sirvamos a la Iglesia y a la humanidad entera. Ésta es nuestra alegría, que nadie nos puede quitar”.
(RC, CdM-Radio Vaticana)
“Como dije ayer ante miles de fieles que llenaban la Plaza, vuestra cercanía y colaboración han sido una gran ayuda en mi ministerio. En estos ocho años hemos vivido con fe momentos bellísimos de luz radiante, en el camino de la Iglesia, junto con momentos en los que alguna nube se ponía densa en el cielo. Hemos querido servir a Cristo y a su Iglesia con amor profundo y total que es el alma de nuestro ministerio. Hemos donado esperanza, la esperanza que nos viene de Cristo, la única que puede iluminar el camino”.
El Santo Padre hizo hincapié en la importancia de la comunión en Cristo: “Juntos podemos agradecer al Señor que nos ha hecho crecer en la comunión y juntos podemos rogarle para les ayude a crecer aún más en esta unidad profunda. Para que el Colegio de Cardenales sea como una orquesta en la que las diversidades – expresión de la Iglesia universal – concurran siempre a la superior y concorde armonía”.
Tras reiterar que la Iglesia no es una institución planeada sino una realidad viva, Benedicto XVVI destacó que “la Iglesia vive a lo largo del curso del tiempo en un devenir, como todo ser viviente, transformándose y, sin embargo, en su naturaleza permanece siempre la misma: su corazón es Cristo”. El Papa añadió que quería dejar un pensamiento tomado de Romano Guardini. Un pensamiento que lleva en su corazón, sobre la Iglesia y su ministerio que es para “todos la razón y pasión de nuestra vida”. “Como experimentamos ayer en la plaza, la Iglesia es un cuerpo vivo, animado por el Espíritu Santo y vive realmente gracias a la fuerza de Dios. La Iglesia está en el mundo pero no es del mundo. Es de Dios, de Cristo y del Espíritu, lo vimos ayer”.
Y renovando su profunda gratitud al Colegio Cardenalicio, Benedicto XVI volvió a asegurar que permanecerá unido a todos en la oración, en especial en los próximos días, para que sean plenamente dóciles a la acción del Espíritu Santo en la elección del nuevo Papa y que el Señor les muestre el que Él quiere, el futuro Papa que está precisamente entre ellos, al que ya desde ahora, Benedicto XVI le promete su incondicional reverencia y obediencia: “Permanezcamos unidos, queridos hermanos, en este misterio, en la oración, especialmente en la Eucaristía cotidiana y así sirvamos a la Iglesia y a la humanidad entera. Ésta es nuestra alegría, que nadie nos puede quitar”.
(RC, CdM-Radio Vaticana)
Benedicto XVI saluda al Colegio cardenalicio
Publicado el 28/02/2013 por Vaticanes
Al saludar a los Cardenales presentes en el Vaticano, Benedicto XVI repitió que la Iglesia está en el mundo pero no es del mundo. El Papa se despidió de los purpurados recordando que ha sido una alegría caminar juntos en estos años y deseó que el mismo colegio de cardenalicio sea como una orquesta que sepa llegar a una armonía superior y concorde. En cuanto a la Iglesia repitió las palabras del teólogo Romano Guardini, que escribió que es una realidad viva, en devenir, y sin embargo en su naturaleza permanece siempre la misma. El Santo Padre concluyó prometiendo obediencia y reverencia al nuevo Papa.
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En nombre de los cardenales ¡que Dios se lo pague !
Noticia del 2013-02-28 11:13:47
(RV).- Esta mañana en nombre del Colegio Cardenalicio su decano, el cardenal
Sodano, dirigió unas sentidas palabras de agradecimiento al Papa. Los prelados
congregados en el Palacio Apostólico manifestaron una vez más su gratitud a
Benedicto XVI por el ejemplo dado en estos ocho años de
Pontificado.
Palabras del decano del Colegio Cardenalicio a Benedicto XVI
Santidad,
Con gran emoción los Padres Cardenales presentes en Roma se estrechan hoy en torno a Usted, para manifestarle una vez más su profundo afecto y para expresarle su viva gratitud por Su testimonio de abnegado servicio apostólico, por el bien de la Iglesia de Cristo y de la humanidad entera.
El pasado sábado, al final de los Ejercicios Espirituales en el Vaticano, Usted ha querido agradecer a Sus Colaboradores de la Curia Romana, con estas conmovedoras palabras: queridos amigos me gustaría daros las gracias a todos, y no sólo por esta semana, sino por estos ocho años, en que habéis llevado conmigo, con gran competencia, afecto, amor y fe, el peso del ministerio petrino.
Amado y venerado Sucesor de Pedro, somos nosotros quienes debemos agradecerle por el ejemplo que nos ha dado en estos ocho años de Pontificado. El 19 de abril de 2005 Usted se insertaba en la larga cadena de Sucesores del Apóstol Pedro y hoy, 28 de febrero de 2013, Usted se dispone a dejarnos, en espera que el timón de la barca de Pedro pase a otras manos. Así se continuará aquella sucesión apostólica, que el Señor ha prometido a su Santa Iglesia, hasta cuando sobre la tierra se oirá la voz del Ángel del Apocalipsis que proclamará: "Tempus non erit amplius ... consummabitur mysterium Dei" (Ap 10, 6-7) "¡Se acabó el tiempo de la espera!.. Se cumplirá el misterio de Dios!". Terminará así la historia de la Iglesia, junto a la historia del mundo, con el adviento de cielos nuevos y tierra nueva.
Padre Santo, con profundo amor hemos tratado de acompañarle en Su camino, reviviendo la experiencia de los discípulos de Emaús, quienes, luego de haber caminado con Jesús por un buen trecho, se decían: “¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino?” (Lc 24,32).
Sí, Padre Santo, sepa que también nuestros corazones ardían cuando caminábamos con Usted en estos últimos ocho años. Hoy una vez más queremos expresarle toda nuestra gratitud.
En coro Le repetimos una expresión típica de Su querida tierra natal: "Vergelt's Gott", ¡que Dios se lo pague!
(RC-RV)
Palabras del decano del Colegio Cardenalicio a Benedicto XVI
Santidad,
Con gran emoción los Padres Cardenales presentes en Roma se estrechan hoy en torno a Usted, para manifestarle una vez más su profundo afecto y para expresarle su viva gratitud por Su testimonio de abnegado servicio apostólico, por el bien de la Iglesia de Cristo y de la humanidad entera.
El pasado sábado, al final de los Ejercicios Espirituales en el Vaticano, Usted ha querido agradecer a Sus Colaboradores de la Curia Romana, con estas conmovedoras palabras: queridos amigos me gustaría daros las gracias a todos, y no sólo por esta semana, sino por estos ocho años, en que habéis llevado conmigo, con gran competencia, afecto, amor y fe, el peso del ministerio petrino.
Amado y venerado Sucesor de Pedro, somos nosotros quienes debemos agradecerle por el ejemplo que nos ha dado en estos ocho años de Pontificado. El 19 de abril de 2005 Usted se insertaba en la larga cadena de Sucesores del Apóstol Pedro y hoy, 28 de febrero de 2013, Usted se dispone a dejarnos, en espera que el timón de la barca de Pedro pase a otras manos. Así se continuará aquella sucesión apostólica, que el Señor ha prometido a su Santa Iglesia, hasta cuando sobre la tierra se oirá la voz del Ángel del Apocalipsis que proclamará: "Tempus non erit amplius ... consummabitur mysterium Dei" (Ap 10, 6-7) "¡Se acabó el tiempo de la espera!.. Se cumplirá el misterio de Dios!". Terminará así la historia de la Iglesia, junto a la historia del mundo, con el adviento de cielos nuevos y tierra nueva.
Padre Santo, con profundo amor hemos tratado de acompañarle en Su camino, reviviendo la experiencia de los discípulos de Emaús, quienes, luego de haber caminado con Jesús por un buen trecho, se decían: “¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino?” (Lc 24,32).
Sí, Padre Santo, sepa que también nuestros corazones ardían cuando caminábamos con Usted en estos últimos ocho años. Hoy una vez más queremos expresarle toda nuestra gratitud.
En coro Le repetimos una expresión típica de Su querida tierra natal: "Vergelt's Gott", ¡que Dios se lo pague!
(RC-RV)
¡Gracias Santidad!
Noticia del 2013-02-28 16:10:48
(RV).- Son muchas las muestras de afecto que están llegando al Vaticano para dar
las gracias al Santo Padre por su labor constante en la Sede de Pedro en estos 8
años de pontificado y por su servicio en la oración a partir de ahora de “una
forma nueva, pero siempre a los pies de Cristo Crucificado”.
Una de las cartas que más llegan al corazón proviene de un grupo de miembros del clero y fieles de China que dicen que, a pesar de no haber podido ver al Papa porque no ha tenido la oportunidad de visitar personalmente el país, la renuncia del Pontífice les deja ahora más huérfanos.
“Todos los cristianos -señala la carta- están sufriendo por Cristo, pero sólo los católicos en China están sufriendo, al mismo tiempo, por Su Santidad, nuestro Papa, Obispo de Roma". A pesar de su obligado silencio, largo y profundo, sabemos que Su Santidad ha prestado una especial atención a China y reservó un lugar especial en su corazón para la Iglesia católica en China.
Usted ha buscado promover el diálogo y aliviar la cruz que llevamos, mostrando preocupación y dando su bendición a China y al pueblo chino. Durante los ocho años de su pontificado, siempre se ha preocupado por el clero y los fieles de nuestra tierra con profundos sentimientos de amistad hacia nuestro pueblo. No olvidaremos su amor, su atención, el alivio que nos ha dado en los momentos de desgracia y dolor. No olvidaremos su bendición y su generosidad.
Al final del pontificado de Benedicto XVI, la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas ha querido expresar también al Santo Padre el sincero agradecimiento por el alto magisterio con el cual en repetidas ocasiones hizo hincapié en la igual dignidad de la mujer con el hombre, alentando a la Iglesia a reconocer y potenciar el papel contra cualquier discriminación cultural y social.
“Nuestra oración, Santidad, le acompañará en su nueva condición de retiro del mundo junto a la gratitud por el servicio valiente que ha hecho en los últimos años anunciando el Evangelio a todos los continentes, a través de un llamamiento fuerte y con autoridad para redescubrir las raíces de nuestra fe y dar sentido a nuestra existencia”.
“Le pedimos que recuerde en sus oraciones el compromiso que llevamos adelante con humildad al servicio de la evangelización y de la promoción de la vocación propia de la mujer en nuestras asociaciones de todos los continentes. El Espíritu Santo, que conduce la barca de Pedro, le conceda días serenos. ¡Gracias Santidad!
(ER - Radio Vaticana)
Una de las cartas que más llegan al corazón proviene de un grupo de miembros del clero y fieles de China que dicen que, a pesar de no haber podido ver al Papa porque no ha tenido la oportunidad de visitar personalmente el país, la renuncia del Pontífice les deja ahora más huérfanos.
“Todos los cristianos -señala la carta- están sufriendo por Cristo, pero sólo los católicos en China están sufriendo, al mismo tiempo, por Su Santidad, nuestro Papa, Obispo de Roma". A pesar de su obligado silencio, largo y profundo, sabemos que Su Santidad ha prestado una especial atención a China y reservó un lugar especial en su corazón para la Iglesia católica en China.
Usted ha buscado promover el diálogo y aliviar la cruz que llevamos, mostrando preocupación y dando su bendición a China y al pueblo chino. Durante los ocho años de su pontificado, siempre se ha preocupado por el clero y los fieles de nuestra tierra con profundos sentimientos de amistad hacia nuestro pueblo. No olvidaremos su amor, su atención, el alivio que nos ha dado en los momentos de desgracia y dolor. No olvidaremos su bendición y su generosidad.
Al final del pontificado de Benedicto XVI, la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas ha querido expresar también al Santo Padre el sincero agradecimiento por el alto magisterio con el cual en repetidas ocasiones hizo hincapié en la igual dignidad de la mujer con el hombre, alentando a la Iglesia a reconocer y potenciar el papel contra cualquier discriminación cultural y social.
“Nuestra oración, Santidad, le acompañará en su nueva condición de retiro del mundo junto a la gratitud por el servicio valiente que ha hecho en los últimos años anunciando el Evangelio a todos los continentes, a través de un llamamiento fuerte y con autoridad para redescubrir las raíces de nuestra fe y dar sentido a nuestra existencia”.
“Le pedimos que recuerde en sus oraciones el compromiso que llevamos adelante con humildad al servicio de la evangelización y de la promoción de la vocación propia de la mujer en nuestras asociaciones de todos los continentes. El Espíritu Santo, que conduce la barca de Pedro, le conceda días serenos. ¡Gracias Santidad!
(ER - Radio Vaticana)