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lunes, 4 de julio de 2011

Homilia del domingo XIV - T.O. - A


Venid a mí

¿QUIENES ENTIENDEN EL MENSAJE DE JESÚS?

HOMILIA AL DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO, ciclo A
Mateo 11, 25 al 30,.
3 de julio, 2011


Estimados amigos, bienvenidos a nuestra cita dominical.
Que la paz del Señor sea con Ustedes.
Hoy celebramos el domingo decimocuarto del Tiempo Ordinario. Jesús había predicado en tantas partes y sembrado su palabra en muchos corazones, y, como es natural, había llegado el momento de preguntarse: ¿esta gente entenderá lo que yo les estoy diciendo? ¿Mis palabras tendrán un efecto en sus vidas?, ¿quiénes son los que verdaderamente entienden mi mensaje?
Lo más sorprendente es constatar que quienes mejor captan el mensaje son la gente sencilla, humilde. Mientras que a los letrados, sabios, entendidos, con tanta capacidad de análisis y síntesis, no se le revela el mensaje. No logran captarlo, y menos vivirlo. Por eso, escuchamos hoy a Jesús exclamar:






«Yo te alabo, Padre,
Señor del Cielo y de la
tierra, porque has
mantenido ocultas
estas cosas a los
sabios y entendidos y
las has revelado a la
gente sencilla. Sí,
Padre, pues así fue de
tu agrado.[26] “








Sí Señor, a mí también me agrada. No es que no quiera que los sabios y entendidos se enteren de tus palabras de salvación, sino que veo que la gente humilde y sencilla tiene un corazón dispuesto a recibir tu mensaje y a ponerlo en práctica. Porque tú no has venido a enseñarnos una filosofía, que hay que estudiarla y luego dar un examen, sino más bien a enseñarnos una manera de vivir. Y los sabios y entendidos ya tienen la suya y no renuncian a ella porque están cómodos. Desprecian cualquier otra forma de vida en la que ellos no sean el centro, los importantes. Les gusta ser amados, estar rodeados de poder político y económico. Por eso, me impresiona cuándo te escucho dar esta exclamación: “Te alabo Padre porque has mantenido estas cosas ocultas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla.” Por eso, Señor, hoy te pido la gracia de poder ser del grupo de los sencillos para poder así recibir la revelación de tu palabra.
Pero en el, fondo, ¿cuál es el contenido de la revelación?. ¿Es tal vez un conjunto de nociones, definiciones, teorías? Nada de eso. La revelación es llegar a conocer a una persona. Y es esto precisamente lo que ocurre con el Padre y el Hijo: El conocimiento de la verdad del otro. No consiste en conocer el nombre y ciertos rasgos físicos, sino sus actitudes, sus amores, lo que le gusta y lo que le disgusta. Y eso es lo que ocurre con Jesús,



“Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. [27] Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera dar a conocer.[

Qué hermoso es poder conocer a las personas. Más que saber muchas cosas sobre las grandes teorías de este mundo, no hay nada que me agrada más, Señor, que poder descubrir la autenticidad de las personas. Entrar en el fondo de su corazón, saber cómo piensan, que cosas aman. Eso me encanta Señor. Por eso comprendo que lo que más te agrada a ti es poder conocer al Padre, y que el Padre te conozca a ti. Por eso, cuando tu hablas de conocer a Dios, no sabes cuánta alegría me da. Pero tu bien sabes señor, que para eso necesitamos tu gracia. Por eso hoy te pido que me concedas la gracia de conocerte, y te digo, que me siento feliz que tu conozcas mi verdad. Señor, gracias por conocerme y darme la oportunidad de conocerte.
En efecto, una de las más grandes maravillas de la vida es que Dios nos conoce. Sabe muy bien cuales son nuestras alegrías y nuestras penas. Y bien sabe que nuestra vida es bastante difícil, muchas veces en subida, como cargando un pesado fardo. Y cuando sentimos el fardo sobre nuestros hombros, creemos estar solos, pero es precisamente, en estos momentos que Dios, que nos conoce bien, se acerca a nosotros para decirnos



“Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. [29] Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. [30] Pues mi yugo es suave y mi carga liviana.»


Ya solo de escuchar estas palabras me da la gran alegría de poder sentir que realmente conoces de verdad mis tantas incomprensiones, fatigas y dolores. Me siento conocida hasta en lo más hondo de mi vida y esto hace que la vida me sea más llevadera. No estoy viviendo y llevando la pesada carga sin que nadie se entere. Tu bien lo sabes y esto para mi me basta. Y también, si me permites, quisiera poder conocerte a ti para poder también cargar tus penas, fatigas y dolores. Esto es el amor de dos corazones que se aman.

Pero lo más importante es
Y bien amigos, así terminamos nuestra cita dominical.


Pero ahora viene lo más importante.
Toma el evangelio en tus manos, San Mateo, Capítulo 11, versículo 25 al 30, y trata de sentir lo que el mismo Señor Jesús te quiere decir.
Quédate, pues, ahora, a solas con el Señor.


Cecilia Mutual y Javier San Martín agradecemos muy sinceramente el haber estado con nosotros,
¡ y nos despedimos, hasta el próximo domingo!.



http://faculty.shc.edu/jsanmartin/2011/07/02/%c2%bfquienes-entienden-el-mensaje-de-jesus/



Ahora, ESCUCHA:
http://faculty.shc.edu/jsanmartin/files/2011/06/escucha.pps