El
Papa se encuentra un grupo de víctimas de abuso sexual por parte de miembros
del clero
27.09.2015
(RV).-
En la mañana del domingo el Santo Padre tuvo un encuentro con un grupo de
víctimas de abuso sexual por parte de miembros del clero a quienes les expresó
su dolor por el hecho de que “su inocencia fue violada por aquellos en quien
confiaban”.
Les
pidió que no abandonaran la Iglesia y se comprometió a seguir “el camino de la
verdad, dondequiera que nos pueda llevar. El clero y los obispos tendrán que
rendir cuentas de sus acciones cuando abusen o no protejan a los menores”.
Palabras
del Papa a las víctimas de abusos:
Mis
queridos hermanos y hermanas en Cristo, estoy muy agradecido por esta
oportunidad de conocerles, estoy bendecido por su presencia. Gracias por venir
aquí hoy.
Palabras
no pueden expresar plenamente mi dolor por el abuso que han sufrido. Ustedes
son preciosos hijos do Dios, que siempre deberían esperar nuestra protección,
nuestra atención y nuestro amor. Estoy profundamente dolido porque su inocencia
fue violada por aquellos en quien confiaban. En algunos casos, la confianza fue
traicionada por miembros de su propia familia, en otros casos por miembros de
la Iglesia, sacerdotes que tienen una responsabilidad sagrada para el cuidado
de las almas. En todas las circunstancias, la traición fue una terrible
violación de la dignidad humana.
Para
aquellos que fueron abusados por un miembro del clero, lamento profundamente las
veces en que ustedes o sus familias denunciaron abusos pero no fueron
escuchados o creídos. Sepan que el Santo Padre les escucha y les cree. Lamento
profundamente que algunos obispos no cumplieran con su responsabilidad de
proteger a los menores. Es muy inquietante saber que en algunos casos incluso
los obispos eran ellos mismos los abusadores. Me comprometo a seguir el camino
de la verdad, dondequiera que nos pueda llevar. El clero y los obispos tendrán
que rendir cuentas de sus acciones cuando abusen o no protejan a los menores.
Estamos
reunidos aquí en Filadelfia para celebrar el Don de Dios de la vida familiar.
Dentro de nuestra familia de fe y de nuestras familias humanas, los pecados y
crímenes de abuso sexual de menores ya no deben mantenerse en secreto y con
vergüenza. Esperando la llegada del Año Jubilar de la Misericordia, su
presencia aqui hoy, tan generosamente ofrecida a pesar de la ira y del dolor
que han experimentado, revela el corazón misericordioso de Cristo. Sus
historias de supervivencia, cada una única y convincente, son señales potentes
de la esperanza que nos llega por la promesa de que el Señor estará con
nosotros siempre.
Es
bueno saber que han traído con ustedes familiares y amigos a este encuentro.
Estoy muy agradecido por su apoyo compasivo y rezo para que muchas personas de
la Iglesia respondan a la llamada de acompañar a los que han sufrido abusos.
Que la puerta de la misericordia se abra por completo en nuestras diócesis,
nuestras parroquias, nuestros hogares y nuestros corazones, para recibir a los
que fueron abusados y buscar el camino del perdón confiando en el Señor. Les
prometemos apoyarles en su proceso de sanación y en siempre estar vigilantes
para proteger a los menores de hoy y de mañana.
Cuando
los discípulos que caminaron con Jesús en el camino a Emaús reconocieron que Él
era el mismo Señor Resucitado, le pidieron a Jesús que se quedara con ellos. Al
igual que esos discípulos, humildemente les pido a ustedes y a todos los
sobrevivientes de abusos que se queden con nosotros, con la Iglesia, y que
juntos como peregrinos en el camino de fe, podamos encontrar nuestro camino
hacia el Padre.