Refrescando el Verano del Peru

Domingo de Ramos con Maria 2018

Domingo de Ramos con Maria 2018
Domingo de palmas con Maria 2018

jueves, 24 de septiembre de 2015

24.09 Nuestra Señora de la Merced - 2015





FELIZ DÍA 
MADRE SANTÍSIMA DE LA MERCED

¡SALUDA A NUESTRA MADRE!


Un día como hoy 24 de setiembre, la venerada e histórica imagen de Nuestra Madre de la Merced de Lima fue coronada canónicamente con solemnidad en la ‪Plaza Mayor de ‪Lima el año 1921.

Fiesta Solemne
24 de Septiembre 2015

10:00 am Misa oficial
12.00 pm Misa de fiesta
03:30 pm Tradicional procesión
07:00 pm Acción de Gracias


Fiesta del Escapulario de Nuestra Madre
Domingo 27 de setiembre
09:00 am Misa solemne y procesión claustral




FIESTA DE NUESTRA MADRE DE LA MERCED
Año del IV Centenario de su Patrocinio 
sobre la Ciudad de Lima y el Puerto del Callao
 (1615 - 2015)



Virgen de las Mercedes
Conmemoracion: 24 de Septiembre

Este 24 de Septiembre nos unimos a la Orden religiosa de los Mercedarios en todo el mundo y saludamos a Nuestra Señora de las Mercedes, la que se apareció a San Pedro Nolasco, la que sostuvo a San Ramón Nonato y liberó a tantos cautivos. La llamamos de la Merced por haber usado de la máxima caridad con sus hijos más necesitados. En Ella ponemos a todos losque necesitan de una caricia maternal o de un latido se su corazón que liberan de todo tipo de esclavitud y dolor.

Para acercarnos a la devoción de Nuestra Señora de las Merced hay que trasladarse a la Europa de principios del siglo XII. El mar Mediterráneo estaba infestado de corsarios turcos y sarracenos, musulmanes fanáticos que asaltaban las embarcaciones, descendían en las costas, arrasaban casas y pueblos enteros, asesinaban, y, lo peor de todo, se lleva­ban cristianos al norte de África para venderlos como esclavos y hacerles apostatar de la fe.

Ante la impo­tencia de las naciones cristianas, será la Virgen María, --la de siempre, la que es el Auxilio de los Cristianos--, quien inter­venga, con mano suave, pero firme, y con corazón de Madre. Recordemos aquí ese episodio de la historia: A un comerciante rico de Barcelona le preguntan ansiosos sus familiares y amigos: “Pero, ¿qué estás haciendo, con eso de vender todos tus negocios y enseñar a ese grupo de muchachos a hacer lo mismo? ¿Metiéndote en esas embarcaciones de moros con tanto peligro? Y Pedro Nolasco, sin miedo ninguno, responde a todos: “Nada, ¿quieren ustedes venir también a rescatar de la morería a los cristianos que están esclavos? Necesito más voluntarios. “

A partir de allí, interviene la Virgen. Era la noche del 1 al 2 de Agosto de 1218. Estaba Pedro Nolasco en oración, cuando aparecen los primeros destellos de una luz celestial. Y empiezan a verse ángeles y más ángeles, que vienen rode­ando a una Señora hermosísima, la cual le sonríe amorosa, y le dice: “Lo que estás haciendo agrada mucho a Dios. No te desanimes. Yo te encargo ahora que fundes una Orden religiosa. Tus compañeros, imitando a mi Hijo Jesús, se entregarán a la salvación de sus hermanos, si es preciso hasta dándose en prenda por su rescate. Yo estaré con ustedes…”

Pronto se les agrega Ramón Nonato, valiente como ninguno. Se ordena de sacerdote, y mar­cha al norte del África a rescatar cautivos. Lo da todo, se queda sin un centavo, y se pregunta:- ¿Y qué hago ahora? El amor es ingenioso, y le dicta una resolución heroica. No pudiendo rescatar más esclavos, porque ya no tiene un centavo, se presenta decidido ante aquel dueño: “Aquí me tiene. Me vendo como esclavo. ¿Cuánto paga por mí?” El rico no suelta dinero, y le ofrece con desdén: “La libertad de otro esclavo. ¡Aceptado!”

Y, al convertirse Ramón en esclavo, se da con ardor a predicar a los otros cautivos la fe cristiana. Pero sus nuevos dueños, para que no hable más, le cierran la boca con un candado. Ocho meses dura su cautiverio y su martirio. Al llegar el dinero para su rescate, es liberado y devuelto a España. En Barcelona se le hace un recibimiento triunfal. Y el Papa Gregorio IX le llama para hacerlo Cardenal, aunque muere apenas inicia el camino hacia Roma.

Esta Orden aprobada en 1235 como orden militar por el Papa Gregorio IX, logró liberar a miles de cristianos prisioneros, convirtiéndose posteriormente en una dedicada a las misiones, la enseñanza y a las labores en el campo social. A partir del siglo XIII, el culto a Nuestra Señora de la Merced se extendió muy pronto por Cataluña y por toda España, por Francia y por Italia. Los mercedarios estuvieron entre los primeros misioneros de América.

Los Padres Mercedarios que llegaron al Perú junto con los conquistadores, no sólo evangelizaron a la región sino que fueron gestores del desarrollo de la ciudad al edificar hermosos templos que hoy se conservan como valioso patrimonio histórico, cultural y religioso. Innumerables son los gestos que demuestran el cariño y la devoción del Perú a esta advocación considerada por muchos como su Patrona Nacional. La imagen que se venera en la Basílica de la Merced de Lima, Perú; fue entronizada a comienzos del siglo XVII.

En 1730, la Virgen de la Merced, fue proclamada "Patrona de los Campos del Perú". En 1823, fue nombrada “Patrona de las Armas de la República"; y el 24 de septiembre de 1921, conmemorándose el centenario de nuestra independencia, fue coronada solemnemente, recibiendo el título de "Gran Mariscala del Perú". Desde entonces, ha sido condecorada en muchas ocasiones y cada año el ejército del Perú, en su alta jerarquía militar le rinde homenaje el ejército del Perú, en su alta jerarquía militar.

Esta fiesta nos recuerda fehacientemente que mientras haya hombres, hermanos nuestros, esclavos de otros hombres, que los tiranizan injustamente, o que se han hecho ellos mismos cautivos de un vicio cualquiera siempre la Virgen de la Merced tendrá una palabra para ellos. Mientras haya una sola persona que sufre, la Virgen desempeñará su oficio de liberadora del dolor.

Hoy en día cuando alrededor nuestro aún son cautivos, tantos presos, que en las cárceles de nuestros países, no tienen condiciones de vida dignas de una persona humana, tantos niños que pululan por nuestras calles, sin hogar, sin esperanza, son cautivas tantas mujeres, que no acaban de liberarse de las mil esclavitudes a que se han visto sujetas durante siglos, y que esperan liberación, tantas personas en su propio hogar, cuando en él falta el amor, y falla el marido o fa­lla la esposa y madre, convirtiendo la casa en una cárcel o poco menos. ¿Y nosotros, cuán cautivos somos de nosotros mismos cuando no acabamos de romper lazos fuertes como sogas o finos como hilos de seda que nos impiden volar libres hacia Dios?

Hoy con corazón humilde y sincero acerquémonos a Nuestra Señora de la Merced, liberadora de cautivos y pidámosle que sea portadora de esa libertad y amor a tantos corazones cautivos…Que nos enseñe el modo de cooperar con Ella en esta tarea, ayudándonos a que su Hijo viva permanentemente en nosotros y así pueda liberar a nuestros hermanos.

Jesús te ama.

“Virgen y Señora nuestra de la Merced,
a ti suplicamos que, mediante tu maternal intercesión ante tu hijo Jesucristo,
nos alcances la verdadera libertad de los hijos de Dios
y nos hagas libres de cualquier esclavitud,
de modo que experimentemos en nosotros la alegría de la salvación.
Amén.”