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Domingo de Ramos con Maria 2018

Domingo de Ramos con Maria 2018
Domingo de palmas con Maria 2018

domingo, 21 de febrero de 2010

Miercoles de Ceniza 2,010


Mensaje del Santo Padre para la Cuaresma 2010.
«La justicia de Dios se ha manifestado por la fe en Jesucristo» (cf. Rm 3,21-22)
Queridos hermanos y hermanas:
Cada año, con ocasión de la Cuaresma, la Iglesia nos invita a una sincera revisión de nuestra vida a la luz de las enseñanzas evangélicas. Este año quiero proponeros algunas reflexiones sobre el vasto tema de la justicia, partiendo de la afirmación paulina: «La justicia de Dios se ha manifestado por la fe en Jesucristo» (cf. Rm 3,21-22).

«¿Cuál es, pues, la justicia de Cristo?
Es, ante todo, la justicia que viene de la gracia, donde no es el hombre que repara, se cura a sí mismo y a los demás. El hecho de que la “propiciación” tenga lugar en la “sangre” de Jesús significa que no son los sacrificios del hombre los que le libran del peso de las culpas, sino el gesto del amor de Dios que se abre hasta el extremo, hasta aceptar en sí mismo la “maldición” que corresponde al hombre, a fin de transmitirle en cambio la “bendición” que corresponde a Dios (cf. Ga 3,13-14)»


"También en nuestros días la humanidad necesita esperar en un mundo más justo y creer que ello es posible, a pesar de las desilusiones que da la vida diaria", afirmó el Papa ante varios miles de personas que asistieron al rito en la basílica de Santa Sabina.

El Pontífice manifestó que la Cuaresma es tiempo de conversión y que "los ayunos, los llantos y los lamentos y otras expresiones penitenciales" sólo tienen valor a los ojos de Dios "si son signos de corazones realmente arrepentidos".

El Papa teólogo subrayó que el Evangelio insiste sobre la necesidad de practicar la limosna, la plegaria y el ayuno, pero precisó que no vale hacerlas para que los demás lo vean. "No ante los hombres, sino sólo a los ojos de Dios, que ve el secreto", precisó."

La verdadera recompensa no es la admiración de los otros, sino la amistad con Dios y la gracia que se deriva, una gracia que da paz y fuerza para cumplir el bien, de amar también a quien no lo merece, de perdonar a quien ha ofendido", manifestó Benedicto XVI.

El Obispo de Roma dijo que la señal penitencial de las cenizas es un gesto de humildad, que significa que el fiel reconoce que es una criatura "frágil, hecha de tierra y destinada a la tierra, pero también hecha a imagen de Dios y destinada a Él".

A este respecto añadió que el hombre es libre y por ello capaz de responder y desobedecer a Dios, "cediendo a la tentación del orgullo y la autosuficiencia".

"He ahí el pecado, enfermedad mortal que contaminó desde muy pronto la tierra bendita que es el ser humano", señaló el Obispo de Roma, que aseguró que el pecado consiste en una desobediencia a Dios, una falta de amor".

Que es la Cuaresma.-
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Domingo de Ramos, día que se inicia la Semana Santa. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.
La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.