¿Qué hace el carpintero tallando mi corazón?
03012013
Comentario al Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo "C"
Escrito por el Padre Javier San Martin SJ
¿Prefieres los aplausos o los insultos?
San Lucas 4, 21 al 30.
Estimados amigos:
- Bienvenidos una vez más a nuestra cita dominical para celebrar juntos el Día del Señor.
- Que la Paz del Señor sea con todos ustedes.
Hoy es el CUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, y la Iglesia nos invita a acompañar Jesús en la visita que hiciera a su pueblo Nazaret y a la Sinagoga. Allí, Jesús, luego de leer el pasaje del profeta Isaías en donde dice:
Click el audio:
"El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, anunciar la libertad a los cautivos, despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor",
"Hoy se ha cumplido esta escritura que acaban de escuchar".
Aquel sábado la admiración y sorpresa de todos los que estaban en la sinagoga, fue grande. Miraban a Jesús y no podían creer cómo este hijo del pueblo, el hijo de José, al que habían visto crecer, ir a la sinagoga, trabajar con su padre, ahora hablaba con un vocabulario tan agradable, claro, florido, comprensible. En efecto, aquel hijo de Nazaret, presentaba un discurso adaptado a la mentalidad del pueblo, no habituado a complejas disquisiciones filosóficas, ni a rebuscados vocabularios. Sus palabras no solo se entendían sino que movían el corazón. Era el hombre del pueblo, que sabía comunicar vivencias divinas en palabras comprensibles al oído humano.
Pero aquel joven que regresaba a su pueblo no era solo el hijo del carpintero José. Era el Hijo de Dios enviado a los hombres para anunciarles el camino de la salvación. No solo predicaba con palabras sino que confirmaba su discurso con hechos sorprendentes y maravillosos. Y por eso, aquel día en la sinagoga, todos estaban a la expectativa de ver algún milagro. Sin embargo, en la tierra que lo vio nacer, Jesús se comportó de manera diferente, no quiso realizar ningún hecho portentoso. Y fue esta extraña actitud la que motivó el malestar y el desacuerdo de sus paisanos. ¿Por qué no realiza aquí en su tierra los portentos milagrosos que ha realizado en otras ciudades?
Y la molestia por esta actitud, hizo que frente al grupo de admiradores surgiera un grupo, que se sentía defraudado, dispuesto a castigar la actitud del hijo del carpintero. Y es en esta ocasión que se confirmará la profecía de Simeón cuando recién nacido le anunció que Él sería un signo de contradicción, aceptado por muchos y rechazado y escándalo de otros. Fue precisamente aquí en su tierra en donde se cumplió por vez primera este anuncio profético que marcará toda su vida y la de sus seguidores. En esta visita a Nazaret, Jesús se sintió amado y odiado, seguido y perseguido, ensalzado y vituperado. Un signo de contradicción.
Él, en aquel momento de contradicción, sentiría que este signo, marcaría también a todos aquellos que decidirían seguirlo. Muchos aceptarán la palabra de Dios que le trae el profeta. Pero otros muchos la rechazarán y tratarán de eliminarla de sus vidas, de sus conciencias, de su cultura. Este signo de contradicción se transformará en el signo distintivo del profeta. Si él espera que todo sera aplauso y triunfo, se ha equivocado de camino. El profeta, caminará en medio de la aprobación y de los gritos furibundos, de la admiración y de los empujones de los que quieren arrojarlos fuera de sus vidas.
Y, ante esto, ¿qué hacer? ¿Escuchar solo a los que aplauden o someterse a los deseos de los que los gritan e insultan? … Jesús en aquella ocasión dio una lección magistral. No siguió ni lo uno ni lo otro. El evangelio de hoy nos cuenta que Jesús, que estaba acosado por los gritos de unos y las alabanzas de otros, pasó en medio de ellos y se alejó. Actitud maravillosa y sorprendente, digna de un Dios. Porque no eran ni los aplausos ni los insultos los que enrumbarían su misión, sino sólo la voluntad del Padre que Él venía a cumplir. Clara lección que nos enseña que el profeta esta obligado a pasar en medio de las fuerzas contradictorias, atractivas unas e incómodas otras, para seguir adelante hacia donde Dios quiere que vaya para cumplir el papel que esta llamado a desempeñar. Ambos grupos, los que alaban y los que vituperan, pueden ser engañosos y peligrosos, pueden hacer desviar de la meta a la que uno se dirige. Ulises pidió que lo amarraran al mástil de su nave para no caer en el engaño de las sirenas seductoras que lo querían hacer desviar su ruta. Por eso Jesús, el hombre sencillo y del pueblo, pasó en medio de los aplausos y de los gritos, y se alejó para cumplir su misión.
Hoy, pues, queremos agradecerte Jesús por la visita que hiciste a tu pueblo porque en ella nos enseñaste a comprender las características esenciales del profeta. Ayúdanos a no dejarnos vislumbrar por los aplausos ni atemorizar por los insultos. Ayúdanos a saber pasar en medio para que logremos en cada momento de nuestra vida cumplir con la misión que tú nos has encomendado.
Y ahora viene lo más importante
Y BIEN AMIGOS, así terminamos nuestro breve comentario a la liturgia de este domingo. Pero ahora viene el momento más importante: tu encuentro personal con el Señor Jesús.
Te invito, pues, a tomar el texto del evangelio en tus manos y tratar de escuchar lo que el Señor Jesús, te quiere comunicar a través de él: San Lucas, Capítulo 4º, versículos del 21 al 30.
Te agradezco muy sinceramente tu presencia, y me despido hasta el próximo domingo.
Escrito por el Padre Javier San Martin SJ
La misión de transmitir la Buena Noticia - 4º Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Publicado el 28/01/2013 para el IV Domingo del T.O. - C
El Equipo Eucaristía y la Editorial Verbo Divino promueven "Quiero ver": una presentación diferente para cada domingo y festividades del año.
Todos los videos se pueden ver en www.quierover.org y de la web www.verbodivino.es