Guiada por Dios por medio de voces interiores, esta piadosa campesina analfabeta llegó a ser la más importante líder militar de Francia. Condujo con mucho éxito al ejército francés a liberar el país de la amenaza inglesa, pero finalmente fue traicionada y condenada a morir, cuando solamente tenía 19 años.
El 30 de Mayo de 1431, vestida con ropajes largos y con un cucurucho en la cabeza, fue quemada en la hoguera. A principios de este siglo, el Papa Benedicto XV la canonizó como "Santa Juana de Arco". Su corta vida ha sido tema para obras de Voltaire, Schiller y Bernard Shaw, y más de una decena de películas se han inspirado en su historia.
"Nací en la aldea de Domrémy, que forma una sola con la de Greux... Mi padre se llamaba Jacques d'Arc, y mi madre, Isabelle... "
Esas fueron sólo algunas de las palabras que Juana de Arco murmuró durante el proceso que se le siguió por parte de la Inquisición. Había sido acusada de hereje y, por ende, condenada a la hoguera y a morir quemada viva.
En la madrugada del 30 de mayo del año 1431 vistieron a Juana de Arco, conocida como la "doncella de Orleáns", con unos ropajes largos, tal como lo mandaba la Inquisición. Le calaron sobre su rapada cabeza un capirote puntiagudo (como un tipo de cucurucho).
Llevaba la siguiente leyenda: "Hereje, reincidente, renegada, idólatra". Tenía solamente 19 años.
¿Pero por qué Juana de Arco estuvo destinada a aquella trágica muerte?... Sucede que a los13 años afirmó haber escuchado, en el jardín de sus padres, las voces de San Miguel, Santa Margarita y Santa Catalina, que le pedían salvar al futuro rey de Francia, Carlos VII, de la amenaza inglesa, y conducir los ejércitos franceses a la reconquista de sus territorios.
Y es que Juana vivía en una Francia acosada por la Guerra de los Cien Años (ver recuadro) , en contra de Inglaterra. Esta última estaba en posesión de gran parte del territorio francés, y pretendía obtener el resto. Faltaba una sola ciudad importante por caer en manos de los ingleses: Orleans.
A cumplir su misión
Hermosa, con una cabellera morena y de ojos profundamente azules; contextura delgada y frágil, de mejillas rosadas y manos curtidas por el trabajo. Muy piadosa y religiosa, medía sólo un metro y sesenta centímetros... así era Juana de Arco.
Nació el 6 de enero de 1412, en Domrémy, región de Lorena (Francia), en el seno de una familia campesina. No aprendió ni a leer ni a escribir. Su padre no era rico, pero sí un campesino acomodado, y arrendaba un castillo pequeño y destruido.
No obstante, no existe seguridad en la fecha de su nacimiento. Es más, ella misma ignoraba su edad, como la mayoría de las personas en aquella época.
Y es que por esos años no se le daba demasiada importancia a las fechas de nacimiento, tampoco a los cumpleaños. Ni siquiera el año nuevo empezaba en la misma fecha entre una provincia y otra de Francia. Y cuando a alguien se le preguntaba su edad, contestaban: "alrededor de 20; treinta más o menos".
La verdadera ortografía de su nombre tampoco es segura; y se puede encontrar en los documentos Darc, Tarc, Dare, Day, etc. La forma d'Arc (de Arco en español) apareció un siglo y medio después de la muerte de Juana.
La mayor parte de su vida la pasó como campesina en la aldea de Domrémy, donde se ocupaba de los rebaños, especialmente cuando se acercaban los soldados borgoñeses, aliados de los ingleses. Pero sobre todo se encargaba de tareas domésticas.
Cuando a sus trece años comenzó a escuchar aquellas voces, partió acompañada de seis hombres de armas, hacia Vaucoulers. Quería que alguien la llevara hasta Chinon - tal vez el comandante del Ejército -, donde intentaría convencer a Carlos VII de la veracidad de sus palabras y de aquellas voces: le debía decir que se condujera bien y que no hiciera la guerra a sus enemigos, pues el Señor le daría socorro antes de mediados de Cuaresma.
Su señor era Dios, quien le hablaba a través de Miguel, Catalina de Alejandría y Margarita Antioquía. Él decía que el Señor quería que el Delfín Carlos VII fuese hecho rey y que dispusiera del reino y lo comandara, y que ella misma lo conduciría para hacerlo consagrar.
Pese a sus palabras, nadie le dio mayor importancia a Juana, y la mandaron de vuelta con su padre. La creyeron loca. Era el 13 de mayo de 1425. Pero volvió en 1429. Y Jean de Metz, fiel de Carlos VII, promete que la conducirá ante el rey luego de escuchar que Juana quiere ir a Chinon, aunque "deba usar piernas hasta las rodillas".
Santa y Patrona
Antes de partir hacia donde el rey, Juana cambia sus ropas de mujer por las de hombre... las que no se sacará hasta el día de su muerte. La suegra de Carlos VII, Yolanda de Aragón, manda un mensajero diciendo que lleven inmediatamente a la doncella ante el delfín Carlos VII.
En Vaucoulers todos ofrecen ayuda a Juana: túnicas, calzas, polainas de cuero, espuelas y otras cosas. También un caballo. Es escoltada por varios hombres hasta Chinon. El 13 de febrero emprenden la marcha, durante las noches, para no ser detectados por los soldados ingleses y borgoñeses. En diez noches llegan a Chinon.
Allí llega Juana, a sus 17 años, vestida con jubón negro (una chaqueta ceñida) y calzas ajustadas; con sus cabellos cortados en redondo alrededor de las orejas. Habían entre 300 y 400 personas con Carlos VII. Todos esperaban a la doncella que decía venir de parte de Dios.
Pero el rey decide poner a prueba a esta jovencita: un familiar tomará su lugar, y él se perderá entre la multitud. Ella entra con una mirada serena y segura, con sólidos pasos se dirige directamente al verdadero Carlos VII, se inclina y con voz clara dice: "Dios os dé larga vida, gentil delfín. El Rey de los Cielos me envía, pues por mí seréis consagrado y coronado en Reims. Eres el verdadero heredero de Francia e hijo del rey".
Luego, Carlos VII le hace una pregunta que sólo Dios puede saber... y Juana pasa la prueba. Inmediatamente le dieron casa, un escudero, dos pajes, un limosnero, un mayordomo y dos heraldos de armas. Carlos VII le confía el mando de su ejército y se hace aconsejar por ella. Animados por la joven, los soldados franceses luchan como héroes, expulsando a los asaltantes y liberando Orleans. Luego se dirigen a varias otras ciudades y también las liberan.
Logrado su objetivo, ese mismo año es armada "caballero", además de que promueve la coronación del delfín Carlos VII, como rey, el 17 de julio de 1429. Juana permanece a su lado. Sin embargo, un año después ella es capturada, el 24 de mayo, en Compiegne, por las tropas del duque de Borgoña, y es vendida a los ingleses.
Como prisionera debe comparecer en Rouen ante el tribunal de Pierre Cauchon, obispo de Beuvais, acusada de bruja y hereje, en un proceso iniciado por la "Santa Inquisición", pero que mezcla religión y política. Se alega por parte de sus enemigos ingleses y de sus "aliados" franceses que la coronación de Carlos VII es una obra de brujería y que, por tanto, es nula de derecho. Luego de un proceso de tres meses, es condenada el 24 de mayo de 1431 a ser quemada viva, muriendo el 30 de ese mismo mes.
Durante algunos años corrió el rumor de que no había muerto quemada en la hoguera, y que habría sido sustituida por otra muchacha, para casarse posteriormente con Roberto des Armoises.
Las actas del proceso demostraron después que se trató de un juicio sin opciones de defensa, y de una acusación basada en argumentos débiles. Algo increíble: Carlos VII no realizó ninguna acción en favor suyo. De hecho, 25 años después se inicia en la misma ciudad donde murió, un proceso contra los que enjuiciaron a Juana, en el cual se la declara inocente de todos los cargos, y se anula el proceso anterior.
El 11 de abril de 1909, más de 500 años después, es beatificada por Pío XII, y el 16 de mayo de 1920 el Papa Benedicto XV la canoniza como Santa Juana de Arco. Será la segunda patrona de Francia, después de la Virgen de la Asunción. También es patrona de Orleans y de Rouen.
A esto se suma que su corta vida ha sido tema para obras de Voltaire, Schiller y Bernard Shaw y más de diez películas se han filmado con su historia, la última de las cuáles fue protagonizada por la modelo Milla Jovovich.
La Guerra de los Cien Años
sostuvieron Francia e Inglaterra durante gran parte de la Baja Edad Media.
- Se trató de un prolongado conflicto armado (1338-1453) entre los reyes de Francia y los de Inglaterra, de raíz feudal, pues su origen no era otro que las enormes posesiones de los monarcas ingleses en territorios franceses, debido al ascenso al trono inglés del poderoso noble francés Enrique de Plantagenet.
- Desde la llegada al trono de Enrique V (1413-1422), circunstancias interiores y exteriores favorecieron el enfrentamiento bélico con Francia. El segundo "Lancaster" quiso hacer realidad el dominio inglés sobre los antiguos territorios Plantagenet y la unión personal de las coronas de Francia e Inglaterra - o tesis de la "Doble Monarquía".
- Este ambicioso ideal coincidió con la necesidad de desviar el potencial militar y las ambiciones de la nobleza inglesa fuera de las islas. El proyecto lancasteriano estuvo a punto de hacerse realidad, pero acabaría precipitando la derrota final de Inglaterra.
- Algunas batallas famosas de este conflicto fueron la de Crecy, 1346; la de Agincourt, 1415; la toma de Orleans en 1429 y la de Burdeos en 1453. Participaron en ella muchos personajes históricos como Eduardo, el Príncipe Negro, Enrique V de Inglaterra, Carlos VII de Francia y Juana de Arco.
- Finalmente y después de varios avatares, se saldó con la retirada inglesa de tierras francesas. Su finalización (1453) es uno de los hitos que marcan el final de la Edad Media.
- Esta pugna acabó arrastrando a otros reinos occidentales, por lo que puede ser considerada la primera gran guerra internacional europea.
Hoy 14 de Julio : Feliz dia de Francia.