"¡Juventud
de Asia, levántate!", el Papa antes de su viaje a Corea
2014-08-11 Radio Vaticana
(RV).- (actualizado con audio)
A pocos días de
comenzar el tercer viaje apostólico internacional del Papa Francisco que se
llevará a cabo del 13 al 18 de agosto en Corea, el Santo Padre ha dirigido un
video mensaje trasmitido en un primer momento por la emisora KBS (Korean
Broadcasting System).


Palabras del
Papa en el video mensaje:
¡Queridos hermanos
y hermanas! En unos pocos días, con la ayuda de Dios, estaré entre
ustedes, en Corea. Gracias de antemano por su acogida y los invito a rezar
conmigo, para que este viaje apostólico dé buenos frutos para la Iglesia y para
la sociedad coreana.
"Levántate,
resplandece!" (Is 60,1): con estas palabras que el Profeta dirige a
Jerusalén, yo me dirijo a ustedes. Es el Señor quien les invita a acoger su
luz, acogerla en el corazón para reflejarla en una vida llena de fe, esperanza
y amor, llena de la alegría del Evangelio. Como ustedes saben, vengo en ocasión de la Sexta Jornada de
la Juventud Asiática. Particularmente a los jóvenes les llevaré la llamada del
Señor: "Juventud de Asia, levántate! La gloria de los mártires ha nacido
sobre ti ". La luz de Cristo resucitado brilla como un espejo en el
testimonio de Paul Yun Ji-chung y sus 123 compañeros, todos los mártires de la
fe que proclamaré beatos el próximo 16 de agosto en Seúl.
Los jóvenes son portadores
de esperanza y energía para el futuro; pero también son las víctimas de la
crisis moral y espiritual de nuestro tiempo. Por esto me gustaría anunciar a
ellos y a todo el único nombre por el cual podemos ser salvos: Jesús, el Señor. Queridos
hermanos y hermanas coreanos, la fe en Cristo ha echado profundas raíces en su
tierra y ha dejado frutos abundantes. Los ancianos son los guardianes de este
legado: sin ellos los jóvenes se verían privados de la memoria. El encuentro
entre las personas mayores y los jóvenes es una garantía del camino del pueblo.
Y la Iglesia es una gran familia en la que todos somos hermanos en Cristo. En
su nombre vengo a vosotros, en la alegría de compartir con ustedes el Evangelio
del amor y la esperanza.
El Señor los
bendiga y la Virgen Madre los protegerá.
(MZ-RV)
(MZ-RV)