Refrescando el Verano del Peru

Domingo de Ramos con Maria 2018

Domingo de Ramos con Maria 2018
Domingo de palmas con Maria 2018

viernes, 4 de diciembre de 2009

Francisco Javier, peregrino de los mares


Francisco Javier, peregrino de los mares

Extraemos palabras del Padre Enrique Rodriguez SJ quien anoche hizo entrega a la ciudad de Lima, de la capilla dedicada a tan ilustre Santo Jesuita en la Iglesia de San Pedro, ante la Comunidad Jesuita que llego al Centro para escuchar la Misa con la Homilia del Padre Provincial. Asimismo se hizo el reconocimiento publico de todos los profesionales y tecnicos en restaurar tan importante Capilla. Posteriormente, hubo un brindis de Honor en el Patio bellamente pintado con una nueva fuente central pileta con luces especiales y la escalera del claustro restaurada.

Ayer entregamos la Capilla de San Francisco Javier de la iglesia del Colegio Máximo de San Pablo, hoy iglesia de San Pedro, restaurada en dos años de silencioso, discreto, paciente y minucioso trabajo.
En 1568 la Compañía de Jesús llegó al Perú y adquirió por derecho de compra los doce solares que forman la manzana donde se construyó el Colegio de San Pablo con sus obras anexas, incluida la iglesia cuya fábrica se inició en 1624 y concluyó después de 14 años, en 1638.
Los altares y retablos fueron construidos entre 1660 y 1685. El padre Rubén Vargas Ugarte, a quien se debe la preservación de gran parte del patrimonio de esta iglesia, hace referencia a la Carta Anua de 1648 donde el superior de los jesuitas del Perú informa al padre General que se había instalado completamente un retablo de San Francisco Javier en la iglesia. Debe tratarse de un retablo anterior al que nos convoca; la razón es sencilla y a la vez importante. Quien introdujo la columna salomónica o torsa en la ciudad de Lima fue el entablador vasco Diego de Aguirre. Este llegó de España en el año 1675. Ciertamente en 1685 el retablo se había terminado de dorar. Así tenemos una década fundamental en la que, según Luis Eduardo Wuffarden, se dio la irrupción del barroco en Lima. Para entonces, todo el interior de la iglesia de San Pablo había logrado una perfecta armonía estilística, incluyendo la capilla mayor.
Nuestro retablo de San Francisco Javier está diseñado en dos niveles dinámicos. El primero es la marcada y solemne horizontalidad terrena que se hace obvia en los dos primeros cuerpos, acentuada por la anchura de las plataformas de cornisa superpuestas a las ocho columnas estructurales. El segundo nivel dinámico es la verticalidad ascensional o espiritual. Las columnas, revestidas en el fuste de azucenas, brotan en rosas y racimos de uva en medio de profuso follaje que dejan entrever angelitos, conjunto que acentúa la torsión.
Los grupos de columnas salomónicas empujan la mirada del observador hacia un tercer cuerpo que rompe la regularidad compositiva y estalla en la gloria del Francisco Javier, caballero peregrino de los mares, montado en un carro de concha tirado por dos hipocampos embridados. Así cabalga los mares, rodeado de ángeles.
Cuando se observa bien el conjunto del retablo, la disposición de las columnas y la perspectiva que crean los niveles de las cornisas, las aplicaciones de conchas y volutas, podemos descubrir el movimiento de las olas, e imaginar los mares que recorrió el santo patrón de los misioneros, desde Roma, hasta morir en la isla de Shangchuan, a tan solo 14 kilómetros de las anheladas costas del gran imperio chino.
En la parte superior de la capilla se mantienen dos cuadros de Juan de Valdés Leal de la serie de la vida de San Ignacio, similares a los que pintara para el patio de la Casa Profesa de Sevilla, teniendo como modelo la colección de dibujos del flamenco Pedro Pablo Rubens y los grabados del francés Juan Bautista Barbé. Uno es la despedida de San Ignacio a San Francisco Javier y el otro tiene como tema las deliberaciones de París.
El retablo, hecho de pino y cedro, así como sus 15 lienzos y los 14 de las arquerías de la capilla, han sido intervenidos en el Taller de Restauración de la Iglesia de San Pedro de Lima, de acuerdo a los principios de respeto a la originalidad de la obra y de reversibilidad, contándose con los registros fotográficos iniciales de proceso y finales.
Tanto el retablo, como el conjunto de lienzos de la vida de San Francisco Javier, son estación obligada para quien quiere saber qué es el barroco en el Perú.


Lea el blog del Padre Enrique y encontrara interesantes articulos de investigacion.
http://padreenrique.blogspot.com/