Uno de cada diez agradece lo que Dios nos da
Escrito por: Padre Javier San Martin SJ .
DOMINGO VIGÉSIMO OCTAVO DEL TIEMPO ORDINARIO - “C”
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO
10 de Octubre 2010
Lucas 17, 11- 19
Estimados AMIGOS:
Bienvenidos a nuestro encuentro dominical para celebrar juntos el Día del Señor. Hoy la Iglesia celebra el domingo vigésimo octavo del tiempo ordinario, y presenta para nuestra reflexión y comentario un pasaje del evangelio de San Lucas:
“Jesús tomó la palabra y dijo, ¿No han quedado limpios los diez? ¿Dónde están los otros nueve? No ha vuelto más que un extranjero para dar gloria a Dios”.
No siempre es fácil pedir favores. Nos cuesta, Pero a veces nos cuesta más el agradecer los favores recibidos. Damos por hecho el tener tantas cosas a nuestro alrededor: el aire que respiramos, las manos con que trabajamos, la inteligencia con que discurrimos. La vida, el don más grande que hemos recibido. Pero, ¿cuántas veces hemos elevado una oración de agradecimiento por estos dones? Una palabra amiga, una sonrisa, ¿no son también dones del Señor que debemos agradecer? Por eso, de nuestro corazón debe brotar una constante alabanza al Señor, una alabanza hecha aquí en la tierra para que se oiga allí en los cielos. Todos los días estamos invitados a agradecer al Señor por lo mucho que recibimos, y a alabarlo con panderos y guitarras…
Canto; “En el Cielo se oye…”
Pero, no son solo las cosas agradables las únicas que deben motivar nuestro agradecimiento sino también y, de manera especial, las que hacen arder de dolor nuestra piel y nuestro corazón. Dar gracias a Dios cuando todo nos ha salido bien, es fácil. Pero cuando las cosas nos salen de manera contraria a nuestros deseos, ó cuando nos salpica el barro desagradable de la vida, más que agradecer, brota el deseo de maldecir. Pero, precisamente en estos momentos de contradicción interna es cuando debemos recordar que el Señor tiene una manera peculiar de amar, que no siempre la entendemos. Por eso, aun con la boca chica, en esos momentos de contradicción y turbación debemos decir: “Señor, tu siempre eres digno de gloria y alabanza” ¡Qué grande es el corazón que en el dolor y la adversidad puede cantar:
Canto: “Digno eres Señor”.
Pero el agradecimiento no solo se da con palabras sino, especialmente, con la correcta utilización de las cosas y dones recibidos. Los regalos de Dios hay que pagarlos utilizándolos bien. Que distinto sería el mundo si todos utilizáramos los dones recibidos para la mayor gloria de Dios y el bien de la humanidad: para alegrar a los que sufren, para sanar las heridas, para quitar el hambre y la tristeza, para levantar a los caídos y liberar a los prisioneros. Dar gracias se hace poniéndonos a actuar en el nombre de Jesús quien:
Canto “Himno de la liberación”
Hoy, pues, nuestro compromiso será hacer un uso digno de los dones recibidos en el nombre del Señor. Que esté lejos de nosotros utilizarlos para sembrar el dolor, la discordia, la angustia, la desunión. Si esto hacemos algún día el Señor dirá, ¿Dónde están los otros nueve? Dónde estas tú y tú y tú que también recibieron los dones de la vida y no los agradecieron ni supieron utilizarlos dignamente. Los dones son para dar vida y no muerte. Jesús es un Dios que desea siempre sanar y mejorar a todos.
Canto 4 “Demos gracias”
Y bien amigos, así terminamos nuestra reflexión dominical. Pero ahora viene el momento más importante: tu encuentro personal con el Señor Jesús.
Te invito, pues, a tomar el texto del evangelio en tus manos: San Lucas, Capítulo 17, versículos 11 al 19, y trata de escuchar lo que el mismo Señor Jesús, a través de él, te quiere comunicar.
Te agradezco muy sinceramente el haber estado con nosotros,
Y nos encontramos el próximo domingo.
http://faculty.shc.edu/jsanmartin/2010/10/09/gracias-%c2%bfcomo-%c2%bfpor-que/#more-889
