El primer rector de San Pablo
Por P. Enrique Rodriguez sj
Juan de Atienza, hijo del Consejero real de Castilla Bartolomé de Atienza, que fuera testamentario de Carlos V, era estudiante de leyes en la Universidad de Salamanca; pidió su ingreso en la Compañía de Jesús en esa ciudad, donde fue admitido a los 18 años. A los 27 le encargaron la fundación del Colegio de Villagarcía, donde fue rector y maestro de novicios. A los 33 era rector del colegio de Valladolid. Entonces pidió al padre General participar en el grupo de jesuitas que vendrían con el padre Baltasar Piñas a la Provincia del Perú, que había sido fundada el año 1568.
El 20 de mayo de 1581 llegó a Lima el grupo. Traían cartas del padre General, y al abrirlas se encontraron con que el padre Juan de Atienza venía nombrado rector del Colegio de San Pablo. De inmediato asumió sus funciones y para su sorpresa, encontró que muchos jóvenes seglares venían a las lecciones públicas del colegio de la esquina de las calles Estudios y Gato, de la misma manera que asistían a las cátedras de los dominicos, porque no había propiamente un colegio.
Había en Lima un presbítero, Blas Curiana, que tenía un grupo de alumnos a quienes educaba personalmente con esmero. Atienza se puso en contacto con éste y acordaron que la Compañía se hiciera cargo de los alumnos y con ellos se fundara un colegio. El padre Provincial estuvo de acuerdo y se solicitó autorización al Virrey Martín Henríquez de Almanza. Se formó una eficaz comisión que logró largamente conseguir el dinero necesario en pocos días. No podía ser de otro modo, porque los chicos andaban más bien sueltos en una ciudad que no era precisamente edificante. Se adquirió un hermoso terreno, que es donde está actualmente el Palacio de Justicia, sobre la Estación Central del Metropolitano de Lima. Así quedó fundado el Colegio de San Martín, que a la usanza de la época llevó el nombre del Virrey, fue confirmado por real cédula y por breve del Papa Sixto V. No está de más decir que si no hubiera sido por la expulsión de los jesuitas en 1767, el Colegio de la Inmaculada de Lima aún llevaría este nombre
Al dejar el padre Piñas el provincialato en 1585, fue nombrado el padre Atienza. Entre sus primeras acciones estuvo el unir la congregación de los estudiantes del colegio San Pablo a la de la Annunciata de Roma. Consiguió también el título de real para el colegio de San Martín, por lo que junto al IHS de la portada, el virrey Hurtado de Mendoza le colocó las armas reales. Entonces independizó el rectorado de San Martín del de San Pablo, nombrando a Pablo José de Arriaga para el de menores.
Atienza envió a su predecesor Piñas y Diego González de Holguín y otros dos jesuitas a fundar una residencia y colegio en Quito. A Francisco de Angulo y Diego de Bárcena los envió a fundar la Misión del Paraguay. A Diego Martínez y Diego Samaniego envió a fundar Santa Cruz de la Sierra, y a fundar Chuquisaca envió a Manuel Vásquez y Antonio de Vega.
Los indios que residían en Lima tenían que vivir en el pueblo del Cercado, que estaba a cargo de la Compañía. En el barrio de San Lázaro se había instalado un grupo de naturales, que debieron trasladarse al Cercado. Como en San Lázaro tenían un cura nombrado por el arzobispo, se supuso que el traslado implicaba el nombramiento de un cura distinto a los jesuitas. El santo Arzobispo Toribio de Mogrovejo, además del nombramiento pretendió hacer visita de la doctrina. Atienza, versado en leyes al igual que Mogrovejo, elevó a Roma la contienda de competencias, siendo esta resuelta de manera favorable a los jesuitas.
Siendo provincial, Atienza falleció en el Colegio de San Pablo en noviembre de 1592, a los 46 años. Había sido consultor de la Inquisición y del Virrey, participó en los Concilios Limenses de 1582 y 1591. Las primeras impresiones del Catecismo y Doctrina que salieron de San Pablo como fruto de los Concilios estuvieron bajo su supervisión En el Archivo Nacional del Perú hay una “Relación de la fundación de los colegios del Perú” que espero poder consultar en algún momento como tema para este blog.
http://padreenrique.blogspot.com
Juan de Atienza, hijo del Consejero real de Castilla Bartolomé de Atienza, que fuera testamentario de Carlos V, era estudiante de leyes en la Universidad de Salamanca; pidió su ingreso en la Compañía de Jesús en esa ciudad, donde fue admitido a los 18 años. A los 27 le encargaron la fundación del Colegio de Villagarcía, donde fue rector y maestro de novicios. A los 33 era rector del colegio de Valladolid. Entonces pidió al padre General participar en el grupo de jesuitas que vendrían con el padre Baltasar Piñas a la Provincia del Perú, que había sido fundada el año 1568.
El 20 de mayo de 1581 llegó a Lima el grupo. Traían cartas del padre General, y al abrirlas se encontraron con que el padre Juan de Atienza venía nombrado rector del Colegio de San Pablo. De inmediato asumió sus funciones y para su sorpresa, encontró que muchos jóvenes seglares venían a las lecciones públicas del colegio de la esquina de las calles Estudios y Gato, de la misma manera que asistían a las cátedras de los dominicos, porque no había propiamente un colegio.
Había en Lima un presbítero, Blas Curiana, que tenía un grupo de alumnos a quienes educaba personalmente con esmero. Atienza se puso en contacto con éste y acordaron que la Compañía se hiciera cargo de los alumnos y con ellos se fundara un colegio. El padre Provincial estuvo de acuerdo y se solicitó autorización al Virrey Martín Henríquez de Almanza. Se formó una eficaz comisión que logró largamente conseguir el dinero necesario en pocos días. No podía ser de otro modo, porque los chicos andaban más bien sueltos en una ciudad que no era precisamente edificante. Se adquirió un hermoso terreno, que es donde está actualmente el Palacio de Justicia, sobre la Estación Central del Metropolitano de Lima. Así quedó fundado el Colegio de San Martín, que a la usanza de la época llevó el nombre del Virrey, fue confirmado por real cédula y por breve del Papa Sixto V. No está de más decir que si no hubiera sido por la expulsión de los jesuitas en 1767, el Colegio de la Inmaculada de Lima aún llevaría este nombre
Al dejar el padre Piñas el provincialato en 1585, fue nombrado el padre Atienza. Entre sus primeras acciones estuvo el unir la congregación de los estudiantes del colegio San Pablo a la de la Annunciata de Roma. Consiguió también el título de real para el colegio de San Martín, por lo que junto al IHS de la portada, el virrey Hurtado de Mendoza le colocó las armas reales. Entonces independizó el rectorado de San Martín del de San Pablo, nombrando a Pablo José de Arriaga para el de menores.
Atienza envió a su predecesor Piñas y Diego González de Holguín y otros dos jesuitas a fundar una residencia y colegio en Quito. A Francisco de Angulo y Diego de Bárcena los envió a fundar la Misión del Paraguay. A Diego Martínez y Diego Samaniego envió a fundar Santa Cruz de la Sierra, y a fundar Chuquisaca envió a Manuel Vásquez y Antonio de Vega.
Los indios que residían en Lima tenían que vivir en el pueblo del Cercado, que estaba a cargo de la Compañía. En el barrio de San Lázaro se había instalado un grupo de naturales, que debieron trasladarse al Cercado. Como en San Lázaro tenían un cura nombrado por el arzobispo, se supuso que el traslado implicaba el nombramiento de un cura distinto a los jesuitas. El santo Arzobispo Toribio de Mogrovejo, además del nombramiento pretendió hacer visita de la doctrina. Atienza, versado en leyes al igual que Mogrovejo, elevó a Roma la contienda de competencias, siendo esta resuelta de manera favorable a los jesuitas.
Siendo provincial, Atienza falleció en el Colegio de San Pablo en noviembre de 1592, a los 46 años. Había sido consultor de la Inquisición y del Virrey, participó en los Concilios Limenses de 1582 y 1591. Las primeras impresiones del Catecismo y Doctrina que salieron de San Pablo como fruto de los Concilios estuvieron bajo su supervisión En el Archivo Nacional del Perú hay una “Relación de la fundación de los colegios del Perú” que espero poder consultar en algún momento como tema para este blog.
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