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PAPA Robert : LEON XIV y ESCUDO Pontificio 2025

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martes, 28 de abril de 2015

27.04 Santo Toribio de Mogrovejo



El Patrono de los obispos Latinoamericanos pastoreó una diócesis inmensa

REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

A fines de abril celebramos a santo Toribio Mogrovejo. Es el obispo Patrono del Episcopado Latinoamericano.

Toribio es oriundo de España. Pero ya en su tiempo salió de sí y de sus muros para ir al encuentro de Jesús en las llagas del prójimo que sufre, como pide Papa Francisco, no como un príncipe sino como un servidor de los pobres y humildes.

Como misionero en América Latina fue obispo de una "súper" diócesis, que abarcaba desde Panamá hasta el Río de la Plata, la Arquidiócesis de Lima, desde 1589 hasta su muerte en 1606. Pastor incansable, lleno de amor y compasión, recorría a pie y a caballo su jurisdicción, atendiendo a la gente. Inflexible con los que explotaban y maltrataban a los indios, se enfrentó a los encomenderos. Aprendió las lenguas de tantos pueblos originarios diversos, para compartir con ellos la alegría del Evangelio. Imagínense cómo trabajó por Jesús y la gente que, ya en aquel tiempo, convocó sínodos y concilios para organizar la evangelización en una región tan grande, publicó catecismos y textos para homilías y de ayuda para los confesores. Entre otras cosas, fundó también el primer seminario de formación para sacerdotes de América Latina.

¡Viva santo Toribio milagroso!

Roguemos a Dios, por intercesión de Santo Toribio y Jesús Buen Pastor, por todos los pastores del Pueblo de Dios peregrino en Latinoamérica para que, siguiendo su ejemplo, den testimonio de la alegría del Evangelio como discípulos misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos tengan la Vida plena que el Resucitado nos ofrece.



Cuadro: Torobio de Mogrovejo, anónimo Museo de Salamanca - RV


La teología conciliar en tiempos de Santo Toribio de Mogrovejo
Josep-Ignasi SARANYANA
Universidad de Navarra
Publicado en Revista Peruana de Historia Eclesiástica, 9, 2006, pp. 125-160

1.     Los concilios limenses
2.     La reforma por vías conciliares
3.     La vía conciliar en los reinos hispánicos y América
4.     El Sínodo de Sevilla de 1512
5.     La tradición conciliar en América anterior a Trento
6.     La reforma tridentina en España y América
7.     Concilios limenses posteriores a Santo Toribio
8.     La cuestión conciliar en tiempos de Santo Toribio


Escudo de Santo Toribio de Mogrovejo

Santo Toribio de Mogrovejo

Ingresó en Lima el 12 de mayo de 1581. Convocó y presidió el III Concilio Limense (1582-1583), al cual asistieron prelados de toda Hispanoamérica, y en el que se trataban asuntos relativos a la evangelización de los indios. De esa histórica asamblea salieron luminosas normas de pastoral, así como textos de catecismo en castellano, quechua y aymara (los primeros libros impresos en Sudamérica).

Santo Toribio visitó innumerables poblados de su amplísimo territorio, uno de los más extensos y difíciles del mundo. A las visitas pastorales dedicó 17 de sus 25 años de obispo. Recorrió la hostil topografía peruana, desde Chachapoyas y Moyobamba hasta Nazca. Resumió sus itinerarios al escribir: “Mas de 5,200 leguas, muchas veces a pie, por caminos muy fragosos y ríos, rompiendo por todas las dificultades y careciendo algunas veces de cama y comida”. La caridad de Cristo lo impulsaba a administrar los sacramentos ya instruir a los fieles, a aliviarlos y ayudarlos.

Celebró hasta 13 sínodos. Fundó el Seminario de Lima (1590) y lo puso bajo la advocación de su patrono, Santo Toribio de Astorga.

Agobiado por los trabajos y la austeridad de sus penitencias, murió en Saña el 23 de marzo de 1606, Jueves Santo. Fue un infatigable misionero, gran organizador de la Iglesia sudamericana y denominado protector de los indígenas.

Beatificado por Inocencio XI en 1679. Canonizado por Benedicto XIII en 1726. En 1983 Juan Pablo II lo proclamó Patrono del Episcopado latinoamericano. También es patrono del pueblo de Macate, ubicado en Santa - Departamento de Ancash. Peru

Su fiesta se celebra el 27 de abril.


sant
El milagro de Santo Toribio de Mogrovejo en Macate


sábado, 10 de enero de 2015

10.01 Sor Ana de los Angeles



Beata Ana de los Ángeles Monteagudo - Flor de Santidad Arequipeña
Sor Ana de los Ángeles

Según algunas deducciones y testimonios se presume que nació el 26 de julio de 1604, fecha que no se puede asumir como exacta, ya que su Fe de Bautismo se perdió en un incendio ocurrido en la sacristía de la Iglesia Mayor de Arequipa, antecesora de la primera Catedral de la ciudad, en 1620.
Ana fue la cuarta de ocho hijos que conformaron la familia Sebastián de Monteagudo y Francisca de León: Francisco, Mariana, Catalina, (Ana), Juana, Inés, Andrea y Sebastián. Se conoce que Francisco fue sacerdote, Mariana se casó con Gabriel López de Pastrana, Catalina se casó con Gonzalo Tamayo e Inés se casó con Bernardino de Meneses. De los otros no se sabe nada, presumiendo que murieron por alguna de las pestes que en esa época azotaban la ciudad.



Sor Ana fue entregada a las religiosas catalinas a la edad de 3 años para su educación e instrucción; que por aquel entonces estaban principalmente vinculadas a la formación moral y religiosa.
Se cree que sus padres la retiraron del monasterio a los 10 u 11 años para casarla, lo que no sería nada extraño para esa época, en que los padres comprometían a sus hijas siendo aún menores de 14 años, edad mínima para un matrimonio válido.
Estando en su hogar paterno tuvo la visión de Santa Catalina de Siena, en el que le mostraba el hábito de las monjas dominicas de clausura. Entonces decide regresar al monasterio, conducida por un pequeño niño llamado Domingo.


Monasterio de Santa Catalina

Sus padres al conocer el hecho, trataron de disuadirla, ofreciéndole joyas, pero ella se mantuvo firme. Su padre finalmente aceptó su decisión y la apoyó, pero su madre no pudo aceptarlo diciéndole que no regresara más a su casa.
La dote que debía pagar al ingresar la dio su hermano Francisco, su madre a pesar de poder cubrir el monto, se negó rotundamente a hacerlo.
Recibió los votos de profesión adoptando el nombre religioso de "de los Ángeles". Desde el principio practicó lo que había profesado, aspirando siempre a la perfección.
En una oportunidad, y por un periodo de tres años, fue elegida Madre Priora del Monasterio, cargo muy importante, que quiso rechazar, ya que según ella, no estaba capacitada para el puesto. Algunas religiosas la apoyaron y prometieron ayudarla, pero otras estaban en contra de ella, diciendo que como iba a ser Priora, alguien que no sabía leer ni escribir. Este cargo le trajo muchos problemas con algunas religiosas, quienes trataron de envenenarla hasta en tres oportunidades. Ellas se encontraban disconformes con las medidas de austeridad que había impuesto Sor Ana, durante su priorato y en el que exigió que todas las religiosas vistieran sus hábitos sin ningún adorno de oro.


MILAGROS Y PREDICCIONES
La estrecha relación de Sor Ana de los Ángeles de Monteagudo con las almas del Purgatorio, fue determinante para sus predicciones, las mismas que generalmente fueron de carácter necrológico.
En varias oportunidades predijo enfermedades de algunos de sus allegados; para algunos predijo la cura, en el caso de otros, la inevitable muerte. Estos anuncios muchas veces fueron tomados con rechazo, desconfianza e incredulidad por las personas que de una u otra manera eran afectadas. Otros más fueron los hechos extraordinarios que durante su vida realizó Sor Ana de los Ángeles.
Las personas que la conocieron personalmente llegaron a señalar un total de sesenta y ocho predicciones todas cumplidas, realizadas por la venerable monja.


ULTIMOS AÑOS
Los últimos años de la venerable monja catalina transcurrieron en la oscuridad de la ceguera. Tenía mucha dificultad para caminar, sin embargo jamás se quejó o se sintió desdichada por correr esa suerte. A pesar que no existía ningún remedio eficaz para calmar sus terribles dolores, aceptó con toda humildad lo que el Señor le tenía preparado, siendo modelo de una entrega superior y de una plena y total confianza en Dios.
Antes de ser sepultada Sor Ana, un pintor captó sus facciones en un retrato, que es el único y verdadero testimonio gráfico que de su rostro ha quedado para la posteridad, ya que en vida evitó tan mundana gala.
El pintor había concurrido al Monasterio pese a que en esos días estaba afectado por fuertes dolores e incluso de una hinchazón generalizada de su cuerpo. Apenas concluyó de pintar el retrato de la venerable monja, en un pequeño lienzo y mientras salía por la portería, sanó completamente y de inmediato la enfermedad que lo había afectado en los últimos días, desapareció.

Sor Ana de los Ángeles falleció el 10 de Enero de 1686. Muerta Sor Ana, no fue necesario embalsamar su cuerpo, por el buen olor que despedía.
Fue enterrada en el piso de tierra del Coro del templo del Monasterio.

Diez meses después, el cadáver de Sor Ana fue exhumado y encontraron el cuerpo fresco, sin mal olor y con flexibilidad comprobada de los músculos y articulaciones. Inclusive exhalaba un olor muy singular que no los dejaba moverse de aquel sitio.
Luego de su muerte los milagros continuaron; numerosos casos de personas que padecían alguna enfermedad y al encomendarse a Sor Ana o tocar alguna prenda que le perteneció, desaparecían los males que les aquejaban. Todos estos hechos motivaron a las monjas catalinas a unir testimonios y presentar una petición el 19 de julio de 1686, es decir a seis meses de su muerte, para que la venerable monja pase a ser la primera Santa de Arequipa, proceso que todavía no ha llegado a su fin.

Fuente: Web del Monasterio de Santa Catalina-Arequipa


¡Ven, Vive con nosotros y con ella esta fiesta!



miércoles, 3 de noviembre de 2010

03.11 San Martin de Porres y Velasquez




SAN MARTIN DE PORRES Y VELASQUEZ
Hoy, 03 de Noviembre, la iglesia se viste de blanco y negro dominico para conmemorar el nacimiento para el cielo de SAN MARTÍN DE PORRES, quién muriera santamente en un día como hoy del año 1639 en Lima, Perú. Oriundo de esta ciudad, en 1579, fue religioso, hermano lego de la Orden de Santo Domingo. En 1962 el Papa Juan XXIII lo declaró santo. Ha sido proclamado patrono de la Justicia social. Sus restos se veneran con gran devoción en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de los Padres Dominicos, en Lima, Perú.
Unidos pues a la iglesia peruana y a cuantos trabajan por la justicia social, brindemos nuestro sincero aplauso a San Martín de Porres.


Meditación

SAN MARTINCITO: eres uno de los pocos representantes de América Latina inscrito en el libro de los santos. Como hijo natural, entraste al mundo por la puerta falsa. Tu madre, una esclava panameña, no sólo te dio el color mulato, sino una educación cristiana de acuerdo a sus posibilidades. Con esfuerzo inicias tus estudios de farmacia y cirugía, los que empleas en ayudar a la gente pobre. Pero cierto día, el Señor tocó tu corazón invitándote a entrar a la orden de los Padres Dominicos, quienes con muchas precauciones, especialmente por tu color mulato, te aceptan, pero sólo como hermano lego. Tuvieron que pasar nueve largos años para que te confirmaran como admitido en la orden. Sin embargo, ya desde el principio te conviertes en el amigo de los pobres, protector de los esclavos maltratados, sostén de los desafortunados de la ciudad, e incluso los animales vagabundos de la ciudad encontraron cabida en tu cariño. Poco a poco se fue extiendo en la ciudad la voz de tus extraordinarias facultades milagrosas. Hasta el virrey te admira y constantemente te ayuda en tus obras de caridad. A tí mismo te tratas con mucha dureza: comías poco, dormías solo tres o cuatro horas, las noches las pasabas en oración y haciendo severas penitencias. Tu muerte fue muy llorada pero también cantada. La gente sentía con seguridad de tener un intercesor peruano en los cielos.

Santoral para todo el Año
P. Javier San Martin S.J. - Sra Cecilia Mutual
latam@vatiradio.va