Refrescando el Verano del Peru

Domingo de Ramos con Maria 2018

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lunes, 14 de septiembre de 2009

Ilustres varones jesuitas


VARONES ILUSTRES SJ

A los espacios geográficos y administrativos en que se divide la Compañía de Jesús se les llamó desde el principio "provincias", al modo romano. La Provincia Peruana camina a los 450 años de su fundación. Difícilmente podemos iluminar nuestro futuro si no nos asomamos por lo menos de manera sintética al pasado. No para intentar repetir lo irrepetible, sino para ilusionarnos con la recreación de una realidad posible. Aunque nos suene retro, a la Provincia Peruana se le llamó la "provincia santa" porque hubo varones que destacaron en sabiduría, obras, santidad. Nuestros predecesores, los que vivieron entre la llegada en 1568 y la expulsión en 1767, participaron de la cultura y la espiritualidad del barroco. No nos avergonzamos de nuestros hermanos, pero tampoco los conocemos suficientemente. Hay tramos de la historia familiar que han preferido olvidarse por humildad o dolor. Me atrevo a preguntar: ¿Sabía usted que en el catálogo de los Venerables tenemos a tres compañeros jesuitas? ¿Sabía usted que hay tres Siervos de Dios cuyas causas no llegaron a concretarse? ¿Sabía usted que contamos entre nuestros antepasados con cinco mártires? ¿Sabía usted que de aquí salieron nueve superiores para otras provincias? Y solo me refiero a los primeros doscientos años.
VENERABLES:
P. DIEGO MARTÍNEZ (1542-1626). Nació en Ribera del Fresno (Badajoz, España). Paisano de San Juan Macías. Hijo de labradores, a los 16 años es enviado a la Universidad de Salamanca. Para costear sus estudios trabajaba como criado de otros estudiantes. Al concluir los estudios en 1566 ingresó en la Compañía de Jesús y vino al Perú en 1571, en la expedición de José de Acosta. Destinado a Cuzco, aprende el quechua y es ordenado sacerdote. Destinado a la misión de Juli de 1577 a 1584. Parte a Santa Cruz de la Sierra donde estudió las lenguas gorogotoqui, chané, capaccoro y chiriguana y escribió el catecismo en algunas de ellas. En 1599 fue nombrado rector del colegio de Chuquisaca; en 1606 del de Cuzco. Los últimos 14 años estuvo en el Colegio de San Pablo; fue confesor de Santa Rosa y de Luisa Melgarejo de Soto. "Religioso verdaderamente perfecto, operario insigne e incansable de españoles, de indios e infieles dignamente merecedor del venerable título de varón apostólico ..., honra y edificación de la Compañía». Su Vida fue modelo de virtud para los jóvenes jesuitas, en especial para los futuros misioneros.
P. JUAN SEBASTIÁN DE LA PARRA (1550-1622). Nació en Daroca (Zaragoza, España). Rector del colegio de Potosí y de San Pablo de Lima. En el terremoto de 1586, se dedicó a atender a las víctimas, y a los enfermos de la secuela de viruela. Provincial del Perú en 1592. Promovió las misiones en Chile, el Gran Chaco, Tucumán y el Paraguay, así como la escuela de Quito, origen de la futura universidad. En 1598 fundó la Congregación de Nuestra Señora de la Expectación del Parto (de la O) y otra de sacerdotes. Organizó conferencias teológicas y morales entre los caballeros y personas distinguidas de Lima. Propulsó las capellanías en el hospital de indios de Santa Ana y él mismo ayudaba en la administración de los santos sacramentos. Colaboró en la campaña de extirpación de la idolatría. Fue consultor de la provincia jesuítica del Perú y visitador de México. De espíritu contemplativo y prudencia en el gobierno, fue tenido como modelo. A la muerte de San Francisco Solano se le encargó la oración fúnebre.
FRANCISCO DEL CASTILLO (1615-1673). Limeño. Estudió en el Colegio de San Martín. Dedicado especialmente al ministerio con los negros en chacras y plazas, en especial en el Mercado del Baratillo. De oratoria efectista, recurría a la sorpresa, la música, las imágenes y los mecanismos teatrales del barroco. La cruz del Baratillo –hoy en San Pedro de Lima- era su punto de referencia. No tenía reparos en defender a los indios frente al abuso de las autoridades a pesar de exponerse a ser expulsado del Perú. Discípulo espiritual de Antonio Ruiz de Montoya, recorrió el camino de la mística. Se le atribuye la primera difusión del Sermón de las Siete Palabras o de las Tres horas. En su cuartel general a la entrada de Lima, la iglesia de Na. Sra. de los Desamparados, fundó la Escuela de Cristo, asociación de laicos en la que cultivaba su espíritu a través de meditación, espíritu de penitencia, la práctica sacramental y el amor al prójimo. Por eso también tuvo acercamiento a nobles, clérigos, comerciantes, siervos y menesterosos.
SIERVOS DE DIOS
P. FRANCISCO PATIÑO (1592-1661). Natural de Cuenca, Ecuador. Estudió latinidad en el Colegio de S. Luis de Quito. A los 15 años viajó a Lima para ingresar en el Noviciado (1607). Ordenado sacerdote, se dedicó largos años especialmente al trabajo de las misiones entre los naturales en Huamanga, Cuzco y La Paz desterrando idolatrías, arraigándolos en la fe y reduciéndolos a la vida cristiana. Los Obispos contaban con él para que los acompañara en las visitas de sus diócesis. En 1660 se retiró al Colegio del Cuzco, donde sufrió varias enfermedades. Como pensaba que el clima de Urcos le sentaría mejor (así piensan todavía algunos), lo destinaron allá, pero el 30 de Julio de 1661 murió. Los naturales en gran número lo condujeron hasta el Cuzco con velas encendidas. La entrada a la ciudad, entrada la noche, fue en medio de multitudes que salieron a recibirlo, aclamándolo todos como santo.
JUAN DE ALLOZA (1597-1566). Limeño. Estudió en el Colegio de San Martín. Estudiante de Derecho en San Marcos, ingresó en la Compañía a los veintiún años. Profesor de latín y retórica, se dedicó a la pastoral entre los indios en Huamanga, Huancavelica, Huánuco e Ica. Jesuita fervoroso, tuvo gran autoridad moral en la sociedad colonial, por encima de la Inquisición y de las autoridaddes políticas locales. Los 26 últimos años de su vida los pasó en Lima en el colegio de San Pablo y el noviciado de San Antonio Abad, muriendo con fama de santidad. Fue propuesto como ejemplo a seguir por los jóvenes jesuitas criollos. Escritos: Afición y amor de San Joseph; Breve oficio del nombre de María; Cielo estrellado; Convivium divini amoris.
H. GASPAR BAEZ ( -1662) Portugués, en 1626 ingresó a la Compañía en el Perú. Escondido a los ojos del mundo y dedicado a los oficios comunitarios en Arequipa, fue reconocido por su sabiduría no docta. Gozó de dones de profecía y taumatúrgicos; se identificó con los dolores de las llagas de Cristo hasta quedar espiritualmente estigmatizado. Apreciado por la Beata Sor Ana de los Angeles Monteagudo quien anunció su entrada al cielo cuando no se sabía la noticia de su muerte.
P. ALONSO MESSIA BEDOYA (1655-1732). El P. Messía Bedoya nació en San Juan de Pacaros (Huaral, Lima). Estudiós en el Colegio de San Martín y en la Universidad de San Marcos. Entró a la Compañía en 1671 y se ordenó de sacerdote en 1679. Doctor en teología, fue profesor en el Colegio S. Pablo, e instructor de 3ª probación en Santiago del Cercado. Nombrado Provincial de Quito en 1704, la oposición que se levantó en Lima fue tan grande que debió quedarse. Fue nombrado superior de la casa de los Desamparados (1705), luego Provincial del Perú (1711). Volvió a la casa profesa de los Desamparados donde permaneció hasta su muerte. Promovió la fundación del monasterio de dominicas de Santa Rosa, fundó la Congregación del Purísimo Corazón de María, después del terremoto de 1687 estableció en el Colegio S. Pablo la misión popular anual del l2 al 20 de octubre, construyó la casa de ejercicios de la Chacarilla de S. Bernardo. El conocimiento de la labor de la Compañía en la misión de Moxos se debe al interés que puso en su informe (cartas anuas). Por su obra "Devoción a las tres horas de la agonía de Cristo" se extendió la devoción promovida por el padre Francisco del Castillo.
MÁRTIRES
P. RAFAEL FERRER (1566-1611). Nacido en Valencia, Misionero en la Amazonía, fundó tres poblaciones de naturales. Convencido de su trabajo en la selva, se adentró dos años y medio hasta redescubrir el Marañón. Los intereses políticos dieron por tierra con su obra. Después de nueve años de rudos trabajos con los indios Cofanes entre las cabeceras de los ríos Napo y Putumayo, lo ahogaron en un río.
P. MIGUEL DE URREA (1554-1597). Nacido en Fuentes, Toledo. Incansable misionero, dominaba el quechua y el aymara, trabajó en Juli, Potosí y La Paz. Desde 1595 dio misiones en Larecaja (al norte de La Paz), con el objeto de evangelizar a los lecos. En Cavana dio a un enfermo agua con azúcar; éste murió y los familiares pensaron que lo habían envenenado; buscaron en Tarapo al padre y lo mataron a golpes de macana.
P. BERNARDO REUS (1601-1629). Murió por manos de Chunchos de Apolobamba - La Paz - Bolivia, en compañía del agustino Fray Laureano Yvañez, atravesados por flechas, en compañía de cuatro indios yanaconas cristianos. Aprendió la lengua aymara en Juli y fue destinado al Colegio de La Paz, puerta para las misiones de Apolobamba.
P. CIPRIANO BARAZE: (1641-1702). Nacido en Navarra, ingresó a la Compañía por el ejemplo de Francisco Xavier. Pidió venir al Perú fue ordenado sacerdote a los 31 años. Aventurero y lleno de iniciativas, pidió y fue enviado a misionar entre los moxos; entre ellos y los chiriguanos estuvo veintisiete años fundando pueblos, introduciendo ganado, enseñando a tejer, evangelizando en toda forma posible. En una incursión entre los Guarayos y los Baures, fue atacado con flechas y le quitó la vida un golpe de macana.
P. BALTASAR DE ESPINOSA (1679-1709). Nació en Pisco. Estudió en el Colegio de San Martín. Entró a la Compañía en 1698 en Lima. Terminada la Tercera Probación en Huamanga, en 1705 fue destinado a la misión de los moxos. Trabajó primero en el pueblo de Loreto y se le confió el establecer reducciones entre los mobimas. En 1709 fundó el pueblo de San Lorenzo. Aprovechando un viaje de Espinosa a la reducción de San Pedro, uno de los jefes convenció a un grupo a abandonar el poblado. De regreso a San Lorenzo, Espinosa partió con algunos catecúmenos en su búsqueda el 23 de junio de 1709. Tres días después, el 26 de junio, fueron atacados a flechazos. Murieron Espinosa y 13 catecúmenos.
HOMBRES DE GOBIERNO
Del Perú pasaron a gobernar:
Paraguay: P. Pedro de Oñate, P. Nicolás Du ran Mastrilli, P. Francisco Lupercio Zurbano y P. José Isidro Barre da
Quito: P. Luis de Andrade y P. Baltasar de Moncada y estaba nombrado para regirla el P. Alonso Messia Bedoya, pero la ciudad de Lima hizo tanta oposición a este nombramiento, por no verse privado de tan eminente sujeto, que el P. General hubo de desistir.
Nuevo Reino de Granada: P. Sebastián Hazañero
Chile: P. Francisco Lupercio Zurbano y P. Manuel de Hería


Publicado por Padre Enrique Rodríguez en http://padreenrique.blogspot.com/
A.M.D.G.
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