El Sermón
nació en el Perú
El iniciador
del Sermón de las Tres Horas que está extendido en todo el mundo católico fue
el padre jesuita Francisco del Castillo. Lo hizo el Viernes Santo de 1660, al
evocar el dolor de Cristo y compararlo con el sufrimiento de los esclavos.
Izq: La efigie
del Cristo de la Agonía, ante la cual se realizó el primer Sermón de las Tres
Horas y que hoy se encuentra en la Parroquia de Desamparados, en Breña. Der:
Pintura recrea lo que fue el diario quehacer del padre Fracisco.
Perfil
1. SU
HISTORIA. Francisco del Castillo nació en Lima el 9 de febrero de 1615 y fue
bautizado en la Parroquia del Sagrario de la Catedral de Lima, el 23 de febrero
de 1615.
2. SUS INICIOS. En diciembre de 1632 ingresa al noviciado de la
Compañía de Jesús y tres años después hace sus primeros votos religiosos en esa
orden eclesiástica. En 1642, en abril, Francisco del Castillo recibe la
ordenación sacerdotal de Presbítero y celebra su primera misa como sacerdote.
3. SUS
SERMONES. Seis años después inicia la catequesis del Baratillo (cuadra 2 del
jirón Casma, Rimac), la que continuó hasta el día de su muerte, el 11 de abril
de 1673.
UNA TRADICIÓN
RELIGIOSA
• El iniciador del Sermón de las Tres Horas que está extendido en
todo el mundo católico fue el padre jesuita Francisco del Castillo.
• Lo hizo el
Viernes Santo de 1660, al evocar el dolor de Cristo y compararlo con el
sufrimiento de los esclavos.
Luis Velásquez
C.
Le decían el
Apóstol de los indios y los negros por su cerrada defensa de los derechos de
los esclavos y desposeídos en una época (S. XVII) en que esto era considerado
poco menos que subversivo. Francisco del Castillo lo sabía bien, pero no hacía
mucho caso a las críticas. No lo desalentaban. Por el contrario, dedicaba su
tiempo y esfuerzos a llevar la palabra de Dios a los pobres en las calles –la
mayoría de ellos quechuahablantes e iletrados–, y hacer colectas para
procurarles alimento.
Vivía para
ellos y por ellos. Y precisamente inspirado en su dolor, dedicó tres horas de
aquel Viernes Santo, de 1660, a recordar las palabras de Jesús en la cruz.
Buscó darles
un significado y hacer un paralelo entre el sufrimiento del Dios hecho hombre y
el pesar de los olvidados que durante aquella jornada estaban sentados ante al
altar de la Iglesia Nuestra Señora de Los Desamparados, escuchándolo.
No eran raros
en él los sermones largos, pero éste era una novedad. Sorprendió gratamente a
todos, incluso a sus rivales que lo veían con recelo y temían que sus
acostumbrados encuentros con los pobres en la Plazuela del Baratillo (en el
Rímac) pudieran alterar el orden establecido. Comprendieron que había nacido
una nueva manifestación de la fe.
Del Perú al
mundo
Respecto a
este episodio, los investigadores agregan y quitan detalles para hacer más
sencilla o más impresionante la historia. No se ponen de acuerdo en el antes ni
en el después de este importante hecho. Lo concreto, sin embargo, es que
Francisco del Castillo comenzó a hablar aquella tarde y no paró sino hasta que
sintió la fatiga.
Así nació el
Sermón de las Tres Horas, también conocido como el Sermón de las Siete
Palabras, que se extendió con rapidez al resto del país, a la región y luego al
mundo entero. Y aunque no hay un reconocimiento oficial del Vaticano al padre
Francisco del Castillo como instaurador de esta tradición, sí destaca su
entrega a la fe católica y a la divulgación de la palabra divina entre las
personas más necesitadas.
Muerte en el
altar
Pero no se
crea que en cuatro siglos de historia este sermón ha servido sólo para recordar
el mensaje final que dio Jesús a sus apóstoles o interpretar sus palabras según
las coyunturas y necesidades de los lugares donde éstas son evocadas.
No, claro que
no. Ha servido también como una prueba de fortaleza y de fe que, incluso, alguna
vez costó la vida a un religioso, el sacerdote Carlos Martínez, durante el
Viernes Santo de 1928, en la Iglesia San Pedro de Lima. Refieren los registros
que Martínez, alzando la mirada, dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi
espíritu”, y cayó al suelo. La fatiga lo había vencido. Y es que el hombre
había realizado el Sermón de las Tres Horas casi gritando, debido a la cantidad
de gente que se había dado cita en el lugar.
Francisco del
Castillo realizó el Sermón de la Tres Horas en la Iglesia de Nuestra de Señora
de los Desamparados. Y lo hizo ante la efigie del Señor de la Agonía.
Por desgracia
esta iglesia ya no existe. Fue demolida hace 60 años para dar paso al edificio
de Palacio de Gobierno. Hoy la nueva sede de la Parroquia (no iglesia) de
Desamparados queda en Breña.
Significado
del Jueves y el Viernes Santo
EL JUEVES
SANTO. Es el último día de la Cuaresma. Es un día especial para el pueblo
cristiano y el jueves más importante del año. Es el día en que Cristo, durante la
cena de despedida (Última Cena), instituye la Sagrada Eucaristía, da la gran
lección del humilde servicio lavando los pies a sus apóstoles, y los ordena
como sacerdotes.
Los católicos
realizan también el recorrido de los 7 templos recordando los siete recorridos
que hizo el Señor Jesús desde el Jueves Santo hasta el Calvario: 1ero. Desde el
Cenáculo hasta el huerto de Getsemaní. 2do. Desde el huerto, donde fue preso,
hasta la casa de Anás, donde fue interrogado. 3ero. A casa de Caifás, donde es
escupido e injuriado. 4to. En casa de Pilatos, donde es acusado por los judíos.
5to. Palacio del rey Herodes, donde es escarnecido por él y toda su soldadesca.
6to. De vuelta a casa de Pilatos, donde es azotado, coronado de espinas y
condenado a muerte. 7mo. De la casa de Pilatos al monte Calvario llevando a
cuestas la cruz en la que fue crucificado.
VIERNES SANTO.
(Día del Vía Crucis) En este día, por una tradición muy antigua no hay misa,
pero sí liturgia: tanto el oficio divino, como la celebración de la Pasión del
Señor. También es un día de ayuno y abstinencia obligatorio. La celebración de
la Pasión no es un acto de luto de la Iglesia, sino de triunfo de Cristo
exaltado y glorificado en la Cruz. El color de las vestiduras no es negro o
morado (antes se usaban estos colores), sino el rojo, color del triunfo de los
mártires. Terminada la comunión se hace una oración y se termina la liturgia
sin ningún canto.
http://www.larepublica.pe/25-03-2005/el-sermon-nacio-en-el-peru