Domingo de Ramos en
el Vaticano 2014
¿Me parezco a
Judas o a María, que llora a su Jesús?, el Papa en su homilía del Domingo de
Ramos
¿Dónde está mi
corazón? ¿Soy yo como Pilato que cuando veo que la situación es difícil, me
lavo las manos y no sé asumir mi responsabilidad y dejo condenar – o condeno yo
– a las personas? ¿Quién soy yo? ¿Me parezco a Judas o a María, que llora a su
Jesús? ¿Quién soy yo, ante mi Señor?, son algunas de las preguntas que el Papa
hizo en su homilía de este Domingo de la Pasión del Señor, que abre la Semana
Santa. (MFB - RV)
Texto completo de
la homilía del Santo Padre Francisco:
Esta semana
comienza con una procesión festiva con ramas de olivo: todo el pueblo acoge a
Jesús. Los niños y los jóvenes cantan, alaban a Jesús. Pero esta semana va
adelante en el misterio de la muerte de Jesús y de su resurrección.
Hemos escuchado
la Pasión del Señor. Nos hará bien preguntarnos ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo
ante mi Señor? ¿Quién soy yo, delante de Jesús entrando en Jerusalén en este
día de fiesta? ¿Soy capaz de expresar mi alegría, de alabarlo? ¿O tomo las
distancias? ¿Quién soy yo, delante de Jesús que sufre? Hemos oído muchos
nombres: tantos nombres.
El grupo de
líderes religiosos, algunos sacerdotes, algunos fariseos, algunos maestros de
la ley que había decidido matarlo. Estaban esperando la oportunidad de
apresarlo ¿Soy yo como uno de ellos? Incluso hemos oído otro nombre: Judas. 30
monedas. ¿Yo soy como Judas? Hemos escuchado otros nombres: los discípulos que
no entendían nada, que se quedaron dormidos mientras el Señor sufría.
¿Mi vida está
dormida? ¿O soy como los discípulos, que no entendían lo que era traicionar a
Jesús? ¿O como aquel otro discípulo que quería resolver todo con la espada: soy
yo como ellos? ¿Yo soy como Judas, que finge amar y besa Maestro para
entregarlo, para traicionarlo? ¿Soy yo, un traidor? ¿Soy como aquellos líderes
religiosos que tienen prisa en organizar un tribunal y buscan falsos testigos?
¿Soy yo como ellos?
Y cuando hago
estas cosas, si las hago, ¿creo que con esto salvo al pueblo? ¿Soy yo como
Pilato que cuando veo que la situación es difícil, me lavo las manos y no sé
asumir mi responsabilidad y dejo condenar – o condeno yo – a las personas? ¿Soy
yo como aquella muchedumbre que no sabía bien si estaba en una reunión
religiosa, en un juicio o en un circo, y elije a Barrabás?
Para ellos es lo
mismo: era más divertido, para humillar a Jesús. ¿Soy yo como los soldados que
golpean al Señor, le escupen, lo insultan, se divierten con la humillación del
Señor? ¿Soy yo como el Cireneo que regresaba del trabajo, fatigado, pero que
tuvo la buena volunta de ayudar al Señor a llevar la cruz? ¿Soy yo como
aquellos que pasaban delante de la Cruz y se burlaban de Jesús?: “¡Pero... tan
valeroso! ¡Que descienda de la cruz, y nosotros creeremos en Él!”.
La burla a Jesús…
¿Soy yo como aquellas mujeres valientes, y como la mamá de Jesús, que estaba
allí, y sufrían en silencio? ¿Soy yo como José, el discípulo escondido, que
lleva el cuerpo de Jesús con amor, para darle sepultura? ¿Soy yo como estas dos
Marías, que permanecen en la puerta del Sepulcro, llorando, rezando? ¿Soy yo
como estos dirigentes que al día siguiente fueron a los de Pilato para decir:
“Pero, mira que éste decía que habría resucitado; pero que no venga otro
engaño”, y frenan la vida, bloquean el sepulcro para defender la doctrina, para
que la vida no salga afuera? ¿Dónde está mi corazón? ¿A cuál de éstas personas
yo me parezco?
Que esta pregunta
nos acompañe durante toda la semana.
(Traducción de
Eduardo Rubió y María Fernanda Bernasconi – RV).