En junio
de 1948 salió en procesión por las calles del Centro de Lima la imagen del
Corazón de Jesús. El diario El Comercio hizo una larga crónica que es mejor
transcribir :
Ayer se rindió
fervoroso homenaje al Corazón de Jesús.- La sagrada imagen salió por primera vez
de la Iglesia de San Pedro, en solemne procesión.- La acompañaron millares de
fieles.
En la tarde de ayer, en fervoroso homenaje a
Jesucristo, se realizó una solemne procesión de la imagen del Sagrado Corazón de
Jesús, que, por primera vez, salió de su templo de San Pedro.
Desde el día anterior, todas las casas de las
calles por donde debía pasar la procesión lucían en sus balcones grandes
banderas de fondo amarillo con un corazón colorado rodeado de espinas verdes, en
el centro. Asimismo la fachada del templo de San Pedro había sido objeto de
arreglo. Desde los balcones de las torres pendían largas cortinas de seda roja;
en la parte céntrica, y arriba, se hallaba una enorme cruz, y debajo un corazón
de vastas proporciones, circundado por la corona de espinas. A los lados, encima
casi de la puerta principal, estaban las dos letras de Alfa y Omega, que como se
sabe significan el principio y el fin del simbólico lenguaje, y que se aplica en
este caso como que Dios es el principio y el fin de todo. A lo largo de la
fachada, en forma horizontal, aparecía un gan letrero que decía: “Gloria al
Corazón de Jesús”.
En el
templo
Desde antes
de las 5 de la tarde, hora indicada para el comienzo de la procesión, multitud
de personas ya se hallaban congregadas en el interior del templo, y en sus
alrededores. En el crucero de las tres naves se alzaba una enorme imagen del
Corazón de Jesús sobre un aparato con mecanismo de ruedas, rodeada de flores y
de las banderas de los 21 países americanos: a los pies tenía una corona de
regular tamaño, y poco más arriba de ella una inscripción que decía: “Venid a mi
todos”. La imagen del Corazón de Jesús estaba cubierta por un dosel de color
rojo.
La organización de la procesión la realizaba en el interior del templo el R.P. José María Magañas; afuera, el R.P. Rafael Valdés, y desde el micro, que trasmitía a los altoparlantes puestos en las calles, el R.P. Ramón Bautista; todos de la Compañía de Jesús.
La organización de la procesión la realizaba en el interior del templo el R.P. José María Magañas; afuera, el R.P. Rafael Valdés, y desde el micro, que trasmitía a los altoparlantes puestos en las calles, el R.P. Ramón Bautista; todos de la Compañía de Jesús.
La
procesión
A la
hora exacta se inició la procesión. Salió en primer lugar la Cruz Alta, con los
dos turiferarios seguidos de los cruzados de los diferentes centros parroquiales
de la Capital, Callao y Balnearios. Luego, seguían los colegios de mujeres, las
asociaciones piadosas femeninas todas con sus estandartes y en filas de nueve. A
continuación iban en banderas grandes, con letras doradas y entela de fondo
rojo, las promesas hechas por el sagrado Corazón a Santa Margarita maría de
Alacoque, conducidas por distinguidas damas, y acompañadas por cientos de
mujeres de toda condición social.
Las asociaciones masculinas, fueron presididas por los Caballeros de Colón a cuya cabeza iba el gran Caballero; formaban en este grupo numerodos hombres, muchos de los cuales portaban farolitos colorados, cantando y rezando todos con hondo fervor religioso. En seguida, la bandera peruana era llevada por el doctor Víctor Andrés Belaunde, que más adelante se turnó con los doctores Luis Antonio Eguiguren, Alberto J. Rospigliosi y Alejandro Correa Elías.; y las banderas de los países que se sumaron a este homenaje llevadas por los representantes diplomáticos, delante de las cuales estaba la de España. Los sacerdotes del clero regular y secular formaron después abriendo calle.
Las asociaciones masculinas, fueron presididas por los Caballeros de Colón a cuya cabeza iba el gran Caballero; formaban en este grupo numerodos hombres, muchos de los cuales portaban farolitos colorados, cantando y rezando todos con hondo fervor religioso. En seguida, la bandera peruana era llevada por el doctor Víctor Andrés Belaunde, que más adelante se turnó con los doctores Luis Antonio Eguiguren, Alberto J. Rospigliosi y Alejandro Correa Elías.; y las banderas de los países que se sumaron a este homenaje llevadas por los representantes diplomáticos, delante de las cuales estaba la de España. Los sacerdotes del clero regular y secular formaron después abriendo calle.
La
imagen del Sagrado Corazón de Jesús hizo su aparición a las 5 y 30 de la tarde,
en la puerta de la Iglesia de san Pedro, siendo recibida por una ovación y vivas
que se prolongaron por varios minutos, Detrás de la imgen marchaba el Obispo
Auxiliar de la Arquidiócesis, Monseñor Federico Pérez Silva, Monseñor Juan F.
Portales, el R.P. Viceprovincial de la Compañía de Jesús, los superiores de las
diversas casas de la misma Compañía y los canónigos del cabildo Metropolitano, y
luego el Edecán del Presidente de la República, Capitán de Navío Jorge Luna
Ferreccio, acompañado del Director interino de Culto, doctor Adelmo Ricci
Ferreyros, del Doctor José Ramírez Barinaga, Mayordomo de la Archicofradía del
Rosario de Españoles; del doctor Emilio Trigoso, Mayordomo de la Cofradía de N.
Sra. de la Merced, del señor Juan M. Sarmiento, presidente de las Sociedades de
San Vicente de Paul, el señor Juan P. Peralta, del señor Arnaldo Panizo, del
señor Luis G. Fábrega, del Capitán de Navío Moisés Pinto Basurco, y del señor
Carlos A. Baella. Cerraban la procesión las bandas del regimiento Guardia
Republicana y del N° 1.
El cortejo se dirigió por la calles Beytia,
Virreyna, Concepción, Paz Soldán, Pileta de Santa Rosa, Palacio de Justicia,
Botica de San Pedro, Rifa, Núñez, Coca,
Villalta y San Pedro para ingresar al terminar la procesión, en su
templo.
A su paso por las calles que indicamos, desde los balcones se arrojaron flores a la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y le tributaron su homenaje desde la iglesia de la Concepción y de Santa Rosa. Cuando la imagen llegó a la altura del edificio de este diario, cuyos balcones se encontraban ocupados por de la los miembros del Directorio y de la Redacción de “El Comercio” acompañados de sus familiares, se le rindió homenaje fervoroso durante algunos instantes, con ofrenda de flores. Más adelante la procesión pasó ante los balcones de Torre Tagle, donde se hallaban ministros de Estado y Embajadores con sus esposas, así como otras distinguidas personas. También desde este lugar se le ofreció el homenaje de fe al Corazón de Jesús.
A su paso por las calles que indicamos, desde los balcones se arrojaron flores a la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y le tributaron su homenaje desde la iglesia de la Concepción y de Santa Rosa. Cuando la imagen llegó a la altura del edificio de este diario, cuyos balcones se encontraban ocupados por de la los miembros del Directorio y de la Redacción de “El Comercio” acompañados de sus familiares, se le rindió homenaje fervoroso durante algunos instantes, con ofrenda de flores. Más adelante la procesión pasó ante los balcones de Torre Tagle, donde se hallaban ministros de Estado y Embajadores con sus esposas, así como otras distinguidas personas. También desde este lugar se le ofreció el homenaje de fe al Corazón de Jesús.
Fervoroso ambiente
Durante todo el trayecto la procesión se desarrolló
en un gran ambiente de recogimiento, y cuando las horas de la noche cubrieron la
ciudad el espectáculo era magnífico, pues se veía una enorme muchedumbre
portando faroles encendidos y apiñada en torno al Sagrado Corazón de Jesús,
entonando cánticos y plegarias. Todo esto era coordinado desde un micro que
ubicado en un automóvil, que confundido con el gran grueso de las gentes,
repartía su voz a los altoparlantes. Así la procesión tuvo los caracteres de una
gran manifestación, tanto por la crecida cantidad de fieles, cuanto por el
motivo solemne que los congregaba.
Cuando llegó la imagen al templo, ya era entrada la noche. Las gentes daban muestras de inmenso entusiasmo. La imagen fue conducida por todo el cuadrilátero de la Plazuelita que da frente a la iglesia, en medio de aplausos y de vítores estruendosos.
En estos momentos el Padre Valdés, párroco de San Pedro, pronunció una elocuente alocución, rica en conceptos y explicativa en verdades. Trajo a colación la Parábola de Cristo, en la que solemnemente dijo: El que me confiese a mi delante de los hombres, a ese confesaré delante de mi Padre; y expuso ampliamente el sentido de estas palabras del Salvador del mundo. Al finalizar, el padre Valdés fue largamente aplaudido, entonándose en seguida el Himno Nacional, que fue cantado con gran fervor patriótico por la multitud, la que prorrumpió después en vivas al Sagrado Corazón de Jesús y al Perú.
Cuando llegó la imagen al templo, ya era entrada la noche. Las gentes daban muestras de inmenso entusiasmo. La imagen fue conducida por todo el cuadrilátero de la Plazuelita que da frente a la iglesia, en medio de aplausos y de vítores estruendosos.
En estos momentos el Padre Valdés, párroco de San Pedro, pronunció una elocuente alocución, rica en conceptos y explicativa en verdades. Trajo a colación la Parábola de Cristo, en la que solemnemente dijo: El que me confiese a mi delante de los hombres, a ese confesaré delante de mi Padre; y expuso ampliamente el sentido de estas palabras del Salvador del mundo. Al finalizar, el padre Valdés fue largamente aplaudido, entonándose en seguida el Himno Nacional, que fue cantado con gran fervor patriótico por la multitud, la que prorrumpió después en vivas al Sagrado Corazón de Jesús y al Perú.