Coman y Beban Gratis
Escrito por: Padre Javier San Martin sj
Comentario al Domingo Décimo Octavo del Tiempo Ordinario - ciclo A
Mateo 14, 13 al 21,.
31 de julio, 2011
Estimados amigos, bienvenidos a nuestra cita dominical
Que la PAZ del Señor sea con Ustedes.
Hoy celebramos el Domingo dieciocho del Tiempo Ordinario.
El milagro de la multiplicación de los panes que nos presenta hoy la Liturgia tiene una importancia especial .Vamos a escuchar la narración de Mateo.
Jesús se presenta como el nuevo Moisés, como el Profeta último que Dios envía al mundo. Moisés, al salir de Egipto, se adentra en el mar, penetra en el desierto, enseña al pueblo y lo sacia con el pan que cae del cielo, es decir, con el maná preparado por Dios para su pueblo. Todo esto lo va a realizar Jesús con el gesto de un milagro espectacular. Juan el Bautista ha sido encarcelado. Jesús se adentra en el agua del lago, y huye prudentemente. Los escribas y fariseos rechazan la palabra del Señor, mientras que los pobres, por el contrario, le siguen a todas partes, aunque estén muriendo de hambre, como hoy. La gente, siguiendo a Jesús, lo han acompañado hasta un lugar desierto donde no encuentran nada que comer. Jesús al bajar de la barca y ver aquella multitud, siente por ella una gran compasión. Les habla, les instruye, les anima, cura a los enfermos… Los apóstoles, preocupados, piensan en algo importante, y le dicen:
- Maestro, mira qué hora es.
Va a llegar la noche
y esta gente no tienen qué comer.
¿Por qué no les dices que vayan
a las aldeas vecinas
para que se compren algo?..
- No hace falta que vayan,
les dice el Señor,
denles ustedes de comer.
- Pero, Señor,
¿cómo quieres que les demos nosotros,
si aquí no hay más que cinco pancitos
y dos pescados?
- Tráiganme los panes y esos peces aquí.
Y, distribuyan a la gente por grupos
y que se sienten en la hierba.
.
Los discípulos así lo hacen. Resulta un espectáculo impresionante. Cinco mil hombres, mujeres y niños sentados en el prado miran a Jesús con una expectativa particular. Jesús, entonces, toma los panes y los dos pescados, levanta los ojos al cielo, da gracias a su Padre, despedaza los panes y manda a los apóstoles:
¡Ahora, distribuyan a todos para que coman en abundancia!
La gente se sacia con el rico pan y el pescado fresco. Jesús dice finalmente:
Recojan todo lo que ha sobrado.
Y allí quedaban doce canastos llenos, como una provisión para que no faltara después el alimento necesario y como un signo de la providencia de Dios con ese pueblo que lo sigue fielmente.
¿Queremos entender profundamente un Evangelio tan hermoso? Si tomamos la Biblia, vemos con frecuencia cómo los profetas nos presentan el Reino del Mesías como un banquete espléndido, con ricos y abundantes manjares.
Isaías lo proclama diciendo:
Todos los que tengan hambre y sed,
vengan, coman y beban todo lo que quieran hasta saciarse.
No se preocupen si no tienen dinero para comprar
porque yo les ofrezco todo gratis.
Y no se dejen engañar
por quienes les ofrecen alimentos que no satisfacen.
Síganme para que puedan saciarse
de rico pan, vino y leche que les tengo preparados.
Ese pan es mi palabra, si están atentos y quieren escuchar.
.
Este simbolismo lo realiza ahora Jesús con un milagro que la Iglesia ha entendido siempre en su significado más profundo.
Jesús es el Mesías, el nuevo Moisés mandado por Dios a su Pueblo, al que sacia con el maná verdadero durante la travesía del desierto.
Ese maná es el que Jesús nos da en la última cena, cuando tomando el pan lo bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:
Tomen y coman, porque esto es mi cuerpo.
Pero Jesús quiere repetir la realidad de este milagro dentro de su Iglesia por medio de los apóstoles, a los que da un encargo preciso:
-Hagan esto en memoria mía.
De este modo, todos los días, especialmente en la Misa dominical, se repite este milagro del Señor. Jesús nos reúne en torno a sí, nos habla, nos sacia con el pan de su Palabra y de su Cuerpo. El está en medio de su Pueblo, ofreciendo, una vez más, el banquete de los panes y los peces que son ahora su Palabra y su cuerpo.
¡Señor Jesús !Hoy quiero sentarme contigo para recibir lo que tú nos quieres ofrecer, pero especialmente quiero ser tu discípulo que distribuya en tu nombre, entre la gente, tu verdad y el pan de tu palabra. Quiero llenar mi mundo con tu amistad.
Pero lo más importante es
Y bien amigos, así terminamos nuestra cita dominical. Pero ahora viene lo más importante.
Toma el evangelio en tus manos, San Mateo, Capítulo 14, versículo 13 al 21, y trata de sentir lo que el mismo Señor Jesús te quiere decir.
Quédate, pues, ahora, a solas con el Señor.
Agradecemos al Padre Pedro García por su colaboración con esta reflexión.
Quiénes hablan: Cecilia Mutual y Javier San Martín los esperamos el próximo domingo!
http://faculty.shc.edu/jsanmartin/2011/07/27/coman-y-beban-gratis-a36/
El Padre Javier San Martin estara en Peru:
• En Arequipa, del 04 al 17, Colegio San José
• En Lima del 18 al 24, Parroquia de Fátima – Miraflores, y luego
• En Houston (USA), del 25 al 29, Strake Jesuit College.
Jesús se presenta como el nuevo Moisés, como el Profeta último que Dios envía al mundo. Moisés, al salir de Egipto, se adentra en el mar, penetra en el desierto, enseña al pueblo y lo sacia con el pan que cae del cielo, es decir, con el maná preparado por Dios para su pueblo. Todo esto lo va a realizar Jesús con el gesto de un milagro espectacular. Juan el Bautista ha sido encarcelado. Jesús se adentra en el agua del lago, y huye prudentemente. Los escribas y fariseos rechazan la palabra del Señor, mientras que los pobres, por el contrario, le siguen a todas partes, aunque estén muriendo de hambre, como hoy. La gente, siguiendo a Jesús, lo han acompañado hasta un lugar desierto donde no encuentran nada que comer. Jesús al bajar de la barca y ver aquella multitud, siente por ella una gran compasión. Les habla, les instruye, les anima, cura a los enfermos… Los apóstoles, preocupados, piensan en algo importante, y le dicen:
- Maestro, mira qué hora es.
Va a llegar la noche
y esta gente no tienen qué comer.
¿Por qué no les dices que vayan
a las aldeas vecinas
para que se compren algo?..
- No hace falta que vayan,
les dice el Señor,
denles ustedes de comer.
- Pero, Señor,
¿cómo quieres que les demos nosotros,
si aquí no hay más que cinco pancitos
y dos pescados?
- Tráiganme los panes y esos peces aquí.
Y, distribuyan a la gente por grupos
y que se sienten en la hierba.
.
Los discípulos así lo hacen. Resulta un espectáculo impresionante. Cinco mil hombres, mujeres y niños sentados en el prado miran a Jesús con una expectativa particular. Jesús, entonces, toma los panes y los dos pescados, levanta los ojos al cielo, da gracias a su Padre, despedaza los panes y manda a los apóstoles:
¡Ahora, distribuyan a todos para que coman en abundancia!
La gente se sacia con el rico pan y el pescado fresco. Jesús dice finalmente:
Recojan todo lo que ha sobrado.
Y allí quedaban doce canastos llenos, como una provisión para que no faltara después el alimento necesario y como un signo de la providencia de Dios con ese pueblo que lo sigue fielmente.
¿Queremos entender profundamente un Evangelio tan hermoso? Si tomamos la Biblia, vemos con frecuencia cómo los profetas nos presentan el Reino del Mesías como un banquete espléndido, con ricos y abundantes manjares.
Isaías lo proclama diciendo:
Todos los que tengan hambre y sed,
vengan, coman y beban todo lo que quieran hasta saciarse.
No se preocupen si no tienen dinero para comprar
porque yo les ofrezco todo gratis.
Y no se dejen engañar
por quienes les ofrecen alimentos que no satisfacen.
Síganme para que puedan saciarse
de rico pan, vino y leche que les tengo preparados.
Ese pan es mi palabra, si están atentos y quieren escuchar.
.
Este simbolismo lo realiza ahora Jesús con un milagro que la Iglesia ha entendido siempre en su significado más profundo.
Jesús es el Mesías, el nuevo Moisés mandado por Dios a su Pueblo, al que sacia con el maná verdadero durante la travesía del desierto.
Ese maná es el que Jesús nos da en la última cena, cuando tomando el pan lo bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:
Tomen y coman, porque esto es mi cuerpo.
Pero Jesús quiere repetir la realidad de este milagro dentro de su Iglesia por medio de los apóstoles, a los que da un encargo preciso:
-Hagan esto en memoria mía.
De este modo, todos los días, especialmente en la Misa dominical, se repite este milagro del Señor. Jesús nos reúne en torno a sí, nos habla, nos sacia con el pan de su Palabra y de su Cuerpo. El está en medio de su Pueblo, ofreciendo, una vez más, el banquete de los panes y los peces que son ahora su Palabra y su cuerpo.
¡Señor Jesús !Hoy quiero sentarme contigo para recibir lo que tú nos quieres ofrecer, pero especialmente quiero ser tu discípulo que distribuya en tu nombre, entre la gente, tu verdad y el pan de tu palabra. Quiero llenar mi mundo con tu amistad.
Pero lo más importante es
Y bien amigos, así terminamos nuestra cita dominical. Pero ahora viene lo más importante.
Toma el evangelio en tus manos, San Mateo, Capítulo 14, versículo 13 al 21, y trata de sentir lo que el mismo Señor Jesús te quiere decir.
Quédate, pues, ahora, a solas con el Señor.
Agradecemos al Padre Pedro García por su colaboración con esta reflexión.
Quiénes hablan: Cecilia Mutual y Javier San Martín los esperamos el próximo domingo!
http://faculty.shc.edu/jsanmartin/2011/07/27/coman-y-beban-gratis-a36/
El Padre Javier San Martin estara en Peru:
• En Arequipa, del 04 al 17, Colegio San José
• En Lima del 18 al 24, Parroquia de Fátima – Miraflores, y luego
• En Houston (USA), del 25 al 29, Strake Jesuit College.