Discurso del Papa Francisco en la Asamblea General de la ONU - 25 set 2015

Refrescando el Verano del Peru
PAPA Robert : LEON XIV y ESCUDO Pontificio 2025
PAPA Robert: LEON XIV y ESCUDO Pontificio 2025
viernes, 25 de septiembre de 2015
25.09 Discurso del Papa Francisco en la Asamblea General de la ONU - 2015
Discurso del Papa Francisco en la Asamblea General de la ONU - 25 set 2015
29.09 Presentación libro ENAMORARSE DE DIOS por A. Franco sj
Presentación de Nuevo libro:
" ENAMORARSE DE DIOS "
Autor: Padre Adolfo Franco sj
Día: Martes 29 de Septiembre 2015
Hora: 07:00 pm.
Lugar: Salon Parroquial Virgen de Fatima
Av. Armendariz 230 - Miraflores - Lima
Vino de Honor
INGRESO LIBRE
SEPTIEMBRE : MES DE LA BIBLIA
SEPTIEMBRE - MES DE LA BIBLIA
En Septiembre, dedicado a la Biblia, se recomienda la
lectura y estudio de la Biblia y a su difusión; como también a practicar la
lectura orante de la Biblia, por ello compartimos nuestras publicaciones sobre
estos temas:
¿Qué es la Biblia?
Traducciones y autores de la Biblia
Interpretación
Mensaje de Dios
Lectio Divina
Descubre la Biblia
¿Cómo se escribió?
¿Cómo leer la Biblia?
Para iniciarse en la lectura
Estudios de los Libros del Nuevo Testamento
El inicio del Génesis
¿Cómo interpretar las narraciones de la creación?
¿Qué nos dice sobre sobre la existencia del mal, el
dolor, el sufrimiento y la muerte?
Acceda AQUÍ
Fuente: Formación Pastoral para Laicos
jueves, 24 de septiembre de 2015
24.09 Papa Francisco en USA en Vísperas con los clérigos - 2015
24.09.2015 - 18:30 to 19:30 horas. El papa Francisco en los EE.UU
– Vísperas con el clero, religiosos y religiosas en la catedral de San Patricio
de Nueva York
Local Time(Thursday 24 September):18.30/19.30-Pope Francis celebrates Vespers with Clergy, Men and Women Religious in New York, on the occasion of his apostolic visit to the United States.
23.09 Papa Francisco en Washington DC - 2015
"Tengo grandes esperanzas
en su País", dijo el Papa en la Ceremonia de Bienvenida en la Casa Blanca
(RV).- En la residencia
oficial y la principal oficina del presidente de los Estados Unidos, y más
precisamente en el South Lawn, el famoso
prado de la Casa Blanca donde se llevan a cabo importantes ceremonias, y mismo
lugar donde fuera recibido su predecesor Benedicto XVI, tuvo lugar la Ceremonia
de Bienvenida al Obispo de Roma en los Estados Unidos.
El Santo Padre agradeció al
Presidente Barack Obama la acogida que le fue dispensada en nombre de los
ciudadanos estadounidenses.
Presentándose como “hijo de una familia de inmigrantes”, manifestó la
alegría de estar en el país que “ha sido construido en gran parte por tales
familias”.
Manifestando su deseo de
escuchar y compartir las esperanzas y sueños del pueblo norteamericano, el Papa
habló de algunos eventos destacados de su permanencia en el país, como el del
Congreso, en donde espera “transmitir
palabras de aliento a los encargados de dirigir el futuro político de la Nación
en fidelidad a sus principios fundacionales”, y aquel de Filadelfia con ocasión
del Octavo Encuentro Mundial de las Familias, “para celebrar y apoyar a la
institución del matrimonio y de la familia en este momento crítico de la
historia de nuestra civilización”.
El Papa evidenció la
importancia del compromiso de los católicos del país y de los conciudadanos en
la construcción de una sociedad verdaderamente tolerante e incluyente, “en la
que se salvaguarden los derechos de las personas y las comunidades, y se
rechace toda forma de discriminación injusta”.
Haciendo referencia a la
iniciativa del Presidente Obama para reducir la contaminación atmosférica, y
citando la última encíclica sobre el cuidado de la casa común, el pontífice
animó a “hacer los cambios necesarios para lograr un desarrollo sostenible e
integral”, y afirmó que “la humanidad aún posee la capacidad de colaborar para
construir nuestra casa común”.(Laudato si', 13)
Por último el Obispo de Roma
habló los esfuerzos realizados recientemente para reparar relaciones rotas y
abrir nuevas puertas a la cooperación dentro de nuestra familia humana, “pasos positivos”, dijo, en el camino de la
reconciliación, la justicia y la libertad, y expresó su deseo de que “todos los
hombres y mujeres de buena voluntad apoyen
las iniciativas de la comunidad internacional para proteger a los más
vulnerables y para suscitar modelos integrales e inclusivos de desarrollo”. “Tengo
puestas grandes esperanzas en estos días en su País – concluyó el Sucesor de
Pedro. ¡Que Dios bendiga a América!”
(GM – RV)
Discurso del Santo Padre:
Señor Presidente:
Le agradezco mucho la
bienvenida que me ha dispensado en nombre de todos los ciudadanos
estadounidenses. Como hijo de una familia de inmigrantes, me alegra estar en
este país, que ha sido construido en gran parte por tales familias. En estos
días de encuentro y de diálogo, me gustaría escuchar y compartir muchas de las
esperanzas y sueños del pueblo norteamericano.
Durante mi visita, voy a tener
el honor de dirigirme al Congreso, donde espero, como un hermano de este País,
transmitir palabras de aliento a los encargados de dirigir el futuro político
de la Nación en fidelidad a sus principios fundacionales. También iré a Filadelfia
con ocasión del Octavo Encuentro Mundial de las Familias, para celebrar y
apoyar a la institución del matrimonio y de la familia en este momento crítico
de la historia de nuestra civilización.
Señor Presidente, los
católicos estadounidenses, junto con sus conciudadanos, están comprometidos con
la construcción de una sociedad verdaderamente tolerante e incluyente, en la
que se salvaguarden los derechos de las personas y las comunidades, y se
rechaze toda forma de discriminación injusta. Como a muchas otras personas de
buena voluntad, les preocupa también que los esfuerzos por construir una
sociedad justa y sabiamente ordenada respeten sus más profundas inquietudes y
su derecho a la libertad religiosa. Libertad, que sigue siendo una de las
riquezas más preciadas de este País. Y, como han recordado mis hermanos Obispos
de Estados Unidos, todos estamos llamados a estar vigilantes, como buenos
ciudadanos, para preservar y defender esa libertad de todo lo que pudiera
ponerla en peligro o comprometerla.
Señor Presidente, me complace
que usted haya propuesto una iniciativa para reducir la contaminación
atmosférica. Reconociendo la urgencia, también a mí me parece evidente que el
cambio climático es un problema que no se puede dejar a la próxima generación.
Con respecto al cuidado de nuestra «casa común», estamos viviendo en un momento
crítico de la historia. Todavía tenemos tiempo para hacer los cambios
necesarios para lograr «un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que
las cosas pueden cambiar» (Laudato si’, 13). Estos cambios exigen que tomemos
conciencia seria y responsablemente, no sólo del tipo de mundo que podríamos
estar dejando a nuestros hijos, sino también de los millones de personas que
viven bajo un sistema que les ha ignorado. Nuestra casa común ha formado parte
de este grupo de excluidos, que clama al cielo y afecta fuertemente a nuestros
hogares, nuestras ciudades y nuestras sociedades. Usando una frase
significativa del reverendo Martin Luther King, podríamos decir que hemos
incumplido un pagaré y ahora es el momento de saldarlo.
La fe nos dice que «el Creador
no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se
arrepiente de habernos creado. La humanidad aún posee la capacidad de colaborar
para construir nuestra casa común» (Laudato si', 13). Como cristianos movidos
por esta certeza, queremos comprometernos con el cuidado consciente y
responsable de nuestra casa común.
Los esfuerzos realizados
recientemente para reparar relaciones rotas y abrir nuevas puertas a la
cooperación dentro de nuestra familia humana constituyen pasos positivos en el
camino de la reconciliación, la justicia y la libertad. Me gustaría que todos
los hombres y mujeres de buena voluntad de esta gran Nación apoyaran las
iniciativas de la comunidad internacional para proteger a los más vulnerables
de nuestro mundo y para suscitar modelos integrales e inclusivos de desarrollo,
para que nuestros hermanos y hermanas en todas partes gocen de la bendición de
la paz y la prosperidad que Dios quiere para todos sus hijos.
Señor Presidente, una vez más,
le agradezco su acogida, y tengo puestas grandes esperanzas en estos días en su
País. ¡Que Dios bendiga a América!
Radio vaticana
24.09 Papa Francisco visita el Congreso de los Estados Unidos de Norte America - 2015
24.09 Cuando el Papa hablo el Congreso Norteamericano - 2015
“Cuando países que han estado
en conflicto retoman el camino del diálogo, que podría haber estado interrumpido
por motivos legítimos, se abren nuevos horizontes para todos”.
En su visita al Congreso de
los Estados Unidos, el Papa habló del diálogo entre países en conflicto.
Francisco llega a USA pasando por Cuba. Y él es un protagonista en este diálogo
iniciado entre Cuba y Estados Unidos. Por eso, aunque no haya pedido el
levantamiento del embargo, entiendo que Francisco en este párrafo del discurso
en el Congreso se refiere el tema cuando habló del diálogo entre países en
conflicto. Dijo Francisco: “En tal perspectiva de diálogo, deseo reconocer los
esfuerzos que se han realizado en los últimos meses y que ayudan a superar las
históricas diferencias ligadas a dolorosos episodios del pasado. Es mi deber
construir puentes y ayudar lo más posible a que todos los hombres y mujeres
puedan hacerlo. Cuando países que han estado en conflicto retoman el camino del
diálogo, que podría haber estado interrumpido por motivos legítimos, se abren
nuevos horizontes para todos. Esto ha requerido y requiere coraje, audacia, lo
cual no significa falta de responsabilidad. Un buen político es aquel que,
teniendo en mente los intereses de todos, toma el momento con un espíritu
abierto y pragmático. Un buen político opta siempre por generar procesos más
que por ocupar espacios (cf. Evangelii gaudium, 222-223).”
Acabar con el tráfico de armas
En el párrafo siguiente y en
el mismo marco del diálogo, el Papa dijo que “ser un agente de diálogo y de paz
significa estar verdaderamente determinado a atenuar y, en último término, a
acabar con los muchos conflictos armados que afligen nuestro mundo. Y sobre
esto hemos de ponernos un interrogante: ¿por qué las armas letales son vendidas
a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos
y la sociedad? Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente
por dinero; un dinero impregnado de sangre, y muchas veces de sangre inocente.
Frente al silencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema
y acabar con el tráfico de armas”.
REFLEXIONES EN FRONTERA, Para
tu Radio jesuita Guillermo Ortiz - RV
23.09 Papa Francisco en Misa y Canonización de Fr. Junipero Serra
Junípero Serra, santo de la catolicidad y protector de
los hispanos
(RV).- Con una multitudinaria
participación de fieles, el Papa Francisco canonizó en el Santuario Nacional de
la Inmaculada Concepción de Washington, al franciscano español, que se
considera como primer santo hispano, en
la nación estadounidense, en la que dentro de pocos años, la mitad de la
población será de origen hispano. San Juan Pablo II lo beatificó el 25 de
septiembre de 1988.
Después de la Santa Misa, en
un breve y emocionado encuentro, el Papa Francisco saludó a una representación
de las comunidades de nativos de California.
¡Oh Señor Jesús, nosotros
somos solamente tus discípulos misioneros, tus humildes cooperadores para que
venga tu Reino!
Con esta invocación en su corazón el Papa Francisco, pidió la
intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, y también la de Fray Junípero y de
los otros santos y santas americanos, para que lo conduzcan y guíen en sus viajes apostólicos a América del Sur y a
América del Norte. Lo dijo él mismo en su homilía de la Misa, en la Jornada de
reflexión para la canonización de Junípero Serra, en el Pontificio Colegio
Norteamericano, en Roma. (2 de mayo de 2015)
"Contemplamos el
testimonio de santidad de Fray Junípero – uno de los padres fundadores de los
Estados Unidos, santo de la catolicidad y especial protector de los hispanos
del país –, para que todo el pueblo americano descubra la propia dignidad,
consolidando cada vez más la propia pertenencia a Cristo y a su Iglesia",
deseó ese mismo día el Papa. Evocando su obra de evangelización, con los primeros “12 apóstoles franciscanos” que
fueron los pioneros de la fe cristiana en México, señaló que el mallorquín Fray
Junípero fue protagonista de una nueva primavera evangelizadora en aquellas
extensas tierras que, desde hacía doscientos años, habían sido alcanzadas por
los misioneros provenientes de España, desde Florida hasta California.
Además del testimonio de
santidad del que redactó el informe “Representación sobre la conquista temporal
y espiritual de la Alta California”,
calificado como una Carta de los Derechos de los indios, el Papa
Francisco puso de relieve, con la vida y
el ejemplo de Fray Junípero, su impulso
misionero y su devoción mariana: "sabemos que antes de regresar a
California quiso ir a consagrar su vida a Nuestra Señora de Guadalupe, y a
pedirle, para la misión que estaba por iniciar, la gracia de abrir el corazón
de los colonizadores y de los indígenas".
"Que un impetuoso viento
de santidad recorra el próximo Jubileo extraordinario de la Misericordia en
todas las Américas". Confiando en la promesa hecha por Jesús, el Papa
invitó a pedir a Dios esta particular efusión del Espíritu Santo.
"Pedimos a Jesús
Resucitado, Señor de la historia, que la vida de nuestro continente americano
se arraigue más y más en el Evangelio que ha recibido; que Cristo esté cada vez
más presente en la vida de las personas, de las familias, de los pueblos y de
las naciones".
Y que la mayor gloria de Dios
se manifieste en "la cultura de la vida, en la fraternidad, en la
solidaridad, en la paz, en la justicia, con amor preferencial y comprometido
por los más pobres, a través del testimonio de los cristianos de las diversas
comunidades y confesiones, de los creyentes de otras tradiciones religiosas y
de los hombres de recta conciencia y de buena voluntad".
La celebración coincidió con el mismo día en se cumplió el 90
aniversario de la colocación de la primera piedra del santuario mariano tan amado en Estados
Unidos, dedicado a la Inmaculada Concepción, patrona de esta nación. La
Basílica ha sido visitada por el Papa Benedicto XVI, el Papa Juan Pablo II y la
Madre Teresa de Calcuta.
Con el Papa Francisco en
Estados Unidos, Cecilia de Malak, Radio Vaticano
“Supo salir para testimoniar
la ternura de Dios”,
el Papa en la Misa de canonización de Fray Junípero
(RV).- “Supo testimoniar en
estas tierras la alegría del Evangelio, supo vivir lo que es la Iglesia en
salida”, lo dijo el Papa Francisco en su homilía de la Misa de canonización de
Fray Junípero Serra, en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción,
Washington, D.C.
Comentando los textos bíblicos
que la liturgia presenta en ésta celebración, el Santo Padre recordó que la
Palabra de Dios es “una invitación que golpea fuerte nuestra vida”. Una
invitación, dijo el Papa que hace eco del deseo que todos experimentamos a
llevar una vida plena, una vida con sentido, una vida con alegría. Hay algo
dentro de nosotros, agregó, que nos invita a la alegría y a no conformarnos, a
no resignarnos, a no caer en una resignación triste que poco a poco se va
transformando en acostumbramiento, con una consecuencia letal: anestesiarnos el
corazón.
Por ello, afirmó el Pontífice,
es importante “preguntarnos, ¿cómo hacer para que no se nos anestesie el
corazón? ¿Cómo profundizar la alegría del Evangelio en las diferentes
situaciones de nuestra vida? La respuesta dijo el Papa, lo encontramos en las
palabras de Jesús: ¡vayan!, ¡anuncien! La alegría del evangelio se experimenta,
se conoce y se vive tan solo dándola, dándose.
“Porque la fuente de nuestra
alegría, señaló el Obispo de Roma, nace de ese deseo inagotable de brindar
misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y
su fuerza difusiva”. La alegría el cristiano la experimenta en la misión:
«Vayan a las gentes de todas las naciones» (Mt 28,19). La alegría el cristiano
la encuentra en una invitación: Vayan y anuncien. La alegría el cristiano la
renueva, la actualiza con una llamada: Vayan y unjan.
Hoy estamos aquí, afirmó el
Sucesor de Pedro, “porque hubo muchos que se animaron a responder a esta
llamada”. Somos hijos de la audacia misionera de tantos que prefirieron no
encerrarse «en las estructuras que nos dan una falsa contención. Somos deudores
de una tradición, de una cadena de testigos que han hecho posible que la Buena
Nueva del Evangelio siga siendo generación tras generación Nueva y Buena.
“Y hoy recordamos a uno de
esos testigos, subrayó el Pontífice, que supo testimoniar en estas tierras la
alegría del Evangelio, Fray Junípero Serra. Supo vivir lo que es «la Iglesia en
salida», esta Iglesia que sabe salir e ir por los caminos, para compartir la
ternura reconciliadora de Dios”. “Aprendió a gestar y a acompañar la vida de
Dios en los rostros de los que iba encontrando haciéndolos sus hermanos.
Junípero buscó defender la dignidad de la comunidad nativa, protegiéndola de
cuantos la habían abusado”. «Siempre adelante». Esta fue la forma que Junípero
encontró para vivir la alegría del Evangelio, para que no se le anestesiara el
corazón.
(Renato Martinez – Radio
Vaticano)
Texto completo de la
homilía del Papa Francisco
Palabras del Papa en el
Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, Washington, D.C.
«Alégrense siempre en el
Señor. Repito: Alégrense» (Flp 4,4). Una invitación que golpea fuerte nuestra
vida. «Alégrense» nos dice Pablo con una fuerza casi imperativa. Una invitación que se hace eco del deseo que
todos experimentamos a de una vida plena, a una vida con sentido, a una vida
con alegría. Es como si Pablo tuviera la capacidad de escuchar cada uno de
nuestros corazones y pusiera voz a lo que sentimos y vivimos. Hay algo dentro
de nosotros que nos invita a la alegría y a no conformarnos con placebos que
siempre quieren contentarnos.
Pero a su vez, vivimos las
tensiones de la vida cotidiana. Son muchas las situaciones que parecen poner en
duda esta invitación. La propia dinámica a la que muchas veces nos vemos
sometidos parece conducirnos a una resignación triste que poco a poco se va
transformando en acostumbramiento, con una consecuencia letal: anestesiarnos el
corazón.
No queremos que la resignación
sea el motor de nuestra vida, ¿o lo queremos?; no queremos que el
acostumbramiento se apodere de nuestros días, ¿o sí?. Por eso podemos
preguntarnos, ¿cómo hacer para que no se nos anestesie el corazón? ¿Cómo
profundizar la alegría del Evangelio en las diferentes situaciones de nuestra
vida?
Jesús lo dijo a los discípulos
de ayer y nos lo dice a nosotros hoy: ¡vayan!, ¡anuncien! La alegría del
evangelio se experimenta, se conoce y se vive solamente tan solo dándola,
dándose.
El espíritu del mundo nos
invita al conformismo, a la comodidad; frente a este espíritu humano «hace
falta volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una
responsabilidad por los demás y por el mundo» (Laudato si’, 229). Tenemos la
responsabilidad de anunciar el mensaje de Jesús. Porque la fuente de nuestra alegría
«nace de ese deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber
experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva»
(Evangelii gaudium, 24). Vayan a todos a anunciar ungiendo y a ungir
anunciando.
A esto el Señor nos invita hoy
y nos dice: La alegría el cristiano la experimenta en la misión: «Vayan a las
gentes de todas las naciones» (Mt 28,19).
La alegría el cristiano la
encuentra en una invitación: Vayan y anuncien.
La alegría el cristiano la
renueva, la actualiza con una llamada: Vayan y unjan.
Jesús los envía a todas las
naciones. A todas las gentes. Y en ese «todos» de hace dos mil años estábamos
también nosotros. Jesús no da una lista selectiva de quién sí y quién no, de
quiénes son dignos o no de recibir su mensaje, y su presencia. Por el
contrario, abrazó siempre la vida tal cual se le presentaba. Con rostro de
dolor, hambre, enfermedad, pecado. Con rostro de heridas, de sed, de cansancio.
Con rostro de dudas y de piedad. Lejos de esperar una vida maquillada, decorada,
trucada, la abrazó como venía a su encuentro. Aunque fuera una vida que muchas
veces se presenta derrotada, sucia, destruida. A «todos» dijo Jesús, a todos,
vayan y anuncien; a toda esa vida como es y no como nos gustaría que fuese,
vayan y abracen en mi nombre. Vayan al cruce de los caminos, vayan… a anunciar
sin miedo, sin prejuicios, sin superioridad, sin purismos a todo aquel que ha
perdido la alegría de vivir, vayan a anunciar el abrazo misericordioso del
Padre. Vayan a aquellos que viven con el peso del dolor, del fracaso, del
sentir una vida truncada y anuncien la locura de un Padre que busca ungirlos
con el óleo de la esperanza, de la salvación. Vayan a anunciar que el error,
las ilusiones engañosas, las equivocaciones, no tienen la última palabra en la
vida de una persona. Vayan con el óleo que calma las heridas y restaura el
corazón.
La misión no nace nunca de un
proyecto perfectamente elaborado o de un manual muy bien estructurado y
planificado; la misión siempre nace de una vida que se sintió buscada y sanada,
encontrada y perdonada. La misión nace de experimentar una y otra vez la unción
misericordiosa de Dios.
La Iglesia, el Pueblo santo de
Dios, sabe transitar los caminos polvorientos de la historia atravesados tantas
veces por conflictos, injusticias, y violencia para ir a encontrar a sus hijos
y hermanos. El santo Pueblo fiel de Dios, no le teme al error; le teme al
encierro, a la cristalización en elites, al aferrarse a las propias
seguridades. Sabe que el encierro en sus múltiples formas es la causa de tantas
resignaciones.
Por eso, «salgamos, salgamos a
ofrecer a todos la vida de Jesucristo» (Evangelii gaudium, 49). El Pueblo de
Dios sabe involucrarse porque es discípulo de Aquel que se puso de rodillas
ante los suyos para lavarles los pies (cf. ibíd., 24).
Hoy estamos aquí, podemos
estar aquí, porque hubo muchos que se animaron a responder a esta llamada,
muchos que creyeron que «la vida se acrecienta dándola y se debilita en el
aislamiento y la comodidad» (Documento de Aparecida, 360). Somos hijos de la
audacia misionera de tantos que prefirieron no encerrarse «en las estructuras
que nos dan una falsa contención… en las costumbres donde nos sentimos
tranquilos, mientras afuera hay una multitud hambrienta» (Evangelii gaudium,
49). Somos deudores de una tradición, de una cadena de testigos que han hecho
posible que la Buena Nueva del Evangelio siga siendo generación tras generación
Nueva y Buena.
Y hoy recordamos a uno de esos
testigos que supo testimoniar en estas tierras la alegría del Evangelio, Fray
Junípero Serra. Supo vivir lo que es «la Iglesia en salida», esta Iglesia que
sabe salir e ir por los caminos, para compartir la ternura reconciliadora de
Dios. Supo dejar su tierra, sus costumbres, se animó a abrir caminos, supo
salir al encuentro de tantos aprendiendo a respetar sus costumbres y
peculiaridades. Aprendió a gestar y a acompañar la vida de Dios en los rostros
de los que iba encontrando haciéndolos sus hermanos. Junípero buscó defender la
dignidad de la comunidad nativa, protegiéndola de cuantos la habían abusado. Abusos
que hoy nos siguen provocando desagrado, especialmente por el dolor que causan
en la vida de tantos.
Tuvo un lema que inspiró sus
pasos y plasmó su vida: supo decir, pero sobre todo supo vivir diciendo:
«siempre adelante». Esta fue la forma que Junípero encontró para vivir la
alegría del Evangelio, para que no se le anestesiara el corazón. Fue siempre
adelante, porque el Señor espera; siempre adelante, porque el hermano espera;
siempre adelante, por todo lo que aún le quedaba por vivir; fue siempre adelante.
Que, como él ayer, hoy nosotros podamos decir: «siempre adelante».
12.11 Ayuda a PAX TV - Peru
VII FESTIVAL INTERNACIONAL DE BALLET "ELOGIO A LA
DANZA" - 2015
Ayudemos a PAX TV Perú
Con la participación de extraordinarios bailarines de
Cuba, EEUU y Perú (Ballet Joven de Lima), en magníficas interpretaciones:
Espartaco, Cascanueces, El
Corsario y la Suite de Don Quijote.
Día: 12 de Noviembre 2015
Hora: 07:30 pm
Lugar: GTN Gran Teatro Nacional en Lima
Modo: Teleticket
"NO DEJES DE ASISTIR Y AYUDA A PAX TV"
#ElogioalaDanza
#Ballet
#PAX
24.09 Nuestra Señora de la Merced - 2015
FELIZ DÍA
MADRE SANTÍSIMA DE LA MERCED
¡SALUDA A
NUESTRA MADRE!
Un día como hoy 24 de setiembre, la venerada e histórica
imagen de Nuestra Madre de la Merced de Lima fue coronada canónicamente con solemnidad en la Plaza Mayor
de Lima el año 1921.
Fiesta Solemne
24 de Septiembre 2015
10:00 am Misa oficial
12.00 pm Misa de fiesta
03:30 pm Tradicional procesión
07:00 pm Acción de Gracias
Fiesta del Escapulario de Nuestra Madre
Domingo 27 de setiembre
09:00 am Misa solemne y procesión claustral
FIESTA DE NUESTRA MADRE DE LA MERCED
Año del IV Centenario de su Patrocinio
sobre la Ciudad de Lima y el Puerto del Callao
(1615 - 2015)
sobre la Ciudad de Lima y el Puerto del Callao
(1615 - 2015)
Virgen de las Mercedes
Conmemoracion: 24 de
Septiembre
Este 24 de Septiembre nos
unimos a la Orden religiosa de los Mercedarios en todo el mundo y saludamos a
Nuestra Señora de las Mercedes, la que se apareció a San Pedro Nolasco, la que
sostuvo a San Ramón Nonato y liberó a tantos cautivos. La llamamos de la Merced
por haber usado de la máxima caridad con sus hijos más necesitados. En Ella
ponemos a todos losque necesitan de una caricia maternal o de un latido se su
corazón que liberan de todo tipo de esclavitud y dolor.
Para acercarnos a la devoción
de Nuestra Señora de las Merced hay que trasladarse a la Europa de principios
del siglo XII. El mar Mediterráneo estaba infestado de corsarios turcos y
sarracenos, musulmanes fanáticos que asaltaban las embarcaciones, descendían en
las costas, arrasaban casas y pueblos enteros, asesinaban, y, lo peor de todo,
se llevaban cristianos al norte de África para venderlos como esclavos y
hacerles apostatar de la fe.
Ante la impotencia de las
naciones cristianas, será la Virgen María, --la de siempre, la que es el Auxilio
de los Cristianos--, quien intervenga, con mano suave, pero firme, y con
corazón de Madre. Recordemos aquí ese episodio de la historia: A un comerciante
rico de Barcelona le preguntan ansiosos sus familiares y amigos: “Pero, ¿qué
estás haciendo, con eso de vender todos tus negocios y enseñar a ese grupo de
muchachos a hacer lo mismo? ¿Metiéndote en esas embarcaciones de moros con
tanto peligro? Y Pedro Nolasco, sin miedo ninguno, responde a todos: “Nada,
¿quieren ustedes venir también a rescatar de la morería a los cristianos que
están esclavos? Necesito más voluntarios. “
A partir de allí, interviene
la Virgen. Era la noche del 1 al 2 de Agosto de 1218. Estaba Pedro Nolasco en
oración, cuando aparecen los primeros destellos de una luz celestial. Y empiezan
a verse ángeles y más ángeles, que vienen rodeando a una Señora hermosísima,
la cual le sonríe amorosa, y le dice: “Lo que estás haciendo agrada mucho a
Dios. No te desanimes. Yo te encargo ahora que fundes una Orden religiosa. Tus
compañeros, imitando a mi Hijo Jesús, se entregarán a la salvación de sus
hermanos, si es preciso hasta dándose en prenda por su rescate. Yo estaré con
ustedes…”
Pronto se les agrega Ramón
Nonato, valiente como ninguno. Se ordena de sacerdote, y marcha al norte del
África a rescatar cautivos. Lo da todo, se queda sin un centavo, y se
pregunta:- ¿Y qué hago ahora? El amor es ingenioso, y le dicta una resolución
heroica. No pudiendo rescatar más esclavos, porque ya no tiene un centavo, se
presenta decidido ante aquel dueño: “Aquí me tiene. Me vendo como esclavo.
¿Cuánto paga por mí?” El rico no suelta dinero, y le ofrece con desdén: “La
libertad de otro esclavo. ¡Aceptado!”
Y, al convertirse Ramón en
esclavo, se da con ardor a predicar a los otros cautivos la fe cristiana. Pero
sus nuevos dueños, para que no hable más, le cierran la boca con un candado.
Ocho meses dura su cautiverio y su martirio. Al llegar el dinero para su
rescate, es liberado y devuelto a España. En Barcelona se le hace un
recibimiento triunfal. Y el Papa Gregorio IX le llama para hacerlo Cardenal,
aunque muere apenas inicia el camino hacia Roma.
Esta Orden aprobada en 1235
como orden militar por el Papa Gregorio IX, logró liberar a miles de cristianos
prisioneros, convirtiéndose posteriormente en una dedicada a las misiones, la
enseñanza y a las labores en el campo social. A partir del siglo XIII, el culto
a Nuestra Señora de la Merced se extendió muy pronto por Cataluña y por toda
España, por Francia y por Italia. Los mercedarios estuvieron entre los primeros
misioneros de América.
Los Padres Mercedarios que
llegaron al Perú junto con los conquistadores, no sólo evangelizaron a la
región sino que fueron gestores del desarrollo de la ciudad al edificar
hermosos templos que hoy se conservan como valioso patrimonio histórico,
cultural y religioso. Innumerables son los gestos que demuestran el cariño y la
devoción del Perú a esta advocación considerada por muchos como su Patrona
Nacional. La imagen que se venera en la Basílica de la Merced de Lima, Perú;
fue entronizada a comienzos del siglo XVII.
En 1730, la Virgen de la
Merced, fue proclamada "Patrona de los Campos del Perú". En 1823, fue
nombrada “Patrona de las Armas de la República"; y el 24 de septiembre de
1921, conmemorándose el centenario de nuestra independencia, fue coronada
solemnemente, recibiendo el título de "Gran Mariscala del Perú".
Desde entonces, ha sido condecorada en muchas ocasiones y cada año el ejército
del Perú, en su alta jerarquía militar le rinde homenaje el ejército del Perú,
en su alta jerarquía militar.
Esta fiesta nos recuerda
fehacientemente que mientras haya hombres, hermanos nuestros, esclavos de otros
hombres, que los tiranizan injustamente, o que se han hecho ellos mismos
cautivos de un vicio cualquiera siempre la Virgen de la Merced tendrá una
palabra para ellos. Mientras haya una sola persona que sufre, la Virgen desempeñará su oficio de liberadora del dolor.
Hoy en día cuando alrededor
nuestro aún son cautivos, tantos presos, que en las cárceles de nuestros países,
no tienen condiciones de vida dignas de una persona humana, tantos niños que
pululan por nuestras calles, sin hogar, sin esperanza, son cautivas tantas
mujeres, que no acaban de liberarse de las mil esclavitudes a que se han visto
sujetas durante siglos, y que esperan liberación, tantas personas en su propio
hogar, cuando en él falta el amor, y falla el marido o falla la esposa y
madre, convirtiendo la casa en una cárcel o poco menos. ¿Y nosotros, cuán
cautivos somos de nosotros mismos cuando no acabamos de romper lazos fuertes
como sogas o finos como hilos de seda que nos impiden volar libres hacia Dios?
Hoy con corazón humilde y
sincero acerquémonos a Nuestra Señora de la Merced, liberadora de cautivos y
pidámosle que sea portadora de esa libertad y amor a tantos corazones
cautivos…Que nos enseñe el modo de cooperar con Ella en esta tarea, ayudándonos
a que su Hijo viva permanentemente en nosotros y así pueda liberar a nuestros
hermanos.
Jesús te ama.
“Virgen y Señora nuestra de la
Merced,
a ti suplicamos que, mediante
tu maternal intercesión ante tu hijo Jesucristo,
nos alcances la verdadera
libertad de los hijos de Dios
y nos hagas libres de
cualquier esclavitud,
de modo que experimentemos en
nosotros la alegría de la salvación.
Amén.”
26.09 Concierto "Dios ha amado tanto al Mundo" - M.Frisina -2015
CONCERTO
Marco Frisina
DIO HA TANTO AMATO IL MONDO
Direzione e commento
MARCO FRISINA
Coro
DIOCESI DI ROMA
Organo
ALESSANDRO CAPITANI
Sabato 26 settembre 2015
Basilica di Santa Cecilia in Trastevere
22 Piazza di Santa Cecilia, 00153
ROMA
INGRESO LIBRE
martes, 22 de septiembre de 2015
Papa Francisco con la Comunidad Jesuita en La Habana - 2015
Canciones y vítores en la calle
junto a la iglesia
El Papa saluda a sus hermanos
jesuitas en La Habana
Un encuentro "afectivo e
histórico" para la comunidad de la Compañía
Cuba, 21 de septiembre de 2015 a
las 10:46
Tres niños dieron la bienvenida a Francisco
con un ramo de rosas amarillas
El papa Francisco saludó hoy a
sus hermanos jesuitas de la Compañía de Jesús en la iglesia donde esa orden
religiosa tiene su sede en La Habana, durante una breve parada que no aparecía
en el programa divulgado de su primera visita pastoral de cuatro días a Cuba.
Francisco hizo esa parada ante la
iglesia Sagrado Corazón de Jesús en el traslado en papa-móvil desde el Palacio
de la Revolución, donde se reunió con el presidente cubano, Raúl Castro, hasta
la catedral de La Habana, donde ofició las vísperas.
Una entusiasta multitud, entre
ellos un grupo de representantes de la Pastoral Juvenil Ignaciana, se congregó
en las calles y en los alrededores de la Iglesia, donde aguardó al menos un par
de horas por el paso del sumo pontífice, al que recibieron con canciones y
vítores.
Tres niños de la comunidad de la
parroquia Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola, que está ubicada en
la barriada popular de Centro Habana, dieron la bienvenida con un ramo de rosas
amarillas a Francisco, el primer papa latinoamericano, que además pertenece a
orden de los jesuitas.
El pontífice argentino se acercó
y bendijo a una joven discapacitada, también de esa comunidad católica, que le
esperó en su silla de ruedas a las puertas del templo, en cuyos alrededores se
reunieron centenares de personas y curiosos, algunos asomados en los balcones
de edificios situados enfrente de la iglesia de la calle de Reina.
El jefe de la Iglesia católica se
hizo fotos con sus hermanos de orden, departió brevemente con ellos y recibió
algunos regalos, según refirió a Efe el superior de los jesuitas en la isla, el
padre español Juan Miguel Arregui.
"Fue un encuentro muy
emotivo, afectivo, de mucha emoción contenida, aunque fue muy rápido y para la
comunidad jesuita fue un momento histórico, y nos animó a la misión de la
Compañía en Cuba", señaló el religioso. Algunos fieles católicos como el
joven Mario Raúl Arreri se manifestaron "muy contentos y orgullosos"
con la visita del papa Francisco a la isla.
"Él es un paradigma de la
Iglesia católica de los últimos tiempos y todos estamos llenos de esperanza y
de misericordia como él mismo viene predicando como misionero", dijo
Arreri, arquitecto que participó en la restauración de la iglesia de Reina,
como se conoce entre los feligreses la sede de los jesuitas en La Habana.
Por su parte, otro joven
católico, Ricardo Pérez, que vino desde la ciudad oriental de Camagüey, dijo
que le impactaron algunas de las frases que expresó el papa este domingo en la
misa que ofició en la Plaza de la Revolución de La Habana.
Francisco asistió después a la
Plegaria de las Vísperas con sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas
en la Catedral de La Habana, el penúltimo acto de su agenda de esta jornada que
concluirá con un encuentro con jóvenes y el claustro del centro cultural
"Padre Félix Varela".
(RD/Agencias)
Papa Francisco en Cuba - 2015
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Papa Francisco con Raul Castro |
Papa Francisco en La Habana - Cuba 2015
Castro regala al Papa Cristo
sobre cruz hecha con remos en memoria de balseros
LA HABANA, 20 Sep. 15 / 09:26 pm
(ACI).- Culminado su encuentro privado en el Palacio de la Revolución de La
Habana esta mañana, el presidente de Cuba, Raúl Castro, obsequió al Papa
Francisco un gran Cristo crucificado sobre una cruz hecha con maderos que
simbolizan a los migrantes cubanos que mueren en el mar tratando de llegar a
las costas de Estados Unidos.
El director de la Oficina de
Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, confirmó en conferencia de
prensa que los remos del crucifijo simbolizan a los migrantes cubanos, muchos
de los cuales mueren en el mar.
El crucifijo es obra del famoso
artista cubano Kcho, que elaboró hace un año la cruz con los remos y añadió
para esta ocasión la imagen de Cristo.
En el arte de Kcho el tema de los
migrantes es constante.
El Papa Francisco ha realizado reiterados llamados a acoger a los migrantes y refugiados en distintos países del mundo, de forma particular ante el conflicto que se vive en Siria.
En una reciente entrevista con Radio Renascença el Papa recordó que “yo soy hijo de migrantes” y “sé lo que es la migración”.
El Papa regala a Fidel Castro
recuerdos del sacerdote y ex maestro que pidió su conversión
LA HABANA, 20 Sep. 15 / 03:06 pm
(ACI).- El Papa Francisco se reunió hoy con Fidel Castro y le hizo un regalo
especial: un libro y dos CDs con homilías y canciones del P. Armando Llorente,
el sacerdote jesuita español que fue su maestro de escuela y que pidió su
conversión antes de morir.
El P. Llorente fue profesor y
mentor de Fidel Castro en el Colegio de Belén de La Habana, donde el líder
cubano estudió cuando tenía 16 años de edad.
En el año 2007, en una entrevista
para la agencia Efe desde Miami donde se exilió, el sacerdote señaló que si
"en algún momento de lucidez" Fidel Castro lo llamaba o pedía
encontrarse con él, estaba dispuesto a ir "inmediatamente" para
confesarle.
"Lo primero que haríamos
sería darnos un abrazo tremendo, reírnos recordando las aventuras que tuvimos
juntos, que fueron innumerables y muy bonitas" y después le diría:
"Fidel, ha llegado el momento de la verdad", declaró a Efe.
El sacerdote aseguró que
conservaba el anhelo de absolver a Castro si antes pedía "perdón
públicamente, porque sus pecados no son sólo personales" y se arrepentía
"de todo el mal que ha hecho".
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Papa Francisco con Fidel Castro |
El P. Llorente nació en España y
era un joven novicio jesuita de 24 años cuando lo enviaron a Cuba en 1942 para
completar su formación. Trabajó como maestro en el Colegio de Belén donde
Castro fue su mejor alumno y se hicieron muy amigos.
En 1945, el sacerdote escribió al
pie de su fotografía de estudiante en el libro escolar del Colegio de Belén:
"Fidel Castro, madera de héroe, la historia de su patria tendrá que hablar
de él".
El P. Llorente recordó a Efe que
los años de escuela fueron los más felices de Fidel porque hasta entonces
"no se había sentido querido por nadie", estaba lleno de
"complejos y traumas" por saberse el hijo de una relación
extramatrimonial de su padre, Ángel Castro, con Lina Ruz, quien trabajaba en su
casa como sirvienta.
En diciembre de 1958, el P.
Llorente llegó a la Sierra Maestra haciéndose pasar por ganadero, para
entrevistarse con Castro durante la revolución. "Él me confesó que había
perdido la fe, y yo le respondí: 'Fidel, una cosa es perder la fe y otra la
dignidad'", recordó.
En esos años, el P. Llorente
ayudó a establecer en la isla la Agrupación Católica Universitaria (ACU), un
movimiento juvenil de inspiración jesuita, fundado en la década del '30. El
sacerdote debió abandonar Cuba en 1961 por el acoso del régimen de Castro
contra la Iglesia Católica y estableció ACU en Estados Unidos.
Vivió en Miami hasta su muerte el
28 de abril de 2010, a la edad de 91 años.
El Arzobispo de Boston, Cardenal
Sean O'Malley, escribió tras su fallecimiento que el P. Llorente "dio más
retiros en un año que la mayoría de los jesuitas dan en toda una vida. Tenía un
gran don para inspirar a los jóvenes a ser muy activos en la Iglesia".
"Era un maestro elocuente de
la espiritualidad ignaciana y la vida del Evangelio", indicó.
Y a los jóvenes que les dijo ?
LA HABANA, 20 Sep. 15 / 06:32 pm
(ACI).- Como hizo en la Catedral de La Habana con los sacerdotes y religiosas,
el Papa Francisco también decidió improvisar el discurso para el encuentro que
sostuvo con los jóvenes de Cuba en el Centro Félix Varela. A continuación las
palabras que el Santo Padre había preparado originalmente:
Queridos amigos:
Siento una gran alegría de poder
estar con ustedes precisamente aquí en este Centro cultural, tan significativo
para la historia de Cuba. Doy gracias a Dios por haberme concedido la
oportunidad de tener este encuentro con tantos jóvenes que, con su trabajo,
estudio y preparación, están soñando y también haciendo ya realidad el mañana
de Cuba.
Agradezco a Leonardo sus palabras
de saludo, y especialmente porque, pudiendo haber hablado de muchas otras
cosas, ciertamente importantes y concretas, como las dificultades, los miedos,
las dudas –tan reales y humanas–, nos ha hablado de esperanza, de esos sueños e
ilusiones que anidan con fuerza en el corazón de los jóvenes cubanos, más allá
de sus diferencias de formación, de cultura, de creencias o de ideas. Gracias,
Leonardo, porque yo también, cuando los miro a ustedes, la primera cosa que me
viene a la mente y al corazón es la palabra esperanza. No puedo concebir a un
joven que no se mueva, que esté paralizado, que no tenga sueños ni ideales, que
no aspire a algo más.
Pero, ¿cuál es la esperanza de un
joven cubano en esta época de la historia? Ni más ni menos que la de cualquier
otro joven de cualquier parte del mundo. Porque la esperanza nos habla de una
realidad que está enraizada en lo profundo del ser humano, independientemente
de las circunstancias concretas y los condicionamientos históricos en que vive.
Nos habla de una sed, de una aspiración, de un anhelo de plenitud, de vida
lograda, de un querer tocar lo grande, lo que llena el corazón y eleva el
espíritu hacia cosas grandes, como la verdad, la bondad y la belleza, la
justicia y el amor. Sin embargo, eso comporta un riesgo. Requiere estar
dispuestos a no dejarse seducir por lo pasajero y caduco, por falsas promesas
de felicidad vacía, de placer inmediato y egoísta, de una vida mediocre,
centrada en uno mismo, y que sólo deja tras de sí tristeza y amargura en el
corazón. No, la esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad
personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el
horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna.
Yo le preguntaría a cada uno de ustedes: ¿Qué es lo que mueve tu vida? ¿Qué hay
en tu corazón, dónde están tus aspiraciones? ¿Estás dispuesto a arriesgarte
siempre por algo más grande?
Tal vez me pueden decir: «Sí,
Padre, la atracción de esos ideales es grande. Yo siento su llamado, su
belleza, el brillo de su luz en mi alma. Pero, al mismo tiempo, la realidad de
mi debilidad y de mis pocas fuerzas es muy fuerte para decidirme a recorrer el
camino de la esperanza. La meta es muy alta y mis fuerzas son pocas. Mejor
conformarse con poco, con cosas tal vez menos grandes pero más realistas, más al
alcance de mis posibilidades». Yo comprendo esta reacción, es normal sentir el
peso de lo arduo y difícil, sin embargo, cuidado con caer en la tentación de la
desilusión, que paraliza la inteligencia y la voluntad, ni dejarnos llevar por
la resignación, que es un pesimismo radical frente a toda posibilidad de
alcanzar lo soñado. Estas actitudes al final acaban o en una huida de la
realidad hacia paraísos artificiales o en un encerrarse en el egoísmo personal,
en una especie de cinismo, que no quiere escuchar el grito de justicia, de
verdad y de humanidad que se alza a nuestro alrededor y en nuestro interior.
Pero, ¿qué hacer? ¿Cómo hallar
caminos de esperanza en la situación en que vivimos? ¿Cómo hacer para que esos
sueños de plenitud, de vida auténtica, de justicia y verdad, sean una realidad
en nuestra vida personal, en nuestro país y en el mundo? Pienso que hay tres
ideas que pueden ser útiles para mantener viva la esperanza.
La esperanza, un camino hecho de
memoria y discernimiento. La esperanza es la virtud del que está en camino y se
dirige a alguna parte. No es, por tanto, un simple caminar por el gusto de
caminar, sino que tiene un fin, una meta, que es la que da sentido e ilumina el
sendero. Al mismo tiempo, la esperanza se alimenta de la memoria, abarca con su
mirada no sólo el futuro sino el pasado y el presente. Para caminar en la vida,
además de saber a dónde queremos ir es importante saber también quiénes somos y
de dónde venimos. Una persona o un pueblo que no tiene memoria y borra su
pasado corre el riesgo de perder su identidad y arruinar su futuro. Se necesita
por tanto la memoria de lo que somos, de lo que forma nuestro patrimonio
espiritual y moral. Creo que esa es la experiencia y la enseñanza de ese gran
cubano que fue el Padre Félix Varela. Y se necesita también el discernimiento,
porque es esencial abrirse a la realidad y saber leerla sin miedos ni
prejuicios. No sirven las lecturas parciales o ideológicas, que deforman la
realidad para que entre en nuestros pequeños esquemas preconcebidos, provocando
siempre desilusión y desesperanza. Discernimiento y memoria, porque el
discernimiento no es ciego, sino que se realiza sobre la base de sólidos
criterios éticos, morales, que ayudan a discernir lo que es bueno y justo.
La esperanza, un camino
acompañado. Dice un proverbio africano: «Si quieres ir deprisa, ve solo; si
quieres ir lejos, ve acompañado». El aislamiento o la clausura en uno mismo
nunca generan esperanza, en cambio, la cercanía y el encuentro con el otro, sí.
Solos no llegamos a ninguna parte. Tampoco con la exclusión se construye un
futuro para nadie, ni siquiera para uno mismo. Un camino de esperanza requiere
una cultura del encuentro, del diálogo, que supere los contrastes y el
enfrentamiento estéril. Para ello, es fundamental considerar las diferencias en
el modo de pensar no como un riesgo, sino como una riqueza y un factor de
crecimiento. El mundo necesita esta cultura del encuentro, necesita de jóvenes
que quieran conocerse, que quieran amarse, que quieran caminar juntos y construir
un país como lo soñaba José Martí: «Con todos y para el bien de todos».
La esperanza, un camino
solidario. La cultura del encuentro debe conducir naturalmente a una cultura de
la solidaridad. Aprecio mucho lo que ha dicho Leonardo al comienzo cuando ha
hablado de la solidaridad como fuerza que ayuda a superar cualquier obstáculo.
Efectivamente, si no hay solidaridad no hay futuro para ningún país. Por encima
de cualquier otra consideración o interés, tiene que estar la preocupación
concreta y real por el ser humano, que puede ser mi amigo, mi compañero, o
también alguien que piensa distinto, que tiene sus ideas, pero que es tan ser
humano y tan cubano como yo mismo.
No basta la simple tolerancia,
hay que ir más allá y pasar de una actitud recelosa y defensiva a otra de
acogida, de colaboración, de servicio concreto y ayuda eficaz. No tengan miedo
a la solidaridad, al servicio, al dar la mano al otro para que nadie se quede
fuera del camino.
Este camino de la vida está
iluminado por una esperanza más alta: la que nos viene de la fe en Cristo. Él
se ha hecho nuestro compañero de viaje, y no sólo nos alienta sino que nos
acompaña, está a nuestro lado y nos tiende su mano de amigo. Él, el Hijo de
Dios, ha querido hacerse uno como nosotros, para recorrer también nuestro
camino. La fe en su presencia, su amor y su amistad, encienden e iluminan todas
nuestras esperanzas e ilusiones. Con Él, aprendemos a discernir la realidad, a
vivir el encuentro, a servir a los demás y a caminar en la solidaridad.
Queridos jóvenes cubanos, si Dios
mismo ha entrado en nuestra historia y se ha hecho hombre en Jesús, si ha
cargado en sus hombros con nuestra debilidad y pecado, no tengan miedo a la
esperanza, no tengan miedo al futuro, porque Dios apuesta por ustedes, cree en
ustedes, espera en ustedes.
Queridos amigos, gracias por este
encuentro. Que la esperanza en Cristo su amigo les guíe siempre en su vida. Y,
por favor, no se olviden de rezar por mí. Que el Señor los bendiga.
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