¿Cual es tu ruta de vida?
14 diciembre 2012
Hoy se habla muy poco del cielo, de la vida eterna, de la felicidad que ni siquiera podemos imaginar. Y, sin embargo, es una verdad de nuestra fe que contiene un mensaje de esperanza impresionante. Por eso, no está de más que en el Año de la Fe recuperemos esta gran noticia: ¡Creo en la vida eterna! Que es tanto como decir: no somos el producto de un destino ciego, sin un rumbo, sin una ruta, sin una meta. En el origen de nuestra existencia hay un proyecto de amor que no termina con la muerte ni después de ella. Cada uno de nosotros es el fruto del querer de Dios. ¡Somos amados desde siempre! ¡Y para siempre! Nada de aquello que es precioso y querido para cada uno quedará arruinado, sino que encontrará plenitud en Dios. Pero es importante acertar con la ruta que lleva a la vida verdadera, al cielo…
San Francisco tenía bien presente la promesa del cielo, de la vida eterna, sin la cual todo lo demás pierde su valor: «La regla y vida de estos hermanos es ésta, vivir en obediencia, en castidad y sin nada propio, y seguir la doctrina y las huellas de nuestro Señor Jesucristo, quien dice: Si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo… Y: Todo el que haya dejado padre o madre, hermanos o hermanas, mujer o hijos, casas o campos por mí, recibirá cien veces más y poseerá la vida eterna» (Regla no bulada 1).
Un vídeo, breve y sencillo, que cuestiona sobre lo que realmente importa…
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