Sucedió hace 135 años
Bomberos italianos de la Bomba
Garibaldi de Chorrillos
“Hermanos y compañeros
nuestros fueron Chiappe, Pale, Descalzi, Leonardi, Astrana, Bargna, Cippolini,
Marzano, Nerini, Ognio, Orengo, Risso y Valentini, víctimas de su heroísmo y de
la salvaje ferocidad de las turbas vencedoras. Yo siento ahora mismo su aliento
en medio de nosotros. Aquí nos acompañan varios sobrevivientes de esa bárbara
hecatombe, que la memoria no olvidará jamás y que el corazón siente aún con la
intensidad del primer momento.
Esas sombras queridas estarán
siempre a nuestro lado; su ejemplo nos servirá de estimulo, su recuerdo nos
alentará, su fe hará que la nuestra no desfallezca nunca y su sangre será
proficua y fecunda, porque la tierra regada con sangre de mártires, produce
mártires y héroes.”
Del discurso leído por don
Ulderico Tenderini, Comandante reelecto de la Heroica, Benemérita y Centenaria
Compañía de Bomberos Italiana Garibaldi Nº 6 de Chorrillos
Sesión de Reinstalación, 13 de
febrero de 1893
La mañana del 14 de enero de
1881, un día después de la derrota peruana en la Batalla de San Juan, trece
bomberos de nacionalidad italiana, pertenecientes a la Bomba Garibaldi de
Chorrillos, fueron cobardemente asesinados por los criminales de guerra chilenos.
Los mártires italianos se
encontraban combatiendo el fuego producido en Chorrillos por los bombardeos de
los genocidas del sur. Las llamas consumían la tienda de su compatriota
Queirolo, incendio que se había propagado a toda la manzana.
El primero en caer asesinado
fue el bombero Giovanni Ognio a quien las cobardes bestias chilenas le
partieron el cráneo con un golpe de sable. Cayó después el adolescente Luca
Chiappe, acribillado a balazos por dos sargentos del Buín, quienes le
dispararon todas las balas que tenían en sus fusiles. Los asesinatos chilenos
continuaron con el degollamiento de los bomberos italianos Angelo Cipollini,
Gio Batta Leonardi y Enrico Nerini. Obligados por la fuerza a arrojar la
manguera que usaban para apagar el incendio, sufrieron los efectos del humo
originado por la ruptura de la manga sobre el fuego. Asfixiados, se llevaron
las manos a los ojos y no vieron los cuchillos corvos que los genocidas
chilenos hundieron en sus gargantas.
Telegrama chileno informando
acerca del “exterminio” de la Bomba Garibaldi de Chorrillos (Ahumada 1888, V:
103).
Los soldados rodearon a los
bomberos italianos sobrevivientes, se les arrojaron encima, destrozaron
rabiosamente su equipo y, apuntándoles con los fusiles con las bayonetas
caladas, los tomaron prisioneros. Los genocidas recogieron lo que quedaba del
equipo de los bomberos y lo entregaron al coronel invasor Fuenzalida. Acusaron
a sus víctimas de alta traición y de formar parte de un equipo de francotiradores
“garibaldinos”.
Los bomberos que quedaron
cautivos de las bestias chilenas fueron Angelo Descalzi, Guiseppe Orengo,
Egidio Valentini, Lorenzo Astrana, Paolo Marzano, Paolo Risso, Giovanni Pale y
Filippo Bargna. A pesar de haber reiterado que cumplían función como bomberos y
que no portaban armas, fueron fusilados la mañana del 14 de enero del 1881,
tras las puertas del antiguo Panteón de Chorrillos. Previamente, los ocho
mártires italianos fueron torturados. Oficiales de caballería llegados de Monterrico,
sin saber ni preguntar nada, los golpearon y luego los ataron a las colas de
sus caballos, arrastrándolos frente al criminal de guerra Patricio Lynch.
El 2 de marzo de 1881 el New York
Times informó sobre la masacre chilena de los trece bomberos italianos de la
Bomba Garibaldi de Chorrillos
La nota del New York Times
traducida al español
“Algún día un sentimiento similar
recorrerá todo el mundo cuando los embajadores extranjeros publiquen informes
autenticados del número de sus conciudadanos que fueron bárbaramente asesinados
en Chorrillos, Barranco y Miraflores. Los chilenos están intentando paliar el
asesinato de italianos afirmando que encontraron a muchos de ellos con gorras
que decían “Garibaldi”, lo que los llevó a creer que pertenecían al Ejército
[peruano]. Esto, sin embargo, no es excusa, desde el momento que su General
había sido informado que todos los extranjeros llevaban placas distintivas de
una clase u de otra, y que sus propiedades habían sido marcadas de acuerdo con
los planes, los que también fueron enviados al general Baquedano. Sólo una
visita a Chorrillos los primeros días [después de la batalla] puede
proporcionar una idea de las escenas que debieron tener lugar cuando estuvo en
manos de la soldadesca embriagada, de la misma manera que sólo una visita a los
campos de batalla puede infundir la convicción que los heridos fueron
asesinados dondequiera que fueron encontrados”.
El asesinato de los heroicos
bomberos italianos que luchaban contra el incendio de Chorrillos –al día
siguiente de la Batalla de San Juan– causó indignación en el país y en el
cuerpo diplomático extranjero acreditado en el Perú.
Además, los embajadores de las
naciones europeas denunciaron la matanza de extranjeros y el saqueo de sus
propiedades. El New York Times recogió la protesta por el “bárbaro asesinato de
numerosos extranjeros” cometido por los criminales de guerra chilenos en
Chorrillos, Barranco y Miraflores.
El New York Times también reportó
la devastación y saqueo de Chorrillos y el repase de heridos por las
alcoholizadas bestias chilenas. El texto del periódico estadounidense es el
siguiente: “Sólo una visita a Chorrillos durante los días [posteriores] puede
proporcionar una idea de las escenas que deben haberse producido cuando
[Chorrillos] cayó en manos de la soldadesca ebria, de la misma manera que sólo
una visita a los campos de batalla puede transmitir el convencimiento que los
heridos fueron asesinados donde quiera que fueron encontrados.”
© César Vásquez Bazán, 2011
Diciembre 31, 2011
Fuentes chilenas
Ahumada, Pascual, editor.
1888. Guerra del Pacífico. Tomo V. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello.
New York Times, New York, 2 de marzo de 1881
Vargas, Moisés editor,
Ministerio de Guerra de la República de Chile. 1979. Boletín de la Guerra del
Pacífico 1879-1881. Santiago: Editorial Andrés Bello.
Mausoleo en el Cementerio de
Surco de los
Trece Mártires Italianos de la Bomba Garibaldi de Chorrillos.
Los Bomberos Italos-Peruanos
Tal fue la iniciación de las
labores de la Bomba, que continuaron en forma infatigable, salvando cuánto
obstáculo pudiera presentarse, hasta que vino la fatídica Guerra del Pacífico a
ensombrecerlo todo.
Por eso, cuando el 13 y 14 de
Enero de 1881, Chorrillos quedó convertido en un hacinamiento de escombros y
cenizas. Los Bomberos de la Garibaldi, acudieron presurosos a combatir el
fuego, pero las autoridades de ocupación que no entendían nada de principios
humanitarios aniquilaron el poder de respuesta bomberil de la Compañía.
Es así como compañía italiana
de bomberos Garibaldi perdió todo su material y fueron fusilados trece de sus
miembros en el puesto de deber el 13 de enero de 1881 y fueron Adolfo Sánchez,
Polo Menéndez y José Donaire los que desterraron de los escombros y muladares
los despojos de nuestros compatriotas, habrá de recodar siempre los nombres de los
mártires que fueron:
ENRICO NERINI
PAOLO MARZANO
EGIDIO VALENTINI
GIOVANNI OGNIO
GIUSEPPE ORENGO
ANGELO CIPOLLINI
GIO BATTA LEONARDI
LORENZO ASTRANA
FILIPPO BARGNA
ANGELO DESCALZI
GIOVANNI PALI
LUCA CHIAPPE
PAOLO RISSO
Extracto del libro de la Historia
de la Compañía Italiana de Bomberos Garibaldi Nº6 de Chorrillos Lima - Perú
Investigada y Escrita por el
Capitán CBP Luis Dawson Torres y en Colaboración del arquitecto José Miguel
Victoria por el material facilitado y aclarar ciertos datos, Teniente CBP
Mariella Flores, Capitán CBP Juan Pacheco , colaboraron también el Teniente CBP
Javier Berroa, el sub teniente CBP Giancarlo Tassara y el Sub teniente Italo
Carvo
Janet Aranda Ordinola
subteniente de la Compañía de
Bomberos Italiana Garibaldi Nº6 de Chorrillos
Fuente:
Comentario:
25.03.2015
ANÓNIMO
Es un relato triste y penoso.
Solo el leerlo produce un profundo sentimiento por nuestros hermanos vejados en
tan críticas condiciones. Incluso asoma un sentimiento de venganza. Es
comprensible, en ese sentido, que quienes no han conocido los detalles de la
historia, al leer estas líneas, se sientan compelidos a vengar tales acciones.
Pero la historia nos enseña a no cometer los mismos errores, nos enseña del
sufrimiento y dolor que causó a tantas personas, que antes de ser peruanos,
fueron seres humanos. Ni peruanos ni chilenos merecen tan terribles crímenes.
Antes pensemos en el futuro juntos, como hermanos que siempre, por geografía e
historia, hemos sido.