Francisco instó a "cultivar
la justicia" y a ser "sobrios"
25/12/2015 | 06:50 | Dijo que en
una sociedad “frecuentemente ebria de consumo y placeres, abundancia y lujo,
apariencia y narcisismo”, Jesús nos llama a tener un comportamiento “sencillo,
capaz de vivir lo importante”.
El papa argentino Francisco
celebró este jueves en la Basílica de San Pedro antes de medianoche la tercera
Misa de Gallo de su pontificado, durante la cual instó a los católicos a
"cultivar la justicia" y a ser "sobrios".
"En una sociedad
frecuentemente ebria de consumo y de placeres, de abundancia y de lujo, de
apariencia y de narcisismo, Él nos llama a tener un comportamiento sobrio, es
decir, sencillo, equilibrado, lineal, capaz de entender y vivir lo que es
importante", afirmó el Papa fiel a su estilo claro y directo de hablar.
Durante la solemne homilía en la
Misa de Gallo, concelebrada con un centenar de prelados, y a la que asistieron
cientos de peregrinos y religiosos, Francisco habló sobre uno de los grandes
males de la sociedad moderna: la indiferencia.
"En un mundo a menudo duro
con el pecador e indulgente con el pecado, es necesario cultivar un fuerte
sentido de la justicia, de la búsqueda y de poner en práctica la voluntad de
Dios", recalcó.
"Ante una cultura de la
indiferencia, que con frecuencia termina por ser despiadada, nuestro estilo de
vida ha de estar lleno de piedad, de empatía, de compasión, de misericordia,
que extraemos cada día del pozo de la oración", agregó.
Francisco pidió a los católicos
que cesen de sentir "miedo y temor" y calificó a Jesús como el
"príncipe de la paz".
"Que, al igual que el de los
pastores de Belén, nuestros ojos se llenen de asombro y maravilla al contemplar
en el Niño Jesús al Hijo de Dios", concluyó.
Jorge Bergoglio, de 79 años de
edad, ofició la tradicional misa de Nochebuena, que duró casi dos
horas. Se mostró pálido y con la
voz baja tras sufrir en los últimos días una fuerte gripe con mucha fiebre.
Durante el oficio, el Papa
explicó el significado del nacimiento de Jesús para los cristianos.
Transmitida en directo por
televisión a numerosos países del mundo, el primer papa latinoamericano invitó
a los 1.200 millones de católicos en el mundo a ser sencillos, un llamado que
suele hacer con frecuencia tanto a la jerarquía de la Iglesia católica, y en
particular a la Curia Romana (la maquinaria central), como a las muchedumbres
que lo escuchan.
Al término de la Eucaristía, el
sumo pontífice depositó la imagen del Niño Jesús en un pesebre instalado dentro
de la basílica vaticana.
La misa comenzó con el canto de
"Gloria" y las campanas de San Pedro repicaron para anunciar el
nacimiento del Niño Jesús.
El papa argentino, que inauguró
el pasado 8 de diciembre un año santo extraordinario dedicado a la
misericordia, que concluirá en noviembre de 2016, tiene por ahora programado
sólo dos viajes: a México, en febrero, y a Polonia, en julio.
Francisco, que acaba de cumplir
sus 79 años, defensor de una “iglesia pobre para los pobres”, impartirá el
viernes 25 la bendición navideña desde el balcón de la basílica de San Pedro y
divulgará su mensaje "Urbi et Orbi", con el que los papas suelen
clamar por la paz en el mundo.
Esta bendición, que sólo imparte
en Navidad y Semana Santa, estará acompañada por el mensaje de la Jornada
Mundial por la Paz, que se celebra el 1 de enero, durante la cual suele rogar por
el fin de las guerras.