Crónicas desde el Capítulo General por Fr. Martín Gelabert, OP
Cena con el Prepósito de la Compañía de Jesús
13 de septiembre
Ya les he contado que el domingo el Capítulo interrumpió sus trabajos. Después de los Laudes y de la Eucaristía muchos capitulares salieron hacia Roma. Por la noche vino a cenar con el P. Maestro, el Prepósito de la Compañía de Jesús, P. Adolfo Nicolás. En la mesa se sentaron los dos Superiores Generales, un Consejero francés del P. Nicolás, el anterior Maestro de la Orden, P. Carlos Azpíroz y el Síndico de la Orden. Ante mi sorpresa, se reclamó mi presencia en la mesa, y me senté al lado del Prepósito de los Jesuitas. Una conversación agradabilísima, alternando el castellano y el francés, las dos lenguas de los Superiores Generales. En el momento de la despedida hubo un cruce de frases sencillas en catalán, iniciada por el P. Adolfo Nicolás.
En la mesa se habló muy fraternalmente de cosas serias y de cosas intrascendentes. Por hablar, hasta hablamos de Rafael Nadal que, al ser del mismo pueblo que Monseñor Ladaria, jesuita, Secretario de la Congregación de la Fe, y de un servidor de ustedes, se prestaba a salir en la conversación. Hablamos de los dos hermanos jesuitas de mi abuelo y de lo bien que me llevo con los jesuitas de Valencia. El martes, día 14, vendrán a comer con nosotros los Obispos dominicos que residen en Roma y trabajan en la curia vaticana. Ya les adelanto que, con toda seguridad, esta vez no estaré en la mesa de tan ilustres hermanos.
El lunes, día 13, la Asamblea discutió y aprobó dos textos, el de Economía y la parte dedicada a la liturgia y oración del documento sobre Seguimiento de Cristo. El texto sobre economía ordena que los hermanos en periodo de formación reciban capacitación en cuestiones administrativas; agradece la generosidad de las Hermanas Dominicas de Belén de los Países Bajos, por su notable contribución para incrementar los Fondos de solidaridad de la Orden; y ordena que se transfiera una notable cantidad de dinero para la reparación de parte de los edificios del Angelicum o Universidad de Santo Tomás de Roma, porque hasta corremos el peligro de algún derrumbamiento.
En la parte aprobada del documento sobre el seguimiento de Cristo hay una referencia al rezo del Rosario que “favorece una conversión personal y comunitaria; nos abre a un espíritu de pobreza y nos acerca a los pobres”. Otro número exhorta a la participación en la celebración común de la liturgia. También, para bien de nuestra vida apostólica y religiosa, a que se convoquen los capítulos y consejos conventuales varias veces al año, como está prescrito.
Mañana está previsto que el plenario estudie los documentos sobre el Estudio y sobre el Gobierno
por Fr. Martín Gelabert, OP