AUTOBIOGRAFÍA DEL PADRE CASTILLO - XXIII
XXIII
A 28 de Enero de 1668,
acavando yo de platicar en el Baratillo, me embió a llamar a Palacio el Exmo.
Señor Conde de Lemos en ocasión que havía benldo de España un aviso, fui luego
y díjome su Excᵃ que me llamava para darme la mejor nueva que su Excᵃ podía darme,
que era la de el glorioso e ilustre martirio del Venerable Hermano, Pedro de la
Concepción, Hermitaño de San Antonio Abad, en la forma de la copia de la carta
que aqui se sigue.
Copia de una carta que
escrivió el capitán D. Antonio de Lima, captivo en la ciudad de Argel, a M. R.
P. M. Fray Gabriel Gomez de Losada, Redemptor dos veces del Orden de Nuestra
Señora de la Merced, Redempción de captivos, en que le avisa de la muerte de el
Hermano Pedro de la Concepción, fundador de los Hospitales de Argel, que
padeció en defensa de Nuestra Santa Fee y la grande constancia que tuvo en
ella. Deseamos muchos saver de la llegada de V. Rma. y sus captivos a esa Corte
y que estén aliviados de tantos travajos y fatigas como en esta redempción han
padecido, por las tiranías y codicia de estos bárbaros.
Aora le doy a V. Rma. noticia
de un caso tan tierno y tan en aumento de Nuestra Santa Fee cathólica, que ha
de .causar allá mucha devoción, como aqui ha causado mucho afecto en los
corazones de los cathólicos, para mayor firmeza de nuestra Santa Religión. El
viernes, 1° de este, se hizo en el Oratorio de el barrio de la aduana, la
fiesta de San Antonio, en cuio sermón y después de haver confesado y comulgado
aquel día; como en todos los demas lo hacía, se levantó su buen compañero de V.
Rma. y que tanto le asistió en su redempción, el Hermano Pedro, que havía
estado sentado junto a mi y fué a dar de comer a los enfermos al Hospital y
luego desde ahi a la mezquita nueva, que estava llena de Turcos, por ser su día
festivo de Viernes, como son todos los demás, y entrando dentro se suvió en la
Tribuna, que tienen en medio de ella, y sacando un Christo y una imágen de
Nuestra Señora, les empezó a decir que vivían engañados y que la ·verdadera ley
era la de Jesu Christo y que el que ellos tenían por Profeta estava en el
Infierno, a donde havían de ir todos los que le seguían, y otras muchas cosas,
que sin duda se las dictó el Espíritu Santo.
Y viendo esto los Turcos,
embistieron con él y queriendo matarle lo estorvaron los Mezolagas y le
llevaron a la casa del Rey, haviéndole maltratado mucho y dándole dos eridas y
una en el pecho y otra en el cuello, y llevándole a la aduana, embiaron a
buscar a los savios de su maldita secta y le preguntaron que quién le avía
dicho que hiciesse una cosa tan mal hecha, como aquella que si estaba borracho
o loco, lo digera y se volvería al baño, sin ningún castigo. Y a esto respondió
que no estaba lo uno ni lo otro y que Dios Nuestro Señor era quien le havía
embiado aquello y como christiano les decía lo que les convenía para su
salvación, y volviéndole a preguntar que quien le havía enseñado lo que havía
dicho, volvió a sacar las imágenes que en la Mezquita y dijo que los originales
de aquellos retratos se lo havían enseñado, y que de su parte se lo decía y
amonestaba.
Y viendo los turcos que estaba
firme en su propósito, le pusieron en un patio de la casa de el Rey, amarrado
con una cadena a un poste y quatro turcos de guarda, para que ningun christiano
le hablasse, y como el Rey le quería tanto, le dijo que no fuera loco en hablar
aquellas palabras y respondió que nunca havía estado más en su juicio que
quando las dijo y que se afirmava en ellas y que él era el loco y que también
se lo havía de llevar el diablo como a los demás; con estas preguntas y
respuestas estuvo hasta oy Domingo 19 de este; y viendo su constancia, le
sacaron a quemar vivo a Babaluete, lugar de el suplicio, como V: R. sabe y
sepultura de nuestros cathólicos captivos, para que fuesse quemado con fuego
lento, cargándole desnudo los instrumentos de su muerte.
Y como es cosa más para
alegrarse y alavar a Dios que para entristecerse, fui a verle padecer, aunque a
costa de algunas piedras y, haviendo llegado al lugar de el suplicio, le ataron
al palo con las manos atrás y con turbante de estopa alquitranada en la caveza
y, amonestándole que se desdijera de lo que havía dicho, volvió a afirmarse en
lo dicho, y después de haverle estado primero gran rato atormentando con golpes
y, arrancándole sus venerables barbas, y, díchole muchos oprovios, le pegaron
fuego a la leña y sin embargo de su·voracidad y de el humo, estuvo en pié,
predicándo la ley de Jesu Christo Nuestro Señor y mirando a todas partes, más
de hora y media, sin turvación ninguna, con tanta constancia y corazón, como parece
pudiera tener San Pablo, y la primera palabra que habló quando le empezaron a
quemar fué: Bendito y alabado sea el Santíssimo Sacramento y la Puríssima
Concepción de María Santíssima, Reyna nuestra y de los Angeles, Concebida sin
mancha de pecado original, que se me han cumplido mis deseos y las ansias con
que tanto tiempo he vivido, de morir, predicando la fé.
Yo la tengo mui grande de que
estará gozando de la gloria, en compañía de los Santos Mártires aunque he
encargado a algunos amigos, vean si pueden alcanzar alguna cosa de su cuerpo,
no sé si lo conseguiré por la muchedumbre de los muchachos; y al Maestre
Jácome, yendo a esta diligencia, después de haberle dado algunas pedradas, le
hirieron malamente en la mano. También escribe a V. Rma. en este punto D.
Francisco Castejón y el Capitán D. Thomas de Concha, de quien recivirá muchos
recados, como de los demás captivos que aquí dejó tan veneficiados. Guarde
Nuestro Señor a V. Rma. largos años, como puede. Argel y Junio 19 de 1667. Besa
la mano de V. Rma. su siervo y obligado, D. Antonio de Lima.
Todo el tiempo que estuvo
pidiendo limosna en esta ciudad de Lima, para la fundación, en Argel, de los
Hospitales para Captivos, aqueste gran Siervo de Dios y Mártir illustre de
Christo, me tuvo por confesor, y acabando de reconciliarse para comulgar, que lo
hacia todos los días, me dijo, no pocas veces, que tenía grandes deseos y mui
ciertas esperanzas de padecer martirio en Argel, de que estoy entendiendo y
juzgo tuvo alguna revelación, como se podrá colegir y entender mui bien de la
última carta que me escribió, cuia copia me ha parecido poner aquí, porque será
de mucha edificación y consuelo a qualquiera que la leyere.
Copia de la carta que me
escrivió el Venerable Hermano Pedro de la Concepción, ocho meses antes de
padecer illustre martirio en Argel. Jesús + María. Mi Padre Francisco del
Castillo. Bien sé, por el concierto que tenemos hecho entrambos a dos, que V.
Reverencia me tiene en su memoria, como yo le tengo en mi corazón todos los
días, que recibo a Dios Nuestro Señor Sacramentado: y aunque V. Reverencia no
me ha escrito, el Magnifico señor Marqués de Aytona, mi señor, y Patrono, me
embió las de V. Reverencia, que como sabe que le quiero tanto, me ha hecho esta
merced; en la qual he visto lo que V. Reverencia ha trabajado, con la gracia
del Señor, en la Hermita de los Desamparados, assi de nuestra santa Escuela,
como de otra para que se aprovechen los niños, y no se pierdan.
De todo esto le da quenta·el
Sr. Virrey, Conde de de Santistevan al señor Marqués, que también me embió su
carta, como todas las de el Perú, para que las viera y en ellas favorece mucho
a V. R. Yo le escrivo al Señor Marqués que le acuda a V. R. en todo lo que
pedía, que, como Gobernador de los Reynos de España, lo puede hacer y hará
quanto estuviere en su mano. Mándame su Excelencia, que en leyendo las cartas,
se las buelva a embiar, porque me dize, las estima mas, que toda la plata, y
oro de las Indias; y tiene razón de guardarlas, pues en ellas le avisa de
tantas Escuelas como se han fundado de la Casa de Jesu Christo, el fruto que della se saca. Sean dadas las
gracias al Señor por todo.
Padre de mi corazón, en quanto
a nuestras fundaciones, ya tengo dado parte en otras, embiándole de molde sus
escritos authenticos; han sido mui favorecidas de Dios y bien recividas de los
Turcos, porque en el Reyno de Tunez tenemos 10 Hospitales y en Argel 5 de las
limosnas que este Santo Reyno nos dió. El Señor Marqués, como Patrón de esta
santa obra, impuso en Sevilla, Málaga, Jaén y Madrid de renta algunos treinta y
dos mill reales y todavía tenemos otros seis mil pesos que imponer más. Como
los gastos de tanta hospitalidad son grandes, sacamos una cédula de la Reyna
nuestra Señora para pedir limosna en este Reyno, y se la embió Su Excᵃ al Sr.
Obispo de Arequipa, porque como Su Señoría es Trinitario y, por fin de mis
días, queda heredera la Santíssima Trinidad, por esso se ha dispuesto assi
Padre de mi corazón, gracias a Dios que ya los cristianos no mueren en los
campos, ni cavallerízas, sino en los Hospitales, adonde en cada uno ay un capellán,
Zirujano y enfermeros, todos pagados por meses, con una botica, que haviendo en
Argel 30.000 captivos, pocos más o menos, todos se valen de ella, sin que les
cueste nada y aqui hace el Señor un milagro patente, que, siendo assi que
siempre se está dando sin parar, siempre está llena, que no tiene de costo cada
año 150 pesos, que nos pone grande admiración esto. Gracias a Dios, todos nos
crece, porque hasta aora no me falta nada; ni se escasea cosa.
Yo tengo Religiosos de la
Santísima Trinidad en la Hospitalidad, gracias a Dios que lo han visto mis
ojos, que tanto lo deseaban. Padre de mi corazón, ya se va llegando el tiempo
de dar aquella carta a los Moros, y empezar a hazer todas aquellas diligencias,
que debaxo, de confesión le dixe a V. Reverencia. Assi me lo manda el Señor,
encomiéndeme a su Divina Magestad que favorezca con su gracia; fio en el Señor
saldremos bien dello. Esto sólo lo sabe V. Reverencia, que por quererle tanto,
le descubri mi corazón; pero como sabe, qué cosa son Missiones, y la necesidad
que tenemos de favorecernos, para que el Señor nos fortalezca, le suplico, me
ayude con sus oraciones, y las de mis Hermanos de nuestra santa Escuela, porque
yo los amo mucho, y a todo esse Reyno lo quiero como a mis ojos, porque han
hecho vna obra tan agradable a Dios, que por ella solo le ha de dar su Divina
Magestad muchas prosperidades.
Yo he llegado a este Puerto de
Cartagena de Levante, con una Redempción que he traído de Argel, y estoy,
esperando otra de Nuestra Señora de la Merced, porque el Rey de Argel y el
Duan, como estoy allá de asiento, gustan de darme los salvos conductos y que
venga a España por las redempciones, para que baian y bengan seguras, por que
en encontrando los corsarios, que andan robando en la mar, como soy tan conocido,
permite Dios que, en asomándome al bordo de la embarcación, en hablando dos
palabras, hacen la salva y se van con Dios. Porque ha havido vez que estos
Piratas han cojido una Redempción y se han levantado con la plata y han hechado
los Redemptores al agua, y aora aunque llegue de arribada a alguno de sus
Puertos me hacen muy gran fiesta y me regalan, y yo hago lo propio, porque son
como los lndios. Allá vale un carnero 6 reales y una gallina un real, una
fanega de trigo, dos reales, Gracias al Señor que les da en esta vida lo que en
la otra les ha de faltar. Dios, por quien es, los trayga a verdadero
conocimiento, de que ya se les va llegando el desengaño. Suplico a V. R. se
sirva de, a todos nuestros caríssimos amigos y hermanos nuestros, darles mis
encomiendas, a quien guarde Dios, como se lo pido cada día en mis pobres
oraciones. De Cartagena de Levante y Setiembre 27 de 1666. De V. R. su mas
humilde hijo, El Hermano Pedro de la Concepción.
Aqueste santo varón e ilustre
mártir de Christo y yo hicimos un pacto y concierto un día en la Capilla
interior y Congregación de San Pablo de aquesta ciudad de Lima, de que nos
havíamos de aparecer uno a otro, el que primero muriesse, pero este Santo y
glorioso Mártir anduvo tan puntual que vino a visitarme a la celda, estando en
España entonces, quatro o cinco años antes de su martirio, en la ocasión y
forma que arriba dixe, en el folio 56 de aquestos apuntamientos.
Publicadas por Enrique Rodríguez SJ … a la/s 12:51 p.m.