(03/06/2010) Con la presencia de 15 imágenes de los santos y las vírgenes, patronos de las principales iglesias del Cusco
Reviviendo una tradición de más de 300 años, el pueblo del Cusco celebra una vez más la fiesta del Corpus Christi
La ceremonia comienza con la procesión de entrada de todo el colegio de canónigos, priores de las órdenes religiosas y sacerdotes de la Arquidiócesis del Cusco, la entrada a la plaza de Monseñor es encabezada por Monseñor Juan Antonio Ugarte Pérez, Arzobispo del Cusco, quien presidirá toda la ceremonia.
La primera actividad de la celebración eucarística es la solemne misa celebrada por Monseñor Ugarte ante los religiosos, autoridades y pueblo de Cusco en la que el prelado explica los orígenes de esta fiesta y su importancia. “El Corpus Christi es la única fiesta en la iglesia que celebra, no a una imagen que representa a Cristo, la Virgen María o un santo, sino a Dios vivo presente entre nosotros en forma de Eucaristía, en forma de hostia consagrada.
La primera actividad de la celebración eucarística es la solemne misa celebrada por Monseñor Ugarte ante los religiosos, autoridades y pueblo de Cusco en la que el prelado explica los orígenes de esta fiesta y su importancia. “El Corpus Christi es la única fiesta en la iglesia que celebra, no a una imagen que representa a Cristo, la Virgen María o un santo, sino a Dios vivo presente entre nosotros en forma de Eucaristía, en forma de hostia consagrada.
El Arzobispo del Cusco, magníficamente ataviado con una capa hecha en seda con hilos de plata y oro, reservada especialmente para esta ceremonia, se pone delante de la procesión con todo su cuerpo eclesiástico a los lados, según ordena el ritual.
Acompañan el cortejo las autoridades del Cusco y detrás del Santísimo, marchaban los colegios y el pueblo en general que rezaba con devoción el rosario mientras se recorren los linderos de la plaza.
Acompañan el cortejo las autoridades del Cusco y detrás del Santísimo, marchaban los colegios y el pueblo en general que rezaba con devoción el rosario mientras se recorren los linderos de la plaza.
De acuerdo a la tradición, en los cuatro vértices de la plaza, Cristo consagrado recibió el homenaje y devoción de las cuatro órdenes religiosas del Cusco que desde hace siglos les ha correspondido este privilegio: los dominicos, los mercedarios, los franciscanos y los agustinos.
Tal como manda la costumbre, al terminar el recorrido en la puerta de la Catedral, Monseñor Ugarte sube a un estrado para impartir la bendición solemne con la Custodia en las manos, a todos los fieles que presentes en la plaza. Después, todo el cortejo eclesiástico ingresó con el Santísimo a la Catedral para, acto seguido, comenzar la procesión de las imágenes que se dan cita para acompañar al Cuerpo de Cristo.
Así, van desfilando una a una las andas con las manifestaciones populares más heterogéneas: desde esforzados cargadores, descalzos muchos de ellos en señal de sacrificio, acompañados por las autoridades locales, impecablemente vestidos y antecedidos por alegres danzantes disfrazados de las más diversas maneras, todos acompañados por las infaltables bandas musicales.
En otras palabras, un espectáculo de danzas populares que acompaña al fervor religioso de un pueblo que ha sabido mantener intactas sus tradiciones a través de los siglos y que hoy constituye uno de los legados de cultura viva más importantes del mundo.
El Corpus Christi en Cusco es ya una fecha de enorme interés en el calendario turístico mundial. Prueba de ello fueron los miles de turistas que visitaron el “ombligo del mundo” para asistir a esta fiesta.
El Corpus Christi en Cusco es ya una fecha de enorme interés en el calendario turístico mundial. Prueba de ello fueron los miles de turistas que visitaron el “ombligo del mundo” para asistir a esta fiesta.
Sacratissimi Cordis Iesu
