XVI Congreso Latinoamericano de
exalumnos de la Compañía de Jesús
«El Papa que mueve el mundo» es
el lema del XVI Congreso Latinoamericano de ex alumnos Jesuitas, que tiene
lugar del 11 al 13 de noviembre 2015 en la ciudad de Guayaquil, en Ecuador; con
el objetivo de analizar y aplicar el modelo de liderazgo del Papa Francisco,
para lograr resultados estratégicos sin distinción de credo ni religión,
teniendo como eje fundamental la espiritualidad ignaciana, que es una
espiritualidad de la encarnación y de la acción donde cada persona participa en
su entorno para generar cambios positivos, creando un mundo más justo y
humilde.
Con motivo de este Congreso el
Papa Francisco envió un video mensaje que Radio Vaticana ofrece a continuación.
TEXTO COMPLETO DEL MENSAJE DEL
PAPA
(RV).- «Queridos hermanos: Recibí
esta carta del Padre Gilberto Freire; me
pide un mensaje para este XVI Congreso Latinoamericano de exalumnos de la
Compañía de Jesús que se va a desarrollar en Guayaquil, la querida Guayaquil,
del 11 al 13 de noviembre del presente año. Y me mandan algunas preguntas. Yo
pensé… hablar a los ex alumnos jesuitas, me da la oportunidad de decir qué es
lo que espera, el Papa, la Compañía de Jesús, la Iglesia; de un hombre o de una
mujer que estudió en un colegio jesuita o una universidad jesuita.
¿Qué espera? ¿Cómo tiene que ser
el perfil? Cuando a mí se me presenta alguien y me dice: “Yo estudié con los
jesuitas”, le pregunto: “¿Tenés el virus adentro o no, o ya lo perdiste? Es
decir, cuál es el perfil de alguien que se dejó formar por la Compañía de Jesús
y qué es lo que tiene que dar al mundo ahora. ¿Cómo tiene que actuar? Y dándole
vuelta a la cosa, fui a la fuente, a los Ejercicios y les quiero proponer para
inspiración del modo de actuar de ustedes, la Contemplación de la Encarnación:
el número 101 de los Ejercicios en adelante. Sí, por ahí alguno de ustedes está
pensando: “Uh, este nos viene a hacer una prédica”. Les vengo a decir lo que yo
creo que tiene que ser cada uno de ustedes y deseo que lo logren ¡eh!, porque
mi intención es acompañarlos en esta celebración y ayudarlos.
El jesuita y por lo tanto aquel
que estudió con el jesuita tiene como su herencia; tiene que estar en tensión,
continuamente en tensión. En tensión entre el cielo, la tierra y él. No puede
esconder la cabeza, como hace el avestruz, de la realidad de la tierra. No
puede hacerse un mundo aislado con una religiosidad “light” frente a la
realidad de Dios. Y no puede vender su conciencia a la mundanidad. O sea, son
tensiones, ¿cómo estoy yo frente a Dios?, ¿cómo estoy frente al mundo?, ¿cómo
estoy frente al espíritu mundano que se me propone a cada rato?
Entonces si ustedes responden a esas tres preguntas, podrán calibrar hasta qué punto la formación que recibieron de la Compañía de Jesús entró o hasta qué punto la tienen guardada en un armario. Hay que sacarla, o sería muy triste si ya ni se acuerdan. Me parece que como sacerdote, como Obispo, como jesuita, es el mejor aporte que les puedo dar a ustedes en este XVI Congreso de la Compañía.
San Ignacio, en la Meditación de
la Encarnación nos pone en tensión en tres cosas: Por un lado, nos hace mirar
al cielo: las tres Divinas personas. Por otro lado, nos hace mirar la Tierra:
la gente, los hombres, los países, las situaciones. Y por otro lado, nos hace
mirar una persona: en este caso María la casa de Nazaret, esa persona hoy es
cada uno de ustedes. Y dice así:
“Traer la cosa que tengo que
contemplar”. ¿Y cuál es la cosa? Cómo las tres personas divinas miraban toda la
planicie, la redondez de todo el mundo llena de hombres. O sea Dios mirando a
los hombres y como viendo que todos descendían al infierno, es decir, vivían
paganamente, se determina en su eternidad que el Hijo se haga hombre para
salvarlos. Después continúa… y ver el lugar, ver la gran capacidad y redondez
del mundo, en la cual están tantas y tan diversas gentes. Asimismo, ver también
qué hace esta gente. Las unas y las otras. En tanta diversidad, así en trajes
como en gestos, unos blancos y otros negros, unos en paz otros en guerra, unos
llorando, otros riendo, unos sanos y otros enfermos, unos naciendo y otros
muriendo; o sea mirar la realidad como es. Esto lo segundo. Y lo tercero, mirar
la casa de Nuestra Señora en Nazaret. ¿Y qué hace Dios? ¿Y qué hacen los
hombres?
Y Dios decide enviar a su Hijo a
salvar. Los hombres reciben la salvación para ser salvados de la ceguedad y las
tragedias. Y la Virgen dice que sí. Es curioso como, cuando describe lo que
hablan las personas: mirar cómo hablan unos con otros, como juran, blasfeman,
como se pelean, como lo que dicen… Y esto es lo que me inspira hablarles. La
Iglesia a ustedes ex alumnos jesuitas los quiere en tensión. En tensión entre
la fe que profesan, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo; que envía a su Hijo al
mundo, y esa fe en tensión con lo que está pasando hoy en el mundo. Esto es un
Congreso americano, ¿qué pasa en Latinoamérica?, ¿cuántos chicos no van a la
escuela?, porque no pueden, ¿cuántos chicos no tienen alimentación suficiente?,
¿cuántos chicos no tienen salud?
Tres cosas: atención sanitaria,
alimentación, educación. Piensen eso. Piensen las “tragedias humanas”, no
quiero decir las palabras “tragedias sociales”… sino humanas, porque cada
persona es templo de la trinidad. Piensen en las tragedias humanas que están
pasando en Latinoamérica. A mí me impresiona mucha en Buenos Aires, una zona de
la orilla del Río. Había 36 restaurantes seguidos. Al que iba a cenar ahí le
cortaban la cabeza, le hacían pagar una
barbaridad. Estaban normalmente llenos. Terminado eso, había una estación
ferroviaria y empezaba enseguida una “villa miseria”, una “chabola”, una
“favela”. Y de este lado lo mismo.
Que esa figura les haga ver la
tragedia que trae hoy día la falta de justicia, la falta de equidad. Y la gente
que estaba comiendo allí, mucha era cristiana, mucha creía en Jesucristo y se
profesaba católica, y quizás habrían estudiado en colegios católicos, bueno es
un ejemplo. Si vos tenés dentro tuyo el “virus jesuítico”, tenés que mirar qué
le decís a Dios cuando ves esta desigualdad, qué le decís a Dios cuando ves la
explotación de los chicos del trabajo, la explotación de la gente, qué le decís
a Dios cuando ves que no se cuida la tierra y que para sembrar y sembrar se
desforesta la tierra, y eso hace daño a la gente; qué le decís a Dios cuando
compañías mineras usan el cianuro, el arsénico para extraer el mineral y eso
atenta a la salud de tanta gente, de tantos chicos, de tantos adultos.
Esto que San Ignacio nos dice:
“Mirar como miraba a Dios la faz de la tierra, mirar a todos los hombre, unos
naciendo, otros muriendo, otros llorando otros riendo; la realidad… ¿cómo es tu
relación con la realidad?, o de otra manera ¿cómo trascendés de vos mismo?, ¿sos
un cerrado en vos mismo?, ¿vos te la imaginás a la Virgen cerrando la puerta
para no recibir el llamado de Dios? No podés imaginartela así. Pero si sos
cristiano, hacé lo que hizo ella. ¿Cómo mirás a los hombres?, ¿con qué mirada?
La mirada de tu comodidad, de tu tranquilidad, del que no quiere problemas, o
la mirada de tu bolsillo y ¿cómo mirás a Dios?, ¿cara a cara?, ¿persona a
persona?, ¿a quién le hablás? A un “Dios spray”, difuso… o le hablás al Padre
que es tu Padre, o le hablás al Hijo que es tu Hijo o le hablás al Espíritu
Santo que recibiste en el Bautismo.
Bueno así los quiero a ustedes, en tensión. Y la verdad siempre se da en
tensión, la verdad no está quieta, no está cristalizada, es tensionante, te
lleva a actuar, te lleva a cambiar, te lleva a hacer, te lleva a imitar a Dios
creador, redentor, santificador; te lleva a ser humano.
En este Congreso, les deseo que
se hagan esta pregunta… ¿cómo vivo yo como ex alumno de la Compañía de Jesús
esto que San Ignacio nos hace ver en el Misterio de la Encarnación?, ¿cómo
vivo?, ¿estoy en tensión o no me importa nada?
Bueno esto es lo que a mí se me
ocurre proponerles, les deseo que pasen un buen Congreso. Guayaquil es linda,
una ciudad que quiero; que sea fructuoso el Congreso. Fructuoso, concreto para
el corazón de cada uno de ustedes, para la gente con la que trabajan ustedes y
para Dios con Ustedes; ¿cómo lo meten a Dios en la familia de ustedes? Le pido
al Señor que los bendiga, a la Virgen que los cuide y si lo ven al Padre
Paquito denle un abrazo de mi parte. Que Dios los bendiga».
(Transcripción: jesuita Guillermo Ortiz -
Programas en español de RADIO VATICANA)
Un hermoso mensaje del Papa
Francisco para los participantes del XVI Congreso Latinoamericano de Exalumnos
Jesuitas “Papa Francisco mueve el mundo” organizado por A.S.I.A. Javier- Guayaquil.
XVI Congreso Latinoamericano
de ex alumnos jesuitas
Una generación que moverá el
mundo
Del 11 al 13 de noviembre, se
realiza en Guayaquil el XVI Congreso Latinoamericano de Exalumnos
Jesuitas, organizado por ASIA JAVIER, la
Asociación de ex alumnos de la Unidad Educativa Javier.
El Congreso tiene como
objetivo analizar y aplicar el modelo de liderazgo del papa Francisco, para
lograr resultados estratégicos.
Como jesuitas afirmamos que
Dios anima nuestros corazones para contemplar el mundo y detectar las
necesidades que ahí encontramos. La espiritualidad ignaciana es una
espiritualidad de la encarnación y de la acción donde cada persona participa en
su entorno para generar cambios positivos, creando un mundo más justo y
humilde. El Congreso tiene como objetivo analizar y aplicar el modelo de
liderazgo del Papa para lograr resultados estratégicos sin distinción de credo
ni religión.
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