Vivir comunicando
Llegamos al mundo sin saber
prácticamente nada. Pasamos muchos años de nuestra vida formándonos:
aprendiendo un oficio, una profesión, adquiriendo conocimientos. En la escuela,
la familia, la universidad. Son muchos los que nos dan lo que saben. Y así, con
el paso del tiempo acumulamos habilidades, conocimientos… Pues bien, estamos
llamados a comunicarlos. Porque "el amor consiste en comunicación (…), en
dar y comunicar el amante al amado lo que tiene o de lo que tiene o
puede…" [231].
Entre los mártires jesuitas de
Inglaterra que celebramos el día 1 de diciembre tenemos un ejemplo para
nosotros. San Nicholas Owen era un excelente carpintero. Y hermano jesuita. En
tiempo de persecución supo poner todos sus conocimientos y habilidades al
servicio, para ayudar a la misión de sus compañeros construyendo escondites
para ellos. Algunos tan sumamente buenos que tardaron siglos en descubrirlos.
Vivió comunicando lo que tenía: sus manos, su trabajo, su habilidad. Y, al
final, su misma vida.
Espiritualidad Ignaciana