‘A Dios no le importa qué
móvil tienes, le importas tú’
La Jornada Mundial de la
Juventud comienza hoy y continúa mañana
31.07.2016 (ZENIT – Roma).- El papa
Francisco ha celebrado en el Campus Misericordiae de Cracovia la misa de
clausura de la Jornada Mundial de la Juventud. Entre dos y dos millones y
medio, según indica al organización, se encontraban allí esperando para
celebrar juntos este gran momento. Muchos de ellos, un millón y medio, ya se
encontraban allí desde la tarde del sábado en la que también celebraron la
vigilia con el Papa. Jóvenes de todos los rincones del mundo que han pasado la
noche orando y celebrando la alegría de la fe. Hoy concluye una semana de
encuentros, catequesis, oración y amistad y tras la que no volverán a sus casas
indiferentes tal y como les pidió ayer el Papa en un motivador discurso.
Mientras que en la homilía de
esta mañana, el Papa ha querido recordar a los jóvenes que Dios cuenta con
ellos por lo que son, no por lo que tienen. “Ante Él, nada vale la ropa que
llevas o el teléfono móvil que utilizas; no le importa si vas a la moda, le
importas tú. A sus ojos, vales, y lo que vales no tiene precio”.
El Santo Padre ha hecho
referencia a la lectura del día, el encuentro de Jesús con Zaqueo, para
explicar que Él “desea acercarse a la vida de cada uno”, “recorrer nuestro
camino hasta el final, para que su vida y la nuestra se encuentren realmente”.
Zaqueo, tal y como ha
recordado Francisco, era un rico colaborador de los “odiados ocupantes
romanos”. Sin embargo, “el encuentro con Jesús cambió su vida, como sucedió́,
y cada día puede suceder, con cada uno de nosotros”. De este modo, el Santo
Padre ha desarrollado su homilía indicando que Zaqueo tuvo que superar al menos
tres obstáculos “que también pueden enseñarnos algo a nosotros”.
El primero es la baja
estatura. Una tentación –ha precisado– que no solo tiene que ver con la
autoestima, sino que afecta también la fe. Esta es nuestra estatura, nuestra
identidad espiritual: “somos los hijos amados de Dios, siempre”. Así, ha
subrayado que “no reconocer nuestra identidad más auténtica es como darse la
vuelta cuando Dios quiere fijar sus ojos en mí”, “significa querer impedir que
se cumpla su sueño en mí”. ¡Tú eres importante!, ha exclamado recordando a
los jóvenes que “Dios cuenta contigo por lo que eres, no por lo que tienes”. Dios,
ha precisado, nos ama más de lo que nosotros nos amamos, cree en nosotros más
que nosotros mismos, “está siempre de nuestra parte, como el más acérrimo de
los hinchas”. En este punto, el Santo Padre ha invitado a los jóvenes a rezar
cada mañana: “Señor, te doy gracias porque me amas; haz que me enamore de mi
vida”.
El segundo obstáculo del que
ha hablado es “la vergüenza paralizante”. Por eso ha recordado que Zaqueo
superó la vergüenza y subió al árbol “porque la atracción de Jesús era más
fuerte”. Zaqueo “sintió que Jesús era de tal manera importante que habría
hecho cualquier cosa por él, porque él era el único que podía sacarlo de
las arenas movedizas del pecado y de la infelicidad”. El Papa ha contado
también a los jóvenes un “secreto de la alegría”: “no apagar la buena
curiosidad, sino participar, porque la vida no hay que encerrarla en un
cajón”. Ante Jesús, “no podemos quedarnos sentados esperando con los brazos
cruzados”, no podemos responderle con “un simple mensajito”.
El Papa ha exhortado a los
jóvenes a no avergonzarse de llevar todo a Jesús, “especialmente las
debilidades, las dificultades y los pecados, en la confesión”. Él sabrá –ha asegurado– sorprenderos con su
perdón y su paz.
El tercer y último obstáculo
no estaba en un interior sino “a su
alrededor”: la multitud que murmura, que primero lo bloqueó y luego lo
criticó. Así, Francisco ha pedido a los jóvenes “no tengáis miedo” y que
recuerden el lema de la JMJ: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos
alcanzarán misericordia”. Del mismo modo les ha invitado a no desanimarse
porque “con vuestra sonrisa y vuestros brazos abiertos predicáis la esperanza
y sois una bendición para la única familia humana, tan bien representada por
vosotros aquí”.
La mirada de Jesús –ha
añadido– va más allá de los defectos para ver a la persona. “No se detiene en
el mal del pasado, sino que divisa el bien en el futuro”, “no se resigna frente
a la cerrazón, sino que busca el camino de la unidad y de la comunión”, “no
se detiene en las apariencias, sino que mira al corazón”. El Pontífice también
ha pedido a los jóvenes que instalen “bien la conexión más estable, la de un
corazón que ve y transmite el bien sin cansarse”.
Para finalizar la homilía, el
Santo Padre, haciendo referencia a las palabras de Jesús a Zaqueo “hoy tengo
que alojarme en tu casa”, ha asegurado que la JMJ “comienza hoy y continúa
mañana, en casa”, porque es allí donde Jesús quiere encontrarnos a partir de
ahora. Jesús espera que, entre tantos contactos y chats de cada día, “el
primer puesto lo ocupe el hilo de oro de la oración”. Jesús desea que su
Palabra “se convierta en tu ‘navegador’ en el camino de la vida”. Jesús –ha
recordado el Papa a los jóvenes– te llama por tu nombre. “Tu nombre es precioso
para Él”, ha indicado. La memoria de Dios no es “un disco duro” que almacena
todos nuestros datos, “sino un corazón tierno de compasión, que se regocija
eliminando definitivamente cualquier vestigio del mal”. De este modo ha
invitado a “imitar la memoria fiel de Dios y custodiar el bien que hemos
recibido en estos días”.
2019 JMJ Panama 2019