Náufragos de su esperanza, inmigrantes cautivos de su condición, desterrados
REFLEXIONES EN FRONTERA
jesuita Guillermo Ortiz
jesuita Guillermo Ortiz
Lampedusa, Lunes 08 de Julio 2013
“Los tratantes nos dijeron que navegáramos siempre derecho, siguiendo esa
estrella. De día la estrella no se ve. Nosotros dijimos: Vamos. O morimos o nos
salvamos” relató un migrante clandestino, confesando que de once personas que
salieron del norte de África solo se salvaron dos.
Lampedusa, es puerta de Europa para miles de migrantes, la Isla más al sur de Italia y a solo 113 kilómetros de África, en el corazón del Mar Mediterráneo, convertido hoy en cementerio de la vida y la esperanza de tantos.
“El cuerpo sin vida de un naufrago es un fracaso de la sociedad”, afirmó el párroco de la isla que escribió a Francisco invitándolo a visitarlos.
Es la vida en riesgo al límite. Lampedusa representa el riesgo de la vida de tantas personas en tantos lugares de tránsito del mundo. Veinte mil muertos registrados; 20 mil personas para quienes la tabla de salvación se convirtió en el mar en lápida de cementerio. Treinta mil personas rescatadas en el mar.
A las 9,26 de Roma, Papa Francisco arrojó en el mar Mediterráneo una corona de flores, en un momento de oración por los muertos. Y, en un viaje que es un acto de compasión, de piedad y claramente penitencial, de pedido de perdón, desembarcó en el Muelle Falovoro, el mismo de los migrantes, para encontrarse con los refugiados y rezar con ellos, por los muertos y pidiendo perdón junto a estos olvidados de todos, desterrados, no solamente aquí, sino en muchos lugares del mundo.
Lampedusa, es puerta de Europa para miles de migrantes, la Isla más al sur de Italia y a solo 113 kilómetros de África, en el corazón del Mar Mediterráneo, convertido hoy en cementerio de la vida y la esperanza de tantos.
“El cuerpo sin vida de un naufrago es un fracaso de la sociedad”, afirmó el párroco de la isla que escribió a Francisco invitándolo a visitarlos.
Es la vida en riesgo al límite. Lampedusa representa el riesgo de la vida de tantas personas en tantos lugares de tránsito del mundo. Veinte mil muertos registrados; 20 mil personas para quienes la tabla de salvación se convirtió en el mar en lápida de cementerio. Treinta mil personas rescatadas en el mar.
A las 9,26 de Roma, Papa Francisco arrojó en el mar Mediterráneo una corona de flores, en un momento de oración por los muertos. Y, en un viaje que es un acto de compasión, de piedad y claramente penitencial, de pedido de perdón, desembarcó en el Muelle Falovoro, el mismo de los migrantes, para encontrarse con los refugiados y rezar con ellos, por los muertos y pidiendo perdón junto a estos olvidados de todos, desterrados, no solamente aquí, sino en muchos lugares del mundo.
Lampedusa (en italiano: isola di Lampedusa; en siciliano: isula di Lampidusa) es la más grande de las islas del archipiélago de las Pelagias en el mar Mediterráneo. Se encuentra a 205 km de Sicilia y a 113 km de Túnez siendo el territorio italiano ubicado más al sur. Política y administrativamente pertenece a Italia, pero geográficamente pertenece a África ya que el lecho marino entre ambos no excede los 120 metros de profundidad.
Recientemente, Lampedusa ha tenido un impacto en las noticias internacionales como uno de los principales puntos de entrada para los inmigrantes indocumentados que buscan ingresar al espacio Schengen de la Unión Europea desde África, el Medio Oriente y Asia. Acuerdos recientes entre las autoridades libias e italianas contemplan la deportación de muchos inmigrantes indocumentados desde Lampedusa a Libia.
From: Wikipedia