VALENCIA, 3 OCT.
El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, alentó ayer por la noche a los jóvenes valencianos a “dejaros seducir por el Señor, que cuenta con vosotros, y a poner la vida al servicio del bien”.
Ante más de mil jóvenes que, sentados en el suelo, abarrotaron la basílica de la Virgen y las entradas laterales en la primera vigilia de oración que convoca el prelado en Valencia, monseñor Osoro exhortó a los participantes a “abrir vuestro corazón al Señor”, y "a descubrir cómo el mejor acontecimiento que puede suceder es poder organizar la vida desde el amor y la gracia de Jesús”.
A lo largo de la vigilia, se alternó la lectura de salmos con los testimonios de jóvenes que elevaron plegarias en voz alta, como por ejemplo, por los “jóvenes que han abandonado sus casas”, o los cánticos con guitarras, con momentos de meditación y silencio.
El arzobispo de Valencia terminó impartiendo la bendición con el Santísimo y, a continuación, despidió a los jóvenes agradeciéndoles el “esfuerzo” por haber participado “sobre todo a los que habéis venido desde lejos”, y les animó a seguir participando en estos encuentros de oración que serán mensuales, tanto en la Basílica de la Virgen como en otros templos de la diócesis.
Finalmente, monseñor Osoro exclamó “Visca la Mare de Déu” , a lo que todos los jóvenes respondieron con otro “Visca” y una cerrada ovación.
Cuatro sacerdotes permanecieron en los confesionarios administrando el sacramento de la reconciliación a numerosos jóvenes que hicieron cola para confesarse.
El arzobispo de Valencia recibió en la entrada por la puerta de bronce de la Basílica a los jóvenes participantes saludándoles uno a uno y, cuando se dirigió al presbiterio para presidir la ceremonia, fue ovacionado por todos ellos.
El encuentro, organizado por la comisión diocesana de Infancia y Juventud, a iniciativa del propio Arzobispo, estuvo presidido por un icono de Cristo bendiciendo, que quedó ubicado en la Basílica en la parte del altar situada debajo de la imagen de la Virgen de los Desamparados. Al término del encuentro, el prelado entregó el icono de la celebración a un joven de la vicaría 3 que se encargará de organizar la próxima vigilia de oración.
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