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viernes, 5 de febrero de 2016

Un Castellano que se enamoro del Perù





Padre Eulogio, 
el misionero que se enamoró del Perú

El padre Eulogio Herrán, párroco de Santa María de Nazareth de Surquillo, cumple 50 años de sacerdote, 36 de los cuales ha vivido en el Perú. Nos cuenta sobre su vocación, su labor en nuestro país, así como su cercanía con el Arzobispo de Lima.

Por Giancalo Pinedo Montalvo

- Padre Eulogio, ¿cómo surgió su vocación
sacerdotal?
Desde muy pequeño mis padres me
educaron en la fe y en el trabajo; por eso
a los 13 años empecé a estudiar en el
Seminario Diocesano de Palencia, España.
Y aunque mi padre quiso que me
quede en casa para organizar el trabajo
de la tierra y el ganado, mi madre me
dijo: “Tú no te quedas, te vas al Seminario”
y se cumplió. Estoy seguro que
mi vocación es fruto de la oración de mi
madre.

- ¿Cómo fue su llegada al Perú?
Luego de cuatro meses de preparación
en Madrid me tocó seguir a Cristo
hasta Yauyos en 1968, donde junto a
un grupo de sacerdotes, empezamos a
enseñar el catecismo a niños y jóvenes.
Entre 1971 y 1974 seguí en Cañete trabajando
en el Seminario Mayor. Luego
me fui a estudiar Derecho Canónico a
la Universidad de Pamplona hasta que
en 1984 regresé al Perú. He sido párroco
de María Madre de Dios y desde el
2000 soy párroco en Santa María de
Nazareth.

- ¿Cómo conoció al Cardenal Juan
Luis Cipriani?
Yo lo conocí cuando trabajaba en Cañete, 
él era un sacerdote joven. Luego,
cuando lo nombraron obispo Auxiliar de
Ayacucho me preguntó si me atrevía a
ir con él y le dije que sí. Recuerdo que lo
primero que hizo al llegar fue ponerse a
jugar baloncesto con los muchachos, él
salía siempre a la calle con mucha paz
y tranquilidad, era muy unido y ayudaba
a los niños, los jóvenes y las madres de
familia.

- ¿Cómo surgió la adoración perpetua
en la parroquia?
Ni bien me destinaron aquí [la parroquia
Santa María de Nazareth] lo primero
que hice fue poner un confesionario,
la capilla del Santísimo se inauguró al
culminar el año, y así fue ampliándose
gracias a la participación de la gente. El
29 de junio de 2004 empezó la adoración
perpetua, que hasta el momento ha
recibido más de tres millones de visitas.
Han pasado 50 años desde que me
ordené y si me preguntaran qué quisiera
hacer con mi vida si volviera a nacer,
respondería que volvería a ser sacerdote.

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Boletín del Arzobispado de Lima - La Gaceta Catolica - Numero 08 - Julio 2014

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