Páginas

miércoles, 10 de febrero de 2016

10.02 Misa de Miércoles de Ceniza 2016


MISA DE MIÉRCOLES DE CENIZA 2016 



Desde el Vaticano con la presencia del Santo Padre Francisco. 10 febrero 2016.
Iniciando así el Tiempo de Cuaresma de 40 días.


AYUNO - ORACIÓN - CARIDAD

(RV).- “El tiempo cuaresmal es un tiempo para alejarse de la falsedad, de la mundanidad y de la indiferencia; es el tiempo para limpiar el corazón y la vida para redescubrir la identidad cristiana”, lo dijo el Papa Francisco en la celebración Eucarística al inicio de la Cuaresma.
La tarde de este miércoles, el Pontífice presidió la Santa Misa con el rito de la imposición de las Cenizas y envío de los Misioneros de la Misericordia.

Homilía del Papa en la misa del miércoles de ceniza 2016

En su homilía, el Santo Padre recordó que al inicio del camino cuaresmal, la Palabra de Dios dirige a la Iglesia y a cada uno de nosotros dos invitaciones: “El primero es el de San Pablo: el de dejarse reconciliar con Dios (Cfr. 2 Cor 5,20)”. Porque Cristo – señala el Papa – sabe que somos frágiles y pecadores, conoce la debilidad de nuestro corazón; lo ve herido y sabe cuánta necesidad tenemos de perdón y de sentirnos amados para realizar el bien. “Cristo – subrayó el Obispo de Roma – ha vencido el pecado y nos levanta de las miserias si confiamos en Él. Depende de nosotros reconocernos como necesitados de misericordia y este – dice el Papa – es el primer paso del camino del cristiano”.
La segunda invitación de la Palabra de Dios es la del Profeta Joel: “regresen a mí con todo el corazón (2,12)”. No es difícil darse cuenta – afirma el Pontífice – que por el misterio del pecado nos hemos alejado de Dios, de los demás y de nosotros mismos. Muchas veces, evidencia el Papa, es fatigoso tener confianza en Dios, tenemos miedo de acercarnos a Él como Padre, pero no recordamos que junto a esta historia de pecado, Jesús ha inaugurado una historia de salvación”. Por ello, “el Evangelio que abre la Cuaresma – afirma el sucesor de Pedro – nos invita a ser protagonistas, abrazando tres remedios o medicinas que nos curan del pecado: La oración, la caridad y el ayuno”.
Antes de concluir su homilía el Papa Francisco invitó a vivir este tiempo cuaresmal como un auténtico tiempo para alejarse de la “falsedad, de la mundanidad y de la indiferencia”. Es el tiempo – dijo el Papa – de limpiar el corazón y la vida para redescubrir la identidad cristiana, es decir, el amor que sirve y no el egoísmo que se sirve.

(Renato Martinez - Radio Vaticano)