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lunes, 10 de marzo de 2014

Tres reflexiones por Inicio de Cuaresma 2014




Tres reflexiones por Inicio de Cuaresma 2014

Tormenta de Ceniza


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz sj

(RV).- (Audio) RealAudioMP3

Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás”

Sí, tuve una visión fugaz del vencimiento de todo, no solamente de los alimentos, los remedios, cosméticos, materias y elementos, sino también de nosotros mismos -relató Teofilo Pereira.

Separándose del polvo de la tierra y los minerales, la tormenta de ceniza fue primero sutil, después se hizo densa; gris como los cabellos del anciano. Era la ceniza del hombre, creado, crecido y fenecido a lo largo de todo el tiempo y la historia, y a lo ancho del extenso globo trajinado, países, continentes, hemisferios.

¿Van hacia dónde las cenizas? ¿Hacia donde convergen?, me preguntaba sin caer en la cuenta de que yo mismo soy parte de esa masa volátil, marcado también con la ineluctable fecha de vencimiento.

Y vi -como en un sueño-, que todo convergía hacia el Hijo del hombre, vivo, resucitado; resurgido victorioso de su propia lucha contra la muerte y la nada; triunfante por él y por nosotros.

Frente a él se arremolinaron montañas de ceniza en siluetas de hombres y mujeres primero. Después se reconstituyeron milagrosamente en su forma humana de carne y huesos. Pero seguían siendo muertos, como zombis, hasta que él, el Guerrero viviente, insufló en cada uno su propio Aliento de Vida y les dio Vida nueva. Les sopló un aliento luminoso y llameante; un aliento de Fuego.


El diablo se disfraza de monje

(RV).- (Con audio) RealAudioMP3
En la tapa del librito de la liturgia que celebró Francisco en la Basílica de Santa Sabina, el Miércoles de Ceniza que dio inicio a la Cuaresma 2014, se ve un fresco de “Las tentaciones de Cristo”, de Sandro Boticelli, en la Capilla Sixtina.

En esta pintura el diablo aparece disfrazado de monje pero con patas de ave de rapiña y unas pequeñas alas de murciélago que lo delatan a nosotros. Aunque por su rostro no parece anciano, se sostiene en un bastón con la izquierda y con la mano derecha indica a Jesús unas grandes piedras grises, como refiere el Evangelio en la primera tentación: “si sos el Hijo de Dios hace que estas piedras se conviertan en panes”.



San Ignacio de Loyola explica en las reglas de discernimiento de su libro de “ejercicios espirituales”, que el mal espíritu tienta también “bajo especie de bien”.

El discernimiento espiritual de Jesús en el desierto, no es entre el bien y el mal solamente, sino entre lo bueno y lo mejor, por eso la tentación se presenta “bajo especie de bien”.

En el fresco de Botticelli, Satanás viene de las sombras de la noche; de una arboleda oscura. Mientras que Jesús, representado vencedor, con túnica roja y manto azul con bordes dorados, es el sol en la noche, con su aureola redonda en la cabeza luminosa y pequeños rayos de luz que brillan en su espalda.

Frente a la luz de la verdad de Dios la oscuridad aparenta suavizarse en el disfraz de monje del maligno, que no puede esconder del todo sus garras y costumbres sombrías. Pero Jesús conjura también esta sombra del mal atenuada “bajo apariencia de bien”, con la luz de los escritos sagrados: “No solo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”. Y él es la Palabra de Dios.

Por lo tanto, para el cristiano es esencial atender a las distintas voces que resuenan en el alma. Y aprender a distinguir también entre el bien mayor; entre la Palabra de Dios y la “cola serpentina” que no puede esconder el demonio, aún “bajo especie de bien”.




Jesús fue al desierto a rezar

(RV).- (Con audio) ) RealAudioMP3
Es el tiempo para acompañar a Jesús en su cuaresma; en sus cuarenta días de desierto, como refiere el Evangelio. En la profundidad del desierto Jesús es probado, tentado, en su condición de Hijo de Dios. Pero vence el mal y al maligno.

Como lo hace con cada ser humano, el "Tentador" pretende apartar a Jesús de su misión y vocación esencial con engaños, ilusiones, razones falsas y aparentes. Si lo lograba sometía a la humanidad entera, porque Jesús es el liberador que nos desata de las redes y cadenas del mal; nos cura de la infección del mal y nos llena de su vida plena.

La cuaresma de Jesús en el desierto es un tiempo intenso de lucha espiritual. El signo y consecuencia de su victoria es la alegría, el gozo, la paz con la que el Espíritu lo colma en el bautismo en el Jordán. Acompañamos a Jesús con oración, ayuno y limosna. La oración es nuestro desierto.

Contemplando a Jesús que lucha y vence aprendemos a luchar y vencer el mal con su espíritu de escucha y compromiso con la palabra de Dios. Jesús para vencer hecha mano de la Palabra de Dios.

Podemos pedir esta gracia de Dios, acompañar a Jesús, para salir del egoísmo mezquino, dañino, para ir al hermano colmado del Espíritu de vida en el amor, como Jesús mismo hace. Sí Jesús, ruego la gracia de acompañarte en el desierto.

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