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miércoles, 25 de enero de 2012

Stella Maris: La tragedia de Costa Concordia


Stella Maris: La tragedia de Costa Concordia

(RV).- El Apostolado del Mar italiano hizo público un comunicado alusivo a la tragedia ocurrida la semana pasada con el crucero Costa Concordia, que encallo en costas italianas, expresando que el organismo de la Iglesia desde hace muchos años trabaja en los barcos de crucero con los capellanes de bordo, para la asistencia a los miembros de la tripulación y de los pasajeros, por lo que expresa sentimientos de dolor inmutado por las víctimas y la aprensión por los dispersos, sentimientos que van unidos al agradecimiento hacia los miembros de la tripulación que cumplieron con su deber con responsabilidad y dedición.

El Comunicado que lleva la firma del Director Nacional del Apostolado del Mar, sacerdote Giacomo Martino destaca que el organismo de la Iglesia ha vivido el drama en primera persona a través del Capellán del barco Don Raffaele Malena, que se encontraba a bordo del Costa Concordia, el cual se prodigó en salvar vidas humanas y ofrecer palabras de consuelo y apoyo en los momentos dramáticos de este accidente.

Una calamidad –explica- que de diferentes maneras ha tocado todo y a todos suscitando una red de solidaridad espontánea y real a la que se ha dedicado poco espacio en la información mediática. Destaca además que la tribulación, los marítimos, los “invisibles del mar”, también en esta circunstancia han sido ignorados, y hasta culpabilizados, no obstante en la emergencia real y no simulada, ellos han cumplido con su propio deber hasta el último momento. “Si por una parte nos aflige que algunas personas hayan perdido la vida, por la otra existe la conciencia de que casi todos, más de cuatro mil personas, han sido rescatadas”.

Aludiendo a la cercanía hacia las personas que han trabajado para rescatar a los náufragos, a la tripulación y a las víctimas y sus familiares en esta tragedia, se destaca que el apoyo del Apostolado del Mar, en esta particular circunstancia, ha estado dirigido a aliviar las heridas humanas y espirituales infligidas al corazón y en los rostros de los supervivientes.

Asimismo se recuerda que el sábado 14, a pocas horas de la tragedia, la Oficina nacional y los voluntarios de la Stella Maris local han acogido, escuchado, dialogado y confortado a las casi 1.500 personas que recibieron atención en el hospital en Terminal de Savona. La cercanía de la Iglesia fue testimoniada por el Obispo de Savona, Mons. Lupi, quien mantuvo largos coloquios con quienes estaban recuperados en el Terminal, y en particular con el vivo interés manifestado por parte del Cardenal Angelo Bagnasco, Arzobispo de Génova y Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.

Por otra parte, se destaca que a lo largo de esta semana transcurrida desde la tragedia ocurrida en la costa de la Isla del Giglio (Lirio), tanto en Roma como en Civitavecchia, los voluntarios de Stella Maris, el responsable del Apostolado del Mar mundial del Pontificio Consejo para los emigrantes y los itinerantes, con algunos seminaristas Escalabrinianos, han actuado oportunamente para acoger a los miembros de la tripulación de origen latinoamericano acudiendo sus necesidades de apoyo psicológico y a sus necesidades materiales.

Los días transcurridos han puesto de relieve la importancia de la red que paulatinamente se ha creado y que aparece como un signo de la bondad Divina porque en las acciones de rescate y apoyo se ha podido trabajar en unión de tantos que se han unido a los equipos de rescate, con el apoyo de quienes también se han unido mediante la oración.

El Comunicado del Apostolado del Mar italiano asegura que si bien dentro de pocos días caerá el silencio mediático sobre esta tragedia, las heridas físicas y morales, permanecerán, algunas requerirán tiempo para su completa sanación, por lo que se asegura que la Oficina nacional se hará cargo de la asistencia para todos aquellos que no pueden todavía partir, valiéndose de la red internacional del Apostolado del Mar, para no dejar en la soledad a la tripulación, y a los marítimos que regresarán a sus países pero que llevarán consigo el grave peso de cuanto han vivido.

Por último el Apostolado del Mar italiano asegura su oración por todos los familiares de las víctimas y los pasajeros, y dedica un pensamiento a toda la gente de mar que Dios les ha confiado reiterando la intención de poder ser “la casa lejos de casa” siempre y en cualquier lugar.
(PLJR - RV)
Foto superior: Capilla del Crucero Costa Concordia



http://www.radiovaticana.org/SPA/articolo.asp?c=556428