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sábado, 26 de febrero de 2011

Homilia: VIII Domingo . T. O. - A



Vente con los lirios y los pájaros a disfrutar de que Dios nos cuida


Escrito por: Padre Javier San Martín SJ

OCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, ciclo A
Mateo 6, 24-34.
27 DE FEBRERO 2011


¡A DESCANSAR! ¡DIOS PROVEE…!

Estimados amigos, Bienvenidos a nuestra cita dominical para celebrar juntos el día del Señor. Hoy la Iglesia celebra el 8º. Domingo del Tiempo Ordinario del ciclo A, y el Evangelio presenta una de las páginas más encantadoras y poéticas que sólo a Jesús se le pudo ocurrir. Cada palabra y cada imagen esta cargada de poesía y de profundas enseñanzas que es necesario captar, la bondad y providencia amorosa de Dios son presentadas con colorido excepcional…
Encontramos a Jesús dialogando con sus muchos seguidores que siempre se deleitaban con sus acertadas enseñanzas. Él ha observado cómo hay tantos que viven alocados corriendo detrás del dinero y haciéndose necios esclavos de este vil metal, a lo que Jesús abiertamente les dice:
• Uds. no pueden servir a Dios y al dinero. Son dos amos totalmente distintos y los dos exigen su atención a tiempo completo. Si están al servicio del dinero, no podrán servir a Dios… y si están al servicio de Dios el dinero no va a tener la máxima importancia en sus vidas…
Y aprovechando las imágenes que el ambiente le presentaba Jesús pasa directamente a hablar a sus seguidores, que son pobres la mayoría, con sentidas frases que le brotan del corazón.
• No se preocupen por qué cosa van a comer o qué cosa van a beber, ni por el vestido que se van a poner. Porque, a ver: ¿qué vale más, la vida o la comida, el cuerpo o el vestido?
Y en aquel momento una bandada de pájaros pasaría volando por los aires, lo que Jesús aprovecha para sacar esta bella enseñanza
• ¡Miren, miren esos pájaros del cielo! Ellos no siembran, ni cosechan, ni almacenan el grano, y, sin embargo, el Padre celestial los alimenta.
Y luego tendiendo su mirada sobre la ladera cubierta de plantas verdeantes, Jesús invita a su audiencia a observarla:



• Miren, contemplen esos lirios del campo, no trabajan, ni hilan y sin embargo, les aseguro que ni el rey Salomón, en toda su gloria, se vistió con la elegancia de uno de ellos.
Y con un profundo sentido poético Jesús saca estas preciosas enseñanzas:
• ¿No valen Ustedes más que esos pajaritos del cielo?… Entonces, ¿por qué se preocupan por la comida…, si, por mucho que se preocupen, no van a añadir ni una hora a sus vidas?…
• ¿Y por qué se preocupan tanto por el vestido? Vean cómo vuestro Padre celestial viste tan bellamente a la hierba del campo, que al secarse no sirve sino para echarla al fuego, cuánto más vuestro Padre celestial se preocupará de vuestros vestidos,
• Dejen, pues, todas esas preocupaciones en manos de vuestro Padre del Cielo, que ya Él bien sabe las necesidades que ustedes tienen de las cosas para la vida.
• Ustedes busquen solo el Reino de Dios y su justicia, que todo lo demás se les dará por añadidura. No piensen en el mañana, que a cada día le bastan sus preocupaciones y sus penas…*
A los pobres, pues, les dice:
• ¡No teman, que hay un Padre en el Cielo que cuida de ustedes!
A los ricos les avisa:
• Estén al tanto, y miren a qué amo sirven. Porque un amo paga de una manera y otro paga de otra…
Y a todos por igual les dice:
• Lo que importa es buscar el Reino de Dios y su justicia y lo demás, ya se les dará por añadidura…
No cabe duda que esta es una página magistral llena toda de corazón, bondad, confianza y seguridad en Dios. Pero podemos correr el riesgo de interpretarla erróneamente y hacer decir a Jesús lo que en verdad no dijo. Pensar que en pocas palabras lo que Jesús vino a decir es: “¡A descansar!, que Dios provee”, sería un error lamentable de interpretación. Porque en ningún momento podemos pensar que Jesús vino a justificar la pereza en el trabajo, o la negligencia en procurarse con tesón las cosas necesarias para la vida, o el dejar que la Providencia se encargue de socorrer a los necesitados.
Jesús al presentar al Padre Celestial teniendo cuidado de los lirios del campo, los pajarillos, la naturaleza, quiere que veamos cómo Dios trabaja para mantener todas las cosas que Él ha creado…Y su intención es que viendo nosotros cómo Dios trabaja, tratemos de imitarlo en el adquirir con trabajo y empeño las cosas necesarias para la vida. Él, evidentemente, colabora con nuestro esfuerzo personal pero en ningún caso Él toma toda la responsabilidad de nuestra diaria fatiga, ni nos abandona de su generosa mano.
Podría ser oportuno recordar aquel cuento del viejo que estuvo siempre soñando con ganar la lotería pero nunca le caía nada. Su oración era siempre la misma: Mi Diosito querido, ¿cuándo harás que me caiga la lotería, después de tantos años como te lo pido?… Y al fin Dios, cansado de la misma oración, se dignó contestar al pedigüeño y le dijo: ¿Y tú cuándo te decidirás a comprar un billete?…
Al mismo tiempo, en este pasaje Jesús quiere inculcar con fuerte insistencia el desapego del dinero, que no necesitamos tanto como imaginamos y que nos puede convertir en esclavos de un dueño déspota. Los adictos al dinero, como a la droga o al alcohol, viven en una esclavitud tiránica que Jesús no la aconseja. Él nos invita a utilizar el dinero para adquirir las cosas necesarias de la vida pero sin poner en él toda nuestra confianza, sino en la providencia de Dios que nunca deja de ayudar al que se ayuda a sí mismo.
Jesús, también, quiere quitarnos de la cabeza la preocupación excesiva por las cosas de la vida, pero nos impone al mismo tiempo el deber del trabajo. El buen Dios, que alimenta las aves y viste las flores, ¿da acaso ejemplo de una vida perezosa y descansada?, Su ejemplo es evidente de una vida siempre activa, amorosa y de servicio.
Igualmente, en este pasaje Jesús nos exhorta a aprender a compartir con los demás los dones que hemos recibido, así como Él hace con nosotros y la naturaleza. Sería, en este sentido, tentar a la providencia decir a algún menesteroso que nos pide ayuda por amor a Dios:
¡Anda en paz, amigo, que la Providencia de Dios no te va a faltar!…
El que tiene y puede, debe recibir con generosidad al que lo necesita y debe convertir su corazón en un arca siempre abierta para el necesitado, en un corazón que sea la mano y el corazón misericordioso de Dios. ¿Y no es esto un gran privilegio? ¡Bienaventurado el que ha recibido mucho, para dar mucho también!…
¡Señor Jesucristo!
Gracias por este Evangelio en el que has derramado tanta poesía, y nos has dejado a través de ella preciosas enseñanzas para nuestra vida cuotidiana. Gracias porque has puesto claras nuestras responsabilidades en la vida y la seguridad de tu presencia siempre generosa que nunca nos faltará.
Y ahora viene lo más importante:
Y bien amigos, así terminamos la primera parte de nuestra reflexión dominical, pero ahora viene la segunda que es la más importante y te toca a ti. Te invito, pues, a tomar en tus manos el texto del evangelio, Mateo 6, 24-34, y a tratar de escuchar lo que el mismo Señor Jesús te quiere comunicar. Agradezco al P. Pedro García, misionero Claretiano, por su colaboración en esta reflexión y a ti por tu presencia.
Te dejo pues con el Señor, que nadie te interrumpa, cuenta con mis oraciones, y hasta el próximo domingo.


Escrito por: Padre Javier San Martín SJ
http://faculty.shc.edu/jsanmartin/2011/02/25/%c2%a1a-descansar-%c2%a1dios-provee/#more-948




Vente con los lirios y los pájaros a disfrutar de que Dios nos cuida