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miércoles, 11 de noviembre de 2015

11.11 Misa por el V.P. Francisco del Castillo s.j. - 2015




Venerable Padre Francisco del Castillo SJ

Podría ser el primer sacerdote peruano en llegar a los altares.
Iniciador del Señor de las Tres Horas y que se propago por todo el mundo desde Lima.



Misa – Pro Beatificación



Día: Miércoles 11 de Noviembre del 2015


Lugar: Iglesia de San Pedro de Lima

Hora:  6 pm


  TESTIGO de SANTIDAD en la COMPAÑÍA DE JESÚS.

Santos, Bienaventurados, Venerables y Siervos de Dios.

Prólogo

La Compañía de Jesús, en sus mas de 457 años de existencia, ha dado a la Santa Iglesia el testimonio de la santidad de muchos de sus hijos. Ha sido una larga caravana que aún continúa...

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Venerable P. Francisco del Castillo y Morales s.j.



(1615-1673)


Nació en Lima, Perú, el 9 de febrero de 1615. De niño sirvió al deán de la Catedral de Lima, don Juan de Cabrera, quien le facilitó poder estudiar en el Colegio jesuita de San Martín, en la ciudad de los Reyes.

Entró en la Compañía el 31 de diciembre de 1632 en Lima, a los 17 años de edad.

Terminado el noviciado, estudió las Humanidades clásicas en los años 1635 y 1636 en el Colegio de San Pablo de Lima. Inmediatamente después fue enviado al Colegio San Martín a enseñar Gramática latina. Y, de regreso en el Colegio San Pablo, estudió allí la Filosofía, en 1638 a 1640, y la Teología desde 1640 a 1642.

Se ordenó de sacerdote en Lima el 19 de abril de 1642.

Se ofreció para la Misión de los chiriguanos, en Santa Cruz de la Sierra, en el Alto Perú, y en 1644 fue destinado a ella. De inmediato se puso a estudiar guaraní con el P. Antonio Ruiz de Montoya s.j.

No pudo realizar su sueño misionero, porque el Virrey del Perú, Don Pedro de Toledo y Leiva, marqués de Mancera, pidió al P. Provincial de Lima que el P. Francisco del Castillo s.j. fuera nombrado capellán de su hijo, Don Antonio Sebastián de Toledo, quien tenía la misión de ir hasta la destruida ciudad de Valdivia, en el sur de Chile, a restablecer la ciudad y la fortaleza para impedir el asentamiento de los holandeses. El arzobispo de Lima nombró como Vicario General para la decretada población y de la armada al P. Pedro Concha s.j., y a los PP. Francisco del Castillo y Antonio Muñiz. Y así el P. Francisco del Castillo s.j. fue el fundador en 1645, y primer Superior de la Residencia de la Compañía de Jesús en esa lejana refundada ciudad, que dependería inmediatamente del Virreinato.

Acabada su misión castrense en marzo de 1646, regresó con don Sebastián de Toledo al Perú, dejando a los jesuitas chilenos la responsabilidad de la nueva Residencia. Y supo que la Compañía había renunciado a la misión entre los chiriguanos. Quiso ofrecerse, entonces, para las Misiones del Marañón o del Amazonas.

Hizo entonces la Tercera probación en el Callao y después fue enviado al Colegio San Pablo de Lima a enseñar Gramática latina, tener la dirección espiritual de los alumnos mayores, la atención de los numerosos esclavos negros, de la Enfermería del Colegio y el Catecismo de los niños. Y desde el año 1648, predicó los domingos y festivos en la feria del Baratillo, de la parroquia de San Lázaro.

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Enfermo de asma, escribió en 1657 y representó al Provincial, Leonardo de Peñafiel, ser trasladado a Juli, cerca el lago Titicaca, o a la Paz, por la altura. No recibió respuesta, pues su carta llegó después de la muerte del Provincial, y el P. Francisco del Castillo decidió no insistir.

Ese mismo año 1657, Doña Úrsula Calafa decidió donar a la Compañía de Jesús la Capilla de los Desamparados, cercana al Baratillo, y los Superiores la confiaron al P. Francisco del Castillo. A pesar de su delicada salud, desde esa Capilla empezó a desplegar una actividad apostólica increíble que abarcaba a todas las clases sociales de la ciudad.

Fue consejero de obispos y confesor de virreyes. Gozó de gran fama como predicador y director espiritual; pero su preferencia estuvo centrada en los negros y los nativos. Difundió el catecismo, en castellano y quechua. Usaba él unos manuscritos, en la lengua de los negros de Angola. Poco a poco, fueron naciendo otras iniciativas: la obra de la Escuela del Santísimo Crucifijo de la Agonía, a la que acudía gran cantidad de gente, especialmente en Cuaresma, desagravio en Carnaval y en Semana Santa; la Escuela para los niños pobres; el Hogar para los desamparados y el Hospital de los betlemitas.

Por orden de sus Provinciales, debió escribir su Autobiografía, que es hoy la fuente principal para conocer su vida de oración, dones místicos, su devoción a María y su espíritu apostólico.

A principios de 1673, cayó enfermo y fue trasladado al Colegio San Pablo, donde murió el 11 de abril llorado por todo el pueblo de Lima.

Su fama de santidad obligó al P. Provincial a pedir en 1674 que se iniciara su proceso de beatificación. En 1677 se abrió la información de 138 testigos, entre ellos 3 obispos y 53 religiosos de distintas órdenes. Se abrieron otros Procesos en Chucuito, Huancavelica, Trujillo y Yanacocha. 
El Proceso, interrumpido por la Supresión de la Compañía, fue reanudado en 1912.

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http://www.jesuitas.cl/files/documentos/8_santos_beatos/testigos_de_santidad.pdf

Foto. Cruz confeccionada por el Padre Francisco del Castillo en su tarea de evangelización en zonas de Lima. Hoy se encuentra en la Iglesia de san Pedro, lado izquierdo muy cerca del altar mayor.



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