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viernes, 14 de agosto de 2015

Y no tuvo vergüenza ...



Atleta recibe medalla de oro con Rosario 
para agradecer ayuda de la Virgen.

En una sociedad donde ya no se respeta. En donde ya no se santigua frente a una iglesia – por el que dirán. Ante unos fieles que ya no se arrodillan frente a la Hostia Consagrada durante la Misa. Ella sin embargo, no tuvo vergüenza:


RÍO DE JANEIRO, 10 Ago. 15 / 10:01 pm (ACI/EWTN Noticias).-
Juliana Gomes dos Santos es una atleta brasileña que obtuvo la medalla de oro el 21 de julio en los 5.000 metros planos en los Juegos Panamericanos, realizados en Toronto (Canadá) con una marca de 15 minutos, 49 segundos y 97 milésimas. Al recibir la medalla no dudó en expresar su fe y se dejó fotografiar portando un rosario.

“Mi victoria vino de la gracia de Dios y de mi entrega al Señor”, comentó a ACI Prensa la atleta católica y madre de familia.

La brasileña ya había obtenido una medalla de oro en los 1500 metros durante los Juegos Panamericanos de Río, en el año 2007. “Esta es la segunda vez que muestro un rosario y nunca creí que ese momento se volvería a repetir”, manifestó.



Posted by Juliana Santos Santos on Viernes, 31 de julio de 2015

Juliana indicó que proviene de una familia católica y que tiene una gran devoción por la Virgen. Para competir en Canadá tuvo que dejar en Brasil a su esposo, el maratonista Marilson Gomes dos Santos, y a su hijo Miguel.

“Cuando me despedí de Miguel pensé: ‘Ninguna madre puede separarse de su hijo’. Por eso me aferré más a la Virgen”.

Juliana no pudo competir en los Panamericanos de Guadalajara porque en 2011 dio a su luz a su pequeño. Luego del embarazo la atleta le pidió a Dios que le permitiese volver al deporte.

“Pero cuando tuve que dejar a mi hijo, sentí mucho miedo. Entonces pedí el consuelo de María para tener la misma fuerza que ella tuvo al estar a los pies de la cruz. Y que ella no permitiera que yo pierda la competencia por culpa de ese sentimiento”.

“Semanas atrás, conseguí una oración que decía: ‘María, nuestra Madre, pasa delante de mí’. Comencé a rezarle todas las noches”, recordó la deportista.

Así, amparada por la Virgen, Juliana dedicó a Dios el periodo que estuvo en los Juegos Panamericanos. El alojamiento para los deportistas estaban estaba aislado de la ciudad y no tenía televisión. Por ello, siguió los consejos de una hermana y aprovechó para rezar. Solamente tenía acceso al Internet, donde seguía las Misas y la liturgia de las horas, relató a ACI Prensa.

"En el momento en la carrera, parecía que yo no estaba allí, pero yo estaba siendo guiada. Es genial sentir que nuestras oraciones son escuchadas", comentó.

Al quedar en primer lugar en la competencia, Juliana no dudo en expresar su fe. “La gente necesita tener fe y proclamarla. Muchos quedaron sorprendidos de que tuviera el valor de mostrar un rosario. Sin embargo, es mi estandarte, junto con mi familia”, dijo.

“Si estoy aquí hoy, es porque Dios lo permitió. Voy a continuar en este deporte si Él lo permite, sino me dedicaré a ser madre”, declaró la atleta.

Toda la base espiritual de Juliana proviene de su familia. Ella contó que algunas de sus hermanas son evangélicas pero que, con diferentes religiones, todos respetan la unidad cristiana. “Es la prueba de Dios está sobre todas las cosas. Siempre oramos el uno por el otro”, afirmó.

Un hecho notable de esta unidad fue que antes de ir a los Juegos Panamericanos, Juliana recibió una foto de su familia unida, de rodillas y con el rosario en sus manos, orando por ella. "Esta es la victoria más grande", exclama.

La atleta brasileña vive su fe día a día, no solo para la competencia.” Mi padre hizo que la fe se convirtiera en parte de nuestra vida porque nos mostró el Camino y yo busco hacer lo mismo con mi hijo. Llevo a Miguel a las catequesis. Quiero plantar la semilla de la palabra en él, y también voy con mi esposo a la Misa”.

Juliana también busca dar testimonio en su profesión, a pesar de los obstáculos. “Si tú eres evangélico y vas a hablar de Dios, yo te respeto. Pero, cuando yo digo que soy católica, la gente se espanta, porque parece que los católicos son más reservados”, observa.

Por lo tanto, con certeza de que Dios obra en su vida, para Juliana es importante “mostrar la fe no solo en las tribulaciones, sino también en las victorias. Yo trato de mostrarla a las deportistas que están conmigo en las competencias”, afirmó.


Ahora de vuelta en Brasil, al lado de su familia, Juliana dos Santos manifestó a ACI Prensa que está muy feliz por haber vivido este nuevo momento como atleta, medallista, esposa, madre y como una mujer que no tiene miedo de expresar su fe.

“Dios está en medio de nosotros. Es difícil atreverse a expresar nuestra fe, pero no podemos tener miedo. Es Él quien nos da la victoria”, concluyó.



2015 Año de la Vida Consagrada