Mario Vargas Llosa en las tablas con "Los Cuentos de la Peste"
Mario asume de nuevo el reto actoral en un teatro. El escritor y premio Nobel
protagoniza 'Los cuentos de la peste', un texto suyo basado en el 'Decamerón'
de Bocaccio
Por Rocio Garcia - Madrid 21 ENE 2015 - 00:01 CET
Mario Vargas Llosa lo ha abandonado todo por
el teatro. Ha interrumpido la novela que estaba escribiendo y su agenda se
encuentra vacía de compromisos. No es la primera vez que se sube a un escenario
teatral, pero ahora da el salto definitivo. Ya no es una lectura o narración
dramatizada como en ocasiones anteriores.
El escritor peruano estrena, el
próximo 28 de enero al 1ro de marzo, en el Teatro Español de Madrid Los cuentos de la peste, una
obra que él mismo ha creado basada en el Decamerón, de
Giovanni Boccaccio, escrita a raíz de la invasión de la peste negra
en Florencia, en marzo de 1348.
Dirigida por Joan Ollé y junto a Aitana
Sánchez-Gijón, Pedro Casablanc, Marta Poveda y Óscar de la Fuente, Vargas Llosa
traslada, a la escena, unos cuentos que son todo un canto al hedonismo, los
placeres y la grandeza de la fantasía y la imaginación.
A sus 78 años, el
premio Nobel de Literatura, que se confiesa aterrado, asume el riesgo que corre
y lo hace con una felicidad y unas carcajadas que retumban en el salón de su
casa en Madrid.
Los cuentos de la peste, editada
por Alfaguara, entra dentro de la programación de toda la obra dramática del
autor peruano que se está representando en el Teatro Español de Madrid.
“Salir de sí mismo, ser
otro, es quizá lo más representativo del ser humano”
“La ficción es la sombra
que siempre acompañó el destino de la humanidad”
“Mi teatro tiene que ver
con la relación entre la vida vivida y la vida imaginada”
Texto completo:
P. Le queda quizás lo más importante: el
encuentro con el público. ¿Espera que sea generoso o, al contrario, cree que le
juzgarán con mayor dureza?
R. Creo que los críticos serán más severos. El
público ha sido siempre muy cariñoso conmigo. No creo que haya una actitud
predeterminada de hostilidad, pero tengo gran curiosidad por ver cómo reacciona
el público y también la crítica. A ver qué pasa. Nunca llegas a saber si te ha
ido bien o no, no hay manera de desdoblarse, uno no tiene la distancia
suficiente, ni siquiera cuando termina una novela.