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lunes, 11 de agosto de 2014

05.08 Basilica Santa Maria la Mayor - Roma


DEDICACION DE LA BASILICA SANTA MARIA LA MAYOR - ROMA

San Sixto III restauró la basílica liberiana, llamada actualmente Santa María la Mayor y mandó poner en ella esta noble inscripción 

«¡Virgen María!, yo, Sixto te he dedicado este nuevo templo como ofrenda digna de las entrañas de las que nació nuestro Salvador. Tú, doncella que no conociste varón, llevaste en tu seno y diste a luz a nuestro Salvador. Y he aquí que ahora estos mártires, que con su vida dieron testimonio del Fruto de tu vientre, ciñen sobre tus sienes la corona de su victoria. Bajo sus pies están los instrumentos de sus sufrimientos: la espada, las llamas, las fieras, el agua, los crueles venenos. Los instrumentos son diversos, pero la corona es única». 



Sobre el arco del ábside puede leerse todavía la siguiente inscripción: 

«Sixto, obispo del pueblo de Dios». 

El santo Pontífice reedificó y consagró varias otras iglesias. 

La dedicación de Santa María la Mayor (5 de agosto) es fiesta de la Iglesia universal.



La Basílica de Santa María Mayor es una verdadera reliquia del siglo V. Es la única de las cuatro basílicas mayores de Roma (las otras son San Pedro, Letrán y San Pablo Extramuros) que conserva su planta paleocristiana intacta, aunque ha sufrido numerosos añadidos a lo largo de los siglos.
Su historia está ligada a una conocida leyenda: cuentan que la propia Virgen señaló la ubicación de la basílica haciendo caer una copiosa nevada sobre la colina del Esquilino en pleno mes de agosto, y que el Papa Liberio, en presencia de los fieles congregados por el prodigio, trazó sobre la nieve el perímetro de la basílica. Es el origen de la conocida advocación de la Virgen Blanca o Virgen de las nieves, muy difundida por todo el mundo.
Santa María Mayor es el primer templo cristiano dedicado a la Virgen. Su origen se remonta al Concilio de Éfeso (año 431), que sancionó la maternidad divina de María, tema sobre el que gira toda la iconografía del templo.


A Conocer:

·         El gran tesoro de Santa María Mayor son los mosaicos paleocristianos del siglo V: el principal se encuentra en el Arco de triunfo, y contiene escenas de la vida de la Virgen y de Cristo niño.
·         También son de época romana los 27 pequeños paneles bajo las ventanas de la nave central, con escenas del Antiguo Testamento. El gran mosaico del ábside, en cambio, es ya de época medieval (siglo XIII).
·         La basílica albergó desde su inicio una Gruta de la Natividad, que recreaba el lugar del nacimiento de Cristo (del mismo modo que Santa Croce in Gerusalemmerecreaba el Calvario). En el siglo VII se depositaron en esta gruta las famosasreliquias del Pesebre, traídas de Tierra Santa, que todavía se exponen en la cripta de la confesión, junto al altar.
En este plano tienes señalados los puntos de especial interés:



1.   Mosaicos paleocristianos (s.V).
2.   Paneles con mosaicos del s.V.
3.   Mosaico del ábside (s.XIII), realizado por el gran maestro Jacopo Torriti
4.   Capilla Sforza, última obra diseñada por Miguel Ángel, muy apreciada por los estudiosos por sus líneas que anticipan el Barroco.
5.   Capilla Sixtina (Sixto V). Realizada a finales del Renacimiento en un estilo sobrerecargado.
6.   Capilla Paulina (Pablo V). Realizada 25 años después, con arquitectura gemela a la Sixtina, pero en estilo barroco.
7.   Reliquias del pesebre
8.   Tumba de Bernini, apenas visible en el primer escalón del presbiterio
9.   Techo: según parece, fue dorado con el primer oro traído de América, siendo Papa Alejandro VI Borgia
10.Acceso al Museo de la Basílica. Conserva el nacimiento de Arnolfo di Cambio (s.XIII), realizado para la antigua Gruta de las reliquias del pesebre.


Fuera de la Basílica, en la Plaza, la columna que sostiene la imagen de la Virgen es de época romana: pertenece a la Basílica de Majencio, del Foro Romano.
Respecto a la fachada, lo más interesante es el campanario medieval, uno de los más elevados y elegantes de Roma.
El día 5 de agosto, fiesta de la Virgen de las Nieves, en la Misa Solemne de la mañana, celebrada por el cardenal titular, una lluvia de pétalos blancos conmemora el milagro de la nieve.