SAN JOSÉ DE ANCHIETA, APÓSTOL DEL BRASIL
El 2 de abril el Papa
Francisco firmó el decreto de canonización del Beato José de Anchieta,
misionero jesuita considerado como el apóstol del Brasil. Y el último jueves 24 abril, el mismo Papa Francisco presidió en la Iglesia de San Ignacio, en Roma, una
Eucaristía de acción de gracias por el nuevo santo jesuita, quien además fundó
la ciudad brasileña de São Paulo.
Nacimiento 19
de marzo de 1534 en San Cristóbal de La Laguna, España
Fallecimiento 9
de junio de 1597 (63 años) en Reritiba, Brasil
Beatificación 22
de junio de 1980, por el Papa Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro en El
Vaticano.
Canonización 3
de abril de 2014, por el Papa Francisco mediante "canonización
equivalente" en la Ciudad del Vaticano.
Festividad 9
de junio
Atributos Libro
del evangelio y bastón
Patronazgo Patrono
y modelo de los catequistas.
Aquí más detalles sobre su vida:
http://www.jesuitas.pe/novedades/america-latina/277-san-jose-de-anchieta-apostol-del brasil#.U2R5doF5OE5
(Con información de www.jesuitas.es y el Informativo de la CPAL)
(Con información de www.jesuitas.es y el Informativo de la CPAL)
Mas información:
http://mariaconlosdesamparados.blogspot.com/2012/06/jose-de-anchieta-y-el-brasil.html
http://mariaconlosdesamparados.blogspot.com/2012/06/0906-beato-jose-de-anchieta-sj.html
SANTA MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CANONIZACIÓN DE SAN JOSÉ DE ANCHIETA - 2014-4-24
Subido por EWTN el 25/05/2014 - 1:15:56 - Ceremonia completa
De ascendientes vascos y emparentados con San Ignacio de
Loyola, José de Anchieta nació el 19 de marzo de 1534 en San Cristóbal de La
Laguna, España. Tras su formación inicial en Canarias, su familia lo envió a la
Universidad de Coimbra (Portugal) regentada por los jesuitas. Tras su ingreso
en la Compañía de Jesús, alentado por las cartas de San Francisco Javier, pide
ser enviado a misiones.
Desde 1553, en que llega a Brasil acompañando a su amigo
y provincial P. Manuel de Nóbrega, comenzará su misión empeñado en atender a
los pueblos indígenas, aprendiendo su lengua y adoptando muchas de sus
costumbres. Pondrá en marcha una misión en Piratininga (la actual Sao Paulo)
con objeto de ofrecer formación muy práctica a las comunidades indígenas:
artesanía, construcción, alimentación, medicina, evangelización, escritura.
Su afán de paz y de servicio a todos, incluyendo a
quienes podían considerarse sus enemigos en diferentes conflictos bélicos de
los que fue testigo, al igual que su notorio afán de aprendizaje con
investigaciones sobre la naturaleza del entorno o su notable talento literario
(poesía, narrativa, teatro) han hecho de él un ejemplo digno de nuestra memoria
y de nuestro reconocimiento.
José de Anchieta fue uno de los inspiradores de un modelo
de evangelización respetuoso con los pueblos y las culturas indígenas, y
debemos situarlo en la estela de otros muchos grandes hombres, como los
dominicos Francisco de Vitoria, Bartolomé de las Casas, o el jesuita Ruiz de
Montoya. No es extraño que posteriormente, otros grandes jesuitas canarios
(José Arce Rojas o Francisco Díaz Taño) desempeñasen un papel fundamental en el
desarrollo de las misiones jesuitas entre guaraníes (actualmente Paraguay,
Brasil y Argentina) y chiquitos (actualmente Bolivia).
La canonización
La canonización de Anchieta se trata de una “canonización
equivalente” o extraordinaria, que no está fundada en un milagro reciente del
beato y que acontece cuando el Papa reconoce y ordena el culto público y
universal de un siervo de Dios, sin haber pasado por el procedimiento ordinario
de la canonización formal, porque la veneración al santo ha sido realizada
desde antiguo y de forma continua por la Iglesia. Con San José de Anchieta, los
santos de la Compañía de Jesús son cincuenta y tres. La Iglesia romana de San
Ignacio acogió el jueves 24 de abril la Misa de acción de gracias por la
canonización del Padre Anchieta, presidida por el Papa Francisco.
Con motivo de esta canonización, el P. Adolfo Nicolás,
Prepósito General de los jesuitas, ha escrito una carta a toda la Compañía
donde dice que… «Una de las críticas que
se hicieron de él ante el Visitador fue que “tenía demasiada caridad”. A los
ojos de sus críticos su exceso de bondad estaría en el origen de un gobierno
que tendía a ser blando. El P. Gouveia, sin embargo, no se forjó la misma
opinión. Lo descubre como: “varón fiel, prudente y humilde en Cristo, muy
querido por todos, ninguno ha tenido queja de él, ni me es posible hallar
palabra o acción en que haya obrado mal”. Sincero amigo de todos, sabía unir la
bondad al rigor y a la firmeza, como deseaba San Ignacio en todo buen superior.
A pesar de sus enfermedades, bien visibles, el provincialato de Anchieta pudo
considerarse uno de los más dinámicos y fructíferos de su tiempo.»
http://www.jesuitas.pe/