13 de Mayo
Fátima: Los pedidos de la Virgen
La Devoción al Inmaculado Corazón de María
Al Mensaje de Fátima pertenecen las apariciones del Ángel de la Paz (1916) y las de Nuestra Señora (1917) en Cova da Iría; luego las de Pontevedra (1925 y 1926) y de Tuy (1929) en España; así como el ejemplo heroico de las vidas de Jacinta (1910-1920) y Francisco (1908-1919), hoy ambos en los altares, y la de Lucía que se hizo religiosa carmelita (1907-2005).
El Inmaculado Corazón de María está presente en el Mensaje de Fátima desde el primer momento en las apariciones del Ángel. Pero es a partir de la segunda aparición de Junio de 1917 que Nuestra Señora le confía a Lucía el proyecto de Dios: "(…) tú te quedarás aquí un tiempo más. Jesús quiere servirse de ti para darme a conocer y amar. Él quiere establecer en el mundo la devoción a Mi Inmaculado Corazón. A quien la abrace le prometo la salvación; y estas almas serán amadas por Dios, como flores puestas por mí para adornar su trono.
- ¿Me quedo aquí sola? – pregunté, con pena.
- No, hija. ¿Y sufres mucho? No te desanimes. Yo nunca te dejaré. Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá hasta Dios." (1)
En esta aparición como después en las de Pontevedra y de Tuy, Ella se aparece mostrando su Corazón en la mano, rodeado de espinas, en actitud de entrega.
En la tercera aparición del 13 de Julio de 1917 Nuestra Señora confía a los niños el designio secreto de Dios sobre el mundo, el secreto oculto en el Inmaculado Corazón de María, llamado el SECRETO DE FÁTIMA. Las dos primeras partes fueron escritas por mandato del obispo en 1941, La tercera parte del SECRETO fue escrita en Tuy el 3 de Enero de 1944 y conservada en el Vaticano desde 1957. El Papa Juan Pablo II la hizo pública en el año 2000.
El 13 de Julio, después de haberles mostrado el infierno, Nuestra Señora les dice:
"Habéis visto el infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hicieran lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra va a acabar (la Primera Guerra Mundial). Pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra (guerra) peor (…) Para impedirla (la Segunda Guerra Mundial), vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, y la comunión reparardora de los primeros sábados. Si atendieran mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas. Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz (…)" (2)
La devoción al inmaculado Corazón de María es el alma, es la más grande revelación y la razón de ser del Mensaje, lo que le da unidad a todos los demás temas. No se trata de una devoción más a María a la que se pueden añadir "otras" devociones, sino del aspecto más formal de la persona que manifiesta Su amor bajo el símbolo de Su Corazón.
Los pedidos de Nuestra Señora
En la aparición del 13 de Julio de 1917 Nuestra Señora prometió a los pastorcitos: "Para impedir (la guerra), vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado, y la comunión reparadora de los primeros sábados." (3)
Los pastorcitos Francisco y Jacinta murieron santamente en 1919 y 1920, como Nuestra Señora les había anunciado.
Lucía, la única sobreviviente de los tres pastorcitos, entró al noviciado en el convento de las Hermanas Doroteas en octubre de 1925. El 10 de diciembre de ese mismo año, en Pontevedra, España, en la celda que ocupaba, se le aparecen Nuestra Señora y el Niño Jesús. Nuestra Señora viene a cumplir lo prometido en Cova da Iría, Ella viene a pedirle la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados. El 15 de febrero de 1926 vuelve solo el Niño Jesús, para preguntarle por la propagación de esa devoción.
El 13 de junio de 1929, en Tuy, España, en otra aparición a la Hna. Lucía, Nuestra Señora le revela que Dios por intermedio de Ella le pide al Santo Padre que haga la Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón en unión con todos los obispos del mundo.
Nuestra Señora vino a pedir en 1925 y en 1929, lo prometido en julio de 1917: la Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón y la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados, como medios para obtener la paz.
Estas dos manifestaciones, la de Pontevedra y la Tuy, constituyen una unidad, son el núcleo central de la devoción al Inmaculado Corazón de María. Más tarde, la Hna. Lucía en carta del 19 de marzo de 1939 al Rvdo. P. Aparicio S.J. le dice: "De la práctica de la Devoción de los Primeros Sábados unida a la Consagración al Inmaculado Corazón de María depende la guerra o la paz del mundo; por eso deseo tanto su propagación y sobre todo por ser esa la voluntad de nuestro Buen Dios y de nuestra querida Madre del Cielo".
La Comunión Reparadora de los Primeros Sábados
La Hna. Lucía narra esta aparición, ocultándose por humildad, en la tercera persona verbal:
"El día 10 de diciembre de 1925, se le apareció la Santísima Virgen y al lado, suspenso en una nube luminosa, un Niño. La Santísima Virgen, poniéndole una mano en el hombro, le mostró al mismo tiempo un Corazón que tenía en la otra mano, cercado de espinas.
Al mismo tiempo dijo el Niño:
- Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre que está cubierto de espinas que los hombres ingratos continuamente le clavan, sin haber quien haga un acto de reparación para arrancárselas.
- En seguida dijo la santísima Virgen:
- Mira, hija mía, mi Corazón, cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes. Tú, la menos, procura consolarme y di que todos aquellos que durante cinco meses, en el Primer Sábado se confiesen, reciban la Santa Comunión, recen la tercera parte del Rosario y me hagan 15 minutos de compañía, meditando en los 15 misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas." (4)
- Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre que está cubierto de espinas que los hombres ingratos continuamente le clavan, sin haber quien haga un acto de reparación para arrancárselas.
- En seguida dijo la santísima Virgen:
- Mira, hija mía, mi Corazón, cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes. Tú, la menos, procura consolarme y di que todos aquellos que durante cinco meses, en el Primer Sábado se confiesen, reciban la Santa Comunión, recen la tercera parte del Rosario y me hagan 15 minutos de compañía, meditando en los 15 misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas." (4)
Sabemos que esta devoción ha pasado por muchas dificultades hasta ser aprobada y que luego no se le ha dado la importancia debida. El obispo de Leiría la aprobó 14 años después, el 13 de septiembre de 1939.
Se trata de una devoción muy simple que ha desconcertado y desconcierta a muchos. ¿Cómo de una manera tan fácil podemos tener la certeza de ir al cielo? Y no sólo eso, la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados es núcleo importantísimo de la devoción al Inmaculado Corazón de María y un medio segurísimo para alcanzar la paz del mundo y consolidar el triunfo del Inmaculado Corazón de María. ¿Cómo puede una devoción tan simple estar "calibrada" para impedir una guerra mundial? ¿Cómo puede tener tanta fuerza y poder? ¿Cómo se pueden resolver problemas tan graves y complicados con algo tan fácil? Preguntémonos también, ¿cómo pudo María traer al Hijo de Dios al mundo? ¿Cómo pudo nacer el redentor del mundo en la cueva de Belén? ¿Y no vino para redimirnos y llevarnos a todos al cielo? ¿No fue Dios que así lo dispuso y la fe y la obediencia de María la que lo hizo posible?
El 20 de junio de 1939 la Hna. Lucía, refiriéndose a la devoción de los Primeros Sábados escribía al Rvdo. P. Aparicio S.J. diciéndole:
"Nuestra Señora prometió atrasar el flagelo de la guerra si es propagada esta devoción. Se ve que Ella está atrasando ese castigo de acuerdo con los esfuerzos que se hagan para divulgarla; sin embargo, tengo miedo de que no podamos hacer más, y que Dios, poco contento, levante el brazo de Su Misericordia y quede el mundo destruido con este castigo, que será, como nuca ha sido, horrible, horrible."
El 1º de septiembre de 1939 estalló la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), guerra espantosa, con un saldo de más de 50 millones de muertos.
En los momentos actuales en que la guerra continúa azotando diversas partes del mundo, que los países viven angustiados y sufren los ataques del terrorismo, que hay armamentos químicos y nucleares que pueden ser utilizados para destruir gran parte de la humanidad, podemos examinarnos: ¿Cuántas parroquias atienden el pedido de Nuestra Señora?, ¿cuántas parroquias reunidas "en oración con María, Madre de Jesús" aguardan un nuevo Pentecostés para la renovación de la Iglesia y del Mundo? Sabemos que en Portugal y en Polonia se viven los Primeros Sábados y que en la catedral de Moscú se celebran todos los meses, ¡quién lo diría unos años atrás!
CUATRO son los requisitos que Nuestra Señora nos pide para cumplir con la devoción de los Primeros Sábados: CONFESIÓN, ésta se puede hacer cualquier día, antes o después del Primer Sábado del mes. Lo esencial es que se comulgue en estado de gracias y se haga una confesión por cada Primer Sábado; COMUNIÓN, se debe hacer en estado de gracias; ROSARIO, cinco misterios y MEDITACIÓN, la Santísima Virgen pide 15 minutos de compañía, contemplando los Misterios del Rosario. Estos 15 minutos de oración pueden juntarse a la recitación del Rosario, meditando 3 minutos en cada misterio. La Comunión, el Rosario y la Meditación se deben hacer cinco meses seguidos, el primer sábado de cada mes. La Hna. Lucía nos dice en una carta que los Primeros Sábados son para toda la vida. Los cinco primeros sábados son para nuestra conversión y todos los demás para la conversión del mundo.
(1) Memorias de la Hermana Lucía, 2ª ed., 1985, p. 160:
Memorias de la Hermana Lucía, vol. 1, 8ª ed.: (2) p. 176, (3) p. 177, (4) p. 192.
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Información tomada del Calendario "Fátima y la Paz", publicado por NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA S.R.L., San Hermenegildo 280. Lima 09, Perú, 2005.
http://formacionpastoralparalaicos.blogspot.com/
TIEMPO DE PASCUA