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viernes, 29 de marzo de 2013

Viernes Santo - Sermon de las Tres horas - P.Francisco del Castillo SJ

 


Sermón de las tres horas,
un ritual peruano que conquistó el mundo Católico
 
Para el mundo cristiano, toda la vida de Jesús será siempre objeto de reflexión y meditación. El doloroso trance de Jesús, clavado ya en la cruz y su dolorosa agonía, fue descrito por los cuatro evangelistas (Mateo, Marcos, Lucas y Juan).
La tradición señala que duró desde el mediodía hasta las tres de la tarde. Durante este tiempo, el Redentor pronunció siete palabras, que iban descubriendo su fuerte padecimiento y sus íntimos pensamientos. Tenía como testigos a su Madre, la Virgen María, a San Juan Evangelista y María Magdalena.
En Lima, el Padre Francisco del Castillo, en el siglo XVII, reúne a sus fieles en la Iglesia de Desamparados, y desarrolla un sermón que tiene como estructura las siete palabras de Cristo en la Cruz. Pronto esta costumbre se difundió por todo Lima y se extendió hasta Europa. Hasta el día de hoy se mantiene la costumbre de revivir estas dramáticas horas de Cristo en la Cruz.
Las siete palabras son las siguientes:

Primera Palabra:
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34)

Segunda Palabra:
"Hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Lc 23, 43)

Tercera Palabra:
"He aquí a tu hijo: he aquí a tu Madre" (Jn 19, 26)

Cuarta Palabra:
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mt 27, 46)

Quinta Palabra:
"Tengo sed" (Jn 19, 28)

Sexta Palabra:
"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23, 46)

Séptima Palabra:
"Todo está consumado" (Jn 19,30)
http://www.arzobispadodelima.org/


 


Viernes Santo ( 12:00horas - 03:00pm) 

El Sermón de las tres horas, o Sermón de las siete palabras de Cristo, una tradición que los católicos celebran Viernes Santo, nació en Lima, donde fue pronunciado por primera vez por un sacerdote jesuita peruano.

El Sermón de las tres horas, o Sermón de las siete palabras de Cristo, una tradición que los católicos celebran Viernes Santo, nació en Lima, donde fue pronunciado por primera vez por un sacerdote jesuita peruano.
Según un trabajo de la investigadora Gabriela Lavarello de Velaochaga, el origen del sermón se debe al sacerdote jesuita limeño Francisco de Castillo, quien lo pronunció el Viernes Santo de 1660.
De Castillo, que enseñaba catequesis en la parroquia de San Lázaro, inició sus prédicas en 1648 en el tradicional mercado del Baratillo, en el actual distrito del Rímac, lugar donde los negros e indígenas comerciaban.
Conocido como el "apóstol de los indios y negros", De Castillo tenía a su cargo la Capilla de Nuestra Señora de los Desamparados, a espaldas de la casa de Gobierno, donde predicó por primera vez durante tres horas el Viernes Santo de 1660, comparando el sufrimiento de Cristo con el de los esclavos.
Este sermón dio origen a la tradición religiosa del Sermón de las tres horas o Sermón de las siete palabras, que con el transcurrir de los años se extendió por el país y luego pasó a otras naciones de América y Europa.
Aunque el templo de los Desamparados fue demolido en 1938 para dar cabida a la ampliación del Palacio de Gobierno, la llamada "Cruz del Baratillo", que el padre del Castillo utilizaba en su prédica, se conserva junto a su tumba a la entrada de la iglesia de San Pedro de Lima.
El prolongado sermón es una prueba de fortaleza para quienes lo pronuncian y la historia peruana recuerda el caso del sacerdote Carlos Martínez, quien durante el Viernes Santo de 1928 murió en la iglesia de San Pedro tras pronunciar las palabras: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".
Martínez falleció agotado por el esfuerzo de haber pasado horas hablando casi a gritos para ser escuchado por la multitud de personas que había acudido al templo.
Tradicional en todo el mundo católico, el Sermón de las tres horas se desarrolla entre el mediodía y las tres de la tarde, con la intención de reflexionar sobre las siete palabras que pronunció Cristo durante su crucifixión. (Lima, EFE).

http://www.larepublica.pe/21-03-2008/sermon-de-las-tres-horas-un-ritual-peruano-que-conquisto-el-mundo-catolico

Padre del Castillo - Sacerdote jesuita



El Sermón de las Tres Horas, es PERUANO
Poria ser el primer sacerdote peruano en llegar a los altares.
Llegando al Miércoles de Ceniza y al final de las fiestas de Carnaval, es donde se inician los preparativos para la Semana Santa, es el primer día de la Cuaresma en el calendario católico, protestante, y anglicano. Una de las actuaciones más representativas de esta conmemoración es El Sermón de las Tres Horas, el que nació en el Perú. El iniciador de esta costumbre fue el sacerdote Jesuita Francisco del Castillo, nacido en Lima el 9 de febrero de 1615 y bautizado en la Parroquia del Sagrario de la Catedral de Lima, un 23 de febrero de 1615. En diciembre de 1632 ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús y dos años y un mes después, en enero 1635, realizó sus primeros votos religiosos; en abril de 1642 Francisco del Castillo recibió su ordenación sacerdotal y celebró su primera misa, realizando sus votos finales en la Compañía de Jesús el 6 de febrero de 1650.
Diariamente el sacerdote tenía que cruzar el río Rímac para enseñar catequesis en la parroquia de San Lázaro pasaba por el mercado del Baratillo que se encontraba la Plaza del mismo nombre; lugar donde negros e indígenas hacían sus compras; ubicado en el Barrio I del Cuartel V de Lima, (hoy, cuadra 2 del jirón Casma, en el barrio del Rímac). Allí empezó su predicación callejera en marzo de 1648, dedicado a llevar la palabra de Dios a los pobres en las calles, la mayoría de ellos quechuahablantes, y hacer colectas para procurarles alimento, obra que continuó hasta el día de su muerte, el 12 de abril de 1673. Era reconocido como el Apóstol de los indios y negros y por su cerrada defensa de sus derechos como seres humanos.
En 1659 Francisco del Castillo tomó a su cargo la Capilla de Nuestra Señora de los Desamparados y el Viernes Santo de 1660, al evocar el dolor de Cristo y compararlo con el sufrimiento de los esclavos e indígenas de la época colonial peruana, se extendió durante tres horas en una predica o sermón frente a la efigie del Señor de la Agonía. Lamentablemente esta iglesia ya no existe, fue demolida en 1938 para dar paso al edificio y jardines de la residencia de Palacio de Gobierno. Hoy la efigie se luce en la nueva Iglesia de los Desamparados en el barrio limeño de Breña.
El Jueves Santo, es el último día de la Cuaresma. Es un día especial para el pueblo cristiano, es el día en que Jesús, durante la cena de despedida o Última Cena, instituye la Sagrada Eucaristía, da la gran lección del humilde servicio lavando los pies a sus apóstoles, y los ordena como sacerdotes. Los católicos también realizan el recorrido por 7 templos recordando los siete recorridos que hizo Jesús desde el Jueves Santo hasta el Calvario,
El Viernes Santo o el Día del Vía Crucis, en este día, por una tradición muy antigua no hay misa y las imágenes en general están cubiertas, pero sí liturgia: tanto el oficio divino, como la celebración de la Pasión del Señor. También es día de ayuno y abstinencia obligatorio. El padre Francisco del Castillo fue el iniciador de esta tradición religiosa, así nació el Sermón de las Tres Horas, también conocido como el Sermón de las Siete Palabras, que se extendió con rapidez al resto del país, luego en las Américas y Europa, y así, en todo el mundo católico.
El Sermón de las Tres Horas es peruano, predicación que se extiende entre las doce del mediodía y las tres de la tarde, del Viernes Santo, en recuerdo del lapso transcurrido, según las escrituras, entre la crucifixión y la muerte de Jesús en el monte Calvario.
Las prédicas de Del Castillo no han sido recogidas en ningún libro, pero su recuerdo perdura como el iniciador del Sermón de las Tres Horas, una de las tradiciones de la Semana Santa, es decir el tiempo del apresamiento, juicio, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Gran devoto de Nuestra Señora de los Desamparados, era el Virrey Pedro Antonio Fernández de Castro y Andrade, X Conde de Lemos, y decimonoveno Virrey del Perú; de quien cuentan sus biógrafos era un hombre muy piadoso, y se dice que barría el templo y hasta tocaba el órgano en las misas. Bajo su mandato y auspicio, reformó la ermita inicial a cargo de su confesor y compadre, el Padre Del Castillo, quien era padrino de uno de sus hijos, un niño, Francisco Ignacio, nacido el 12 de abril 1672 y bautizado el 21 del mismo mes.
El Virrey inició las reformas de un nuevo templo en 1669; el mismo seleccionaba los materiales de construcción, visitaba diariamente la obra y hasta trabajaba como albañil, e inauguró el templo el 30 de Enero de 1672. El Virrey Conde de Lemos, falleció el 6 de diciembre de ese mismo año, su cuerpo fue sepultado en la Iglesia de San Pedro, entonces llamada de San Pablo, y su corazón depositado, a su pedido, a los pies de Nuestra Señora de los Desamparados, en la iglesia situada a espaldas de su residencia virreinal. Cuando la Iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados fue demolida en 1938, el corazón del Conde de Lemos fue llevado a la Iglesia de San Pedro y colocado en una urna entre los altares de San Francisco de Borja y San Luis Gonzaga. La "Cruz del Baratillo", utilizada por el Padre del Castillo en sus predicaciones, se conserva junto a su tumba en la entrada de la iglesia de San Pedro de Lima.
Gabriela Lavarello de Velaochaga –- Lima-Perú, febrero 2008.
 
Padre perdonales porque no saben lo que hacen
Primera palabra de Jesus
Subido el 25/04/2011
Monseñor Octavio Casaverde, Vicario General de la Arquidiócesis, predicó la primera palabra de Jesús en la Cruz: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen", recordando la importancia de aprender a perdonar, dejando de lado los rencores y resentimientos. Desde la Catedral de Lima a una cuadra de la antigua Estacion de los Desamparados.

Todo está consumado
Séptima Palabra de Jesus
 
Subido el 06/04/2012

Durante el tradicional Sermón de las Siete Palabras, el Cardenal Juan Luis Cipriani tuvo a su cargo la Séptima Palabra de Cristo en la Cruz "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu", animando a los fieles a vivir el valor de la verdad, la justicia y la humildad.

Video Arzobispado de Lima