Palabras del Card. ANGELO SODANO
Decano del Colegio Cardenalicio
Sala del Consistorio del Palacio Apostólica
Lunes 11 de febrero de 2013
¡Santidad, amado y venerado sucesor de Pedro, como un rayo caído del cielo, ha resonado en esta aula su emocionado su mensaje! Lo hemos escuchado con una sensación de asombro, casi con incredulidad. En sus palabras hemos percibido el gran afecto que desde siempre siente hacia a la Santa Iglesia de Dios, hacia esta Iglesia que Usted ama tanto. Ahora permítame decirle, en nombre de este Cenáculo apostólico, el Colegio de Cardenales, en nombre de sus queridos colaboradores, que estamos más que nunca, aún cerca de usted, así como lo hemos estado en estos luminosos ocho años de su pontificado. El 19 de abril de 2005, si bien recuerdo, al final del Cónclave, le pregunté, con voz emocionada yo también "¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?", Y usted no tardó, aun con trepidación, en responder, diciendo que aceptaba, confiando en la gracia del Señor y en la maternal intercesión de María, Madre de la Iglesia. Al igual que María, ese día usted dijo su "Sí" y comenzó su luminoso pontificado, en el surco de la continuidad, de esa continuidad, de la que usted tanto ha hablado de la historia de la Iglesia, en la estela de continuidad con sus 265 predecesores en la cátedra de Pedro, siguiendo las huellas de 2 mil años de historia, desde el apóstol Pedro, el humilde pescador de Galilea, hasta los grandes Papas del siglo pasado, desde San Pío X al Beato Juan Pablo II.
Santo Padre, antes del 28 de febrero, como usted ha dicho, el día en el que desea poner fin a su servicio pontifical, cumplido con tanto amor y con tanta humildad, antes del 28 de febrero, tendremos la oportunidad de expresarle mejor nuestros sentimientos. Así harán también tantos pastores y fieles de todo el mundo, así como tantas personas de buena voluntad, junto con las autoridades de numerosos países.
Además, en este mes tendremos todavía la alegría de escuchar su voz de pastor, ya el próximo día miércoles de ceniza, luego el jueves con el clero de Roma, en los Ángelus de estos domingos y en las audiencias de los miércoles. Así que habrá muchas oportunidades todavía para oír su voz de Padre. Pero su misión continuará. Usted ha dicho que siempre estará cerca de nosotros con su testimonio y su oración. ¡Claro que sí, las estrellas en el cielo siempre siguen brillando y así brillará siempre en medio de nosotros la estrella de su pontificado ¡Estamos cerca de usted, Padre Santo, Bendíganos!
Santo Padre, antes del 28 de febrero, como usted ha dicho, el día en el que desea poner fin a su servicio pontifical, cumplido con tanto amor y con tanta humildad, antes del 28 de febrero, tendremos la oportunidad de expresarle mejor nuestros sentimientos. Así harán también tantos pastores y fieles de todo el mundo, así como tantas personas de buena voluntad, junto con las autoridades de numerosos países.
Además, en este mes tendremos todavía la alegría de escuchar su voz de pastor, ya el próximo día miércoles de ceniza, luego el jueves con el clero de Roma, en los Ángelus de estos domingos y en las audiencias de los miércoles. Así que habrá muchas oportunidades todavía para oír su voz de Padre. Pero su misión continuará. Usted ha dicho que siempre estará cerca de nosotros con su testimonio y su oración. ¡Claro que sí, las estrellas en el cielo siempre siguen brillando y así brillará siempre en medio de nosotros la estrella de su pontificado ¡Estamos cerca de usted, Padre Santo, Bendíganos!