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domingo, 2 de septiembre de 2012

Fallece Cardenal Carlo Maria Martini SJ


Con el Padre:
fallece el Cardenal Carlo María Martini, SJ
El viernes 31 de agosto ha fallecido, a los 85 años de edad, el Cardenal Carlo María Martini SJ, biblista, Arzobispo Emérito de Milán y gran figura de la Iglesia Católica en la sociedad contemporánea. Estos últimos años, el Cardenal Martini cuidaba su salud en la enfermería jesuita de Gallarate, Italia, luego de años de servicio a la Iglesia y al conocimiento de las Escrituras.

Desde el Perú, país que visitó hace algunos años, oramos por su descanso y por la fecundidad de su magisterio, marcado por su fidelidad al Evangelio, por su amor a la Iglesia y por su gran humanidad.

http://jesuitas.pe/noticia.php?id=1012


Se agrava la salud de Carlo María Martini, arzobispo de Milán durante más de 20 años





31 de agosto, 2012. (Romereports.com) La salud del cardenal Carlo María Martini es cada vez más frágil. El que fuera obispo de Milán desde 1979 hasta 2002 ha sufrido durante estos últimos días un agravamiento de su cuadro médico.

El actual arzobispo de Milán, Angelo Scola, ha pedido a los católicos que recen por Martini para mostrarle su especial afecto y cercanía en este delicado momento.

Martini nació en Torino en 1927. Junto a su trabajo pastoral en Milán ha desplegado una amplia labor académica como investigador de la Biblia. Fue rector durante muchos años de la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma.

Desde hace años el cardenal Martini sufre la enfermedad de Parkinson. En junio durante el encuentro de las familias en Milán Benedicto XVI pudo reunirse con él en el arzobispado.

RC -RR - -BN
 

Cardenal Martini : Voz profética que se apaga

 
Dicen que pudo haber sido el primer Papa Jesuita. Según señalan los entendidos en el cónclave del 2005 tras la muerte de Juan Pablo II los cardenales electores estaban divididos entre Martini y Ratzinger. Dicen también que era el rostro visible del sector más progresista de la Iglesia. Ya en 1999 durante el Sínodo de Obispos de Europa su pedido de una mayor colegialidad universal para desatar algunos nudos doctrinales y disciplinarios fue entendido como un deseo de que se convoque a un nuevo concilio. Hoy el Cardenal Jesuita Carlo Maria Martini nos ha dejado y la Iglesia está de luto porque una voz profética en su interior se ha apagado.

Martini fue nombrado Arzobispo de Milán, la diócesis más grande e importante de Italia, en 1979 y fue creado Cardenal en 1983. En una realidad eclesial en la que los vientos de apertura del Concilio Vaticano II fueron frenados en algunos sectores, Martini nunca se quedó callado. Martini siempre vivió esta antigua máxima latina “En la duda, libertad; en lo fundamental, unidad; en todo, caridad”. Martini nunca entendió la unidad en la Iglesia como silencio o sumisión. La unidad debía darse en lo fundamental, en los temas de fe. Pero en aquellos temas de disciplina y éticos en los que se podía discutir y opinar, el Cardenal Jesuita hablaba con toda libertad.


Biblista de formación, con libros que se han vendido por millares en el mundo entero, Martini siempre buscó acercar a la gente a la Palabra del Evangelio. En Milán organizó diversos espacios de formación y de compartir para que los cristianos se acerquen al texto bíblico. Buscó siempre ser fiel al Jesucristo que nos muestra el Evangelio. Y apoyado en esa fidelidad, siempre fue abierto en sus opiniones. El sostenía que había diversos temas de orden disciplinario, ético y litúrgico sobre los que se tenía que discutir en la Iglesia, como la ordenación de hombres casados bajo algunas circunstancias, la ordenación de mujeres cómo diáconos y permitir la comunión a los divorciados vueltos a casar, así como la homosexualidad, el uso de los preservativos, las investigaciones genéticas. Todos temas discutibles, pero frente a los cuales Martini siempre se situó con apertura. Estudioso de la Palabra de Dios, era un hombre que creía en el uso de la palabra para debatir, para dialogar.

Una voz profética se ha apagado. Y no ha habido muchas en los últimos tiempos. Martini era un hombre culto, que podía discutir en el mismo nivel con estudiosos de bioética y de lingüística. Era un hombre espiritual, que siempre encontraba tiempo para dar y acompañar Ejercicios Espirituales. Fiel seguidor de Ignacio de Loyola era un hombre de discernimiento que se apoyaba en su estudio de la Biblia para comunicar a otros lo de Dios. No temía llamar las cosas por su nombre. Frente al permiso de la Santa Sede para celebrar la misa de San Pío V, él no dudo en decir que admiraba la benevolencia del Papa, pero que él no estaba dispuesto a celebrar la misa en latín porque era contraproducente pastoralmente para la unidad de los creyentes.

Hombre admirable, lleno de Dios, culto e informado, y sobre todo libre. La Iglesia entendida como Pueblo de Dios, lo va a extrañar. La falta de su voz profética se hará sentir. Nos queda confiar que el Espíritu que suscitó una voz tan fuerte y tan clara como la de Martini, pueda seguir suscitando voces proféticas en nuestro mundo. 
 
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