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domingo, 26 de agosto de 2012

¿Qué son los Ejercicios Espirituales?


¿Qué son los Ejercicios Espirituales?

Una forma metódica de disponerse enteramente a la acción del Espíritu, que nos transforma y ayuda, para liberar el corazón de todo deseo desordenado y para buscar y realizar la voluntad de Dios sobre la propia vida. Es un método que nace de la experiencia de san Ignacio de Loyola, que desde el siglo XVI han ayudado a innumerables hombres y mujeres en su búsqueda de Dios. De ahí el hablar de espiritualidad ignaciana, es decir, la manera de comprender a Dios, el evangelio y nuestro lugar en el mundo, que se enraíza en ese recorrido primero de san Ignacio.
 
La vida interior también hay que trabajarla. Los Ejercicios Espirituales son como unas tablas de gimnasia espirituales que ayudan a exponernos a la acción inmediata de Dios y a asumir su llamada a vivir la plenitud de vida que nos ofrece. Siguen un proceso metódico y progresivo que se acomoda a lo que cada individuo va experimentando, con la ayuda de un guía personal (acompañante) que a modo de entrenador asegura su recta aplicación y su correspondiente adecuación.
 
Hay diversos niveles de intensidad, que tienen que ver con la capacidad de cada persona y su disponibilidad. Los Ejercicios completos se practican durante un mes entero, retirándose de lo cotidiano, y en silencio. Se hacen en momentos importantes, cuando hay que tomar grandes decisiones o revisar la propia vida a fondo. Los que no cuentan con la posibilidad de desvincularse de sus compromisos durante un mes, si son muy disciplinados y comprometidos, los pueden hacer en el curso de su vida ordinaria durante un año, reservando un tiempo diario para ello. Hay otras posibilidades de hacerlo en tandas más reducidas, en menos tiempo, y es una ayuda importante para ir dejando que el evangelio ilumine la vida y ayude a ordenarla en los quehaceres de cada día.
 
¿Para qué hacer Ejercicios Espirituales?
 
Los Ejercicios quieren ser una ayuda para tomarse el Evangelio de Jesucristo en serio. Para romper las ataduras de nuestro corazón que nos impiden ser verdaderamente libres para amar. Para percibir el modo concreto en que Dios nos invita a construir el Reino y a servir a nuestros hermanos como fieles miembros de su Iglesia. Para no contentarnos con una vida mediocre, a medio gas, de horizontes alicortos, y para aprovechar nuestro tiempo y nuestra vida de la mejor manera posible. Para no quedarnos en las ideas, en las meras nociones, en los planteamientos ideológicos, sino perseguir una verdad que se verifica en una experiencia saboreada, gozosa y estimulante. Finalmente para poder entender, no sólo desde la cabeza, sino sobre todo desde el corazón, lo que quiere decir el Apóstol cuando exclama: ¡Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí! Esta vida en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Gal 2, 20)
 
¿Quién da más?
 
¿Quién puede hacer Ejercicios Espirituales?
 
Los Ejercicios Espirituales no son para gente buena, que además se lo sabe, y no siente el aguijón de un “más”. No son para espíritus conformistas, ni para aquellos que lo quieren todo sin renunciar a nada. Son para gente capaz de poner en juego lo que tiene para perseguir lo que ama, con un talante emprendedor y arriesgado en correspondencia con una apuesta existencial de gran calado. Gente sedienta de conversión profunda porque sabe que necesita algo más y algo distinto, o está atravesada por la búsqueda y el anhelo de lo que Jesucristo promete a sus amigos y amigas.
 
Los Ejercicios requieren de la persona cierta estabilidad emocional, disposición a un compromiso estable y continuado, y capacidad para una cierta interiorización.
 
¿Cómo se hacen?
 
Poniendo toda la carne en el asador. O bien en un mes de retiro, o a lo largo de un año en la vida diaria, con una tarea mínima que requiere hora y media de dedicación, sumando los tiempos de oración con los exámenes. También en tandas de menor duración (de ocho días, cinco… u otras propuestas), dependiendo de la disponibilidad y lo que uno busca y necesita en la vida.
 
Son básicamente Ejercicios de oración personal, de unidades de tiempo reservadas exclusivamente para la intimidad con Dios. Y se sirven también de todo aquello que la Iglesia emplea para asegurar la transformación del hombre en Cristo: gustar la Palabra de Dios, examen de la propia vida, ascesis, guía espiritual, vida sacramental y litúrgica, desbordamiento del servicio, realimentación con lecturas adecuadas del paradigma enamorado del seguimiento de Cristo. Esas experiencias afectan a todo lo que uno siente, proyecta y realiza a lo largo del proceso, con una lectura permanente de lo que el Señor quiere comunicarnos a través de lo que experimentamos.
 
 
Si estás interesado en hacer los Ejercicios Espirituales, y quieres saber dónde y cuándo se están ofreciendo, haz click en el siguiente enlace: http://www.parroquiafatima.org/es/ejercicios-espirituales/informacion