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domingo, 25 de septiembre de 2011

Homilia del domingo XXVI T.O. - A


Mejor pequeños gestos de amor, que grandes palabras de amor.


¿VAS CAMINO AL REINO? SÍ o NO
Escrito por: Padre Javier San Martin sj
Comentario al DOMINGO XXVI del T. O. - A
Mateo 21, 28 al 32
25 DE SEPTIEMBRE 2011

Estimados amigos, hoy la Iglesia celebra el Domingo vigésimo sexto del Tiempo Ordinario. El Señor nos hace reflexionar a través de una parábola, sobre un punto de gran trascendencia en nuestra vida: ¿quiénes son los que están verdaderamente en camino hacia el Reino de los Cielos?. Y en este punto, hay verdaderas sorpresas.


Porque, muchos que dijeron SÍ a seguir por la senda que el Señor Jesús le presentaba, renunciaron y recorrieron otros caminos diversos a los del Evangelio. En cambio, otros que dijeron NO, este camino del evangelio no es para mí, sin embargo, empezaron a andar por los caminos del Evangelio.
Esto lo grafica Jesús en aquel hombre de la parábola que pidió a uno de sus hijos: “Hijo, hoy tienes que ir a trabajar en la viña”, y él le respondió: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue. Y Luego se acercó al otro y le mandó lo mismo, y este respondió: “Ya voy, señor.” Pero no fue.
Sí, hay gente que rápidamente se entusiasma. Conozco a muchos que dieron el paso y se comprometieron con el Señor, incluso dejaron todo, su casa, su familia, bienes, posesiones. Pero conforme fueron avanzando en la vida de compromiso, se sintieron atraídos por las cosas a las que renunciaron, se entusiasmaron por otros valores e ideales, y cambiaron de ruta. Esta gente es la que va saltando de camino en camino, sin llegar a ninguna meta. En cambio, vemos tanta gente, que no han querido renunciar a las atracciones y dulzuras del mundo, sin embargo, en algún momento han vuelto el rostro a Jesús y han seguido por el camino que El les ofrecía, de renuncia, y de amor.
Estos cambios, que todos experimentamos, ¿a qué se deben? Normalmente, a que las decisiones importantes las hemos hecho según la ley del gusto y del disgusto. Hago esto porque me satisface, no lo hago porque no me gusta. Y este criterio de elección y acción es nada recomendable. El Señor dijo a los que escuchaban la parábola:
“Ahora bien, ¿cuál de los dos hizo lo que quería el Padre?»
Es decir, el criterio de decisión que Jesús plantea, no es el del gusto personal, sino lo que al Padre le gusta. Y estamos convencidos, que Dios escoge para nosotros lo que más nos conviene y nos agrada. El que escoge un camino porque ha visto que es este la voluntad de Dios, caminará con el motor del amor que le mueve hacer todo por agradar a Dios y tendrá siempre su apoyo.
Siento que aquí esta el punto central de la cuestión. Todo depende de la manera en que uno toma las decisiones en la vida. Se nos presentan dos alternativas: por amor o por egoísmo. Si tomamos nuestros caminos porque nos satisface, porque, como dicen los jóvenes, nos vacila, estaremos de flor en flor, tratando de tomar el polen de una y de otra. A mí me ha ocurrido esto tantas veces. Quería ser yo misma el timonel de mi vida y que nadie se metiera en mis decisiones. Pero hoy, me doy cuenta que esto no satisface. Hoy he visto la mirada del Padre que me invita a un nuevo estilo de vida. Quiero, desde hoy, hacer en todo la voluntad del Padre, que hoy me invita a ir a su viña.
Y por eso esta parábola es sorprendente, porque revela que muchos que dijeron SI, pero lo dijeron por egoísmo, nunca llegarán al Reino. Mientras otros, que dijeron NO, pero que querían amar, esos sí llegarán. Y por eso, el Señor concluye la parábola de una manera sorprendente:
“En verdad se lo digo: en el camino hacia el Reino de los Cielos, los publicanos y las prostitutas andan mejor que ustedes”.
Esto nos hace vislumbrar el misterio del reino: los que considerábamos seguros, tal vez nunca llegarán. En cambio, los que nos parecían indignos, tal vez ocupen los primeros puestos.
Ante esto solo me sale una súplica, Señor: estoy empezando a conocerte, y estoy empezando a descubrir tu sombra en mi vida, haz Señor, que empiece a tomar en serio tu voluntad. Hoy he aprendido que una vida vale, si la hacemos por amor a ti y no por egoísmo. Y ante este gran regalo que me has dado, brota de mi corazón una sola palabra: gracias, gracias por todo Señor.


Pero lo más importante es
Y bien amigos, así terminamos esta breve reflexión sobre el evangelio de este Domingo.
Pero ahora viene lo más importante: tu encuentro con el Señor Jesús.
Toma el evangelio en tus manos, San Mateo, Capítulo 21, versículos del 28 al 32, y trata de sentir lo que el Señor te quiere decir.
Quédate a solas con el Señor. Cuenta con nuestras oraciones. Y te agradecemos muy sinceramente el haber estado con nosotros,
Y nos despedimos ¡Hasta el próximo domingo!.
http://faculty.shc.edu/jsanmartin/2011/09/23