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sábado, 16 de julio de 2011

Homilia al Domingo XVI del T.O. - A

Quita nuestras zarzas y planta nuestras raíces en ti


¿Por Qué Existe el Mal?
Escrito por: padre Javier San Martin sj
Comentario al Domingo XVI del T.O. - “A”
Mateo 13, 24 al 30,.
17 de julio, 2011


Estimados amigos, bienvenidos a nuestra cita dominical.
El Reino de los Cielos es una verdadera aventura. Porque mientras uno trabaja y se esfuerza para que se haga realidad este proyecto de Dios, al mismo tiempo, hay otras fuerzas, contrarias al proyecto, que también actúan y trabajan. Uno podría pensar que la fuerza de Dios es tal, que impide la acción de las fuerzas contrarias.
Sin embargo, en este proyecto de transformación del mundo en el Reino de Dios, por razones misteriosas, vemos que no se excluye la acción del enemigo. Y esto es lo que Jesús, sentado un día con sus discípulos, les enseñaba, con otras de sus magistrales parábolas:



“Aquí tienen una
figura del Reino de
los Cielos, les decía,
Un hombre sembró
buena semilla en su campo,
pero mientras la gente
estaba durmiendo,
vino su enemigo,
sembró malas hierbas
en medio del trigo,
y se fue.”





De hecho, se preguntarían los discípulos, ¿de dónde vino el enemigo? ¿por qué el dueño se puso a dormir, dejando campo libre al enemigo?
Eso mismo es lo que yo me pregunto en mi vida personal: ¿por qué sin yo querer, ni buscarlo, aparece el mal en mi vida? Porque debo decir, que mis intenciones son siempre buenas, tanto para mi vida personal como para con las otras personas. Pero con qué frecuencia, al revisar lo que he hecho, me doy cuenta que hice lo que no quería. Respondí al hermano con dureza, me dejé llevar por la ira, ó por el ocio, permití pensamientos en contra de la gente que me cae mal,… en fin, tantas cosas que no quisiera hacer pero que las hago igualmente. Yo me pregunto: ¿en qué momento el enemigo entró en mí y sembró la mala semilla? ¿Y qué puedo hacer ahora?
De hecho, uno de los misterios que encontramos en el corazón del hombre es la presencia del mal mezclada con buenos deseos. Y eso es lo que Jesús les explica a los discípulos:
“Cuando el trigo creció y empezó a echar espigas, apareció también la maleza.
Esta es una situación muy real pero que no aceptamos porque quisiéramos que todo nuestro interior esté lleno de cosas buenas, pero vemos que no es así. Ante esto ¿qué hacer? Jesús continua la parábola diciendo:
“Entonces los trabajadores fueron a decirle al patrón: «Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, viene esa maleza?» Respondió el patrón: «Eso es obra de un enemigo.»
Y quién es este enemigo? ¿Y porqué se le permite a este enemigo que influya en mi manera de actuar? Esto me hace comprender que no me debo preocupar tanto por las acciones malas que veo en mI, como por el enemigo que actúa en mi. Hay un enemigo que esta sembrando la mala semilla en mi corazón. Siento que esta es una de las cosas más difíciles de nuestra vida, aceptar que hay un enemigo que constantemente nos está empujando hacia las malas acciones. Yo no quiero hacerlas, pero reconozco que muchas veces es tan fuerte la tentación que puedo caer en ella. Y en estos momentos, me sale el gritar: Señor, ¿Dónde estas? ¿Por qué dejas que actúe el mal y no lo arrancas de mi vida?
Esto fue precisamente lo que los obreros le pidieron al patrón de la finca:
«¿Quieres que arranquemos la maleza?» pero él les respondió: «No, porque al quitar la maleza, podrían arrancar también el trigo. Déjenlos crecer juntos hasta la hora de la cosecha. Entonces diré a los segadores: Corten primero la mala hierba, hagan fardos y arrójenla al fuego. Después cosechen el trigo y guárdenlo en mis bodegas.»
Esta respuesta podría causar temor y hasta angustia en muchos. Ver que el mal y el bien crecerán juntos. Pero la advertencia de Jesús es clara. Llegará el momento en que el mal que parecía brillar, triunfar, será arrojado al fuego. Y el bien, que sufrió tanto para crecer en medio del agobio del mal, irá a los graneros eternos en donde esta Dios. Un misterio, por cierto, no fácil de entender, pero que revela la verdad sobre el proyecto de Dios.
Sí, es un verdadero misterio para mí, nada fácil de entender. Pero vislumbro que muchas de las cosas que parecían atractivas en este mundo, interesantes, irán al fuego eterno. Como, la venganza, la envidia, el egoísmo. Y otras que parecían no tener valor y para nada atractivas, nos darán la felicidad eterna. Como la amistad desinteresada, la pobreza, la castidad, el altruismo…. Por eso Señor, en esta confusión, solo quiero pedirte que me ayudes, para que las semillas buenas que tu sembraste en cada vida crezcan a pesar de tanta maleza que nos circunda.
Pero ahora lo más importante es
Y bien amigos, así terminamos nuestra cita dominical. Pero ahora viene lo más importante.
Toma el evangelio en tus manos, San Mateo, Capítulo 13, versículo 24 al 30, y trata de sentir lo que el mismo Señor Jesús te quiere decir.
Quédate, pues, ahora, a solas con el Señor.
Quiénes hablan: Cecilia Mutual y Javier San Martín
Los esperamos el próximo domingo!

http://faculty.shc.edu/jsanmartin/2011/07/14/%c2%bfpor-que-existe-el-mal/

Otro:
Al ir al texto evangélico al que aquí se nos invita, resulta que San Mateo, que estaba allí presente cuando exponía el Señor esta parábola en concreto, precisó la palabra CIZAÑA en el sembrado traicionero del taimado enemigo personal del Señor; no utilizó el vocablo genérico maleza, de malas hierbas sin más. Se va uno al diccionario y encuentra lo siguiente: “(De latín cizania y éste a su vez del griego cizania plural de cizanion): Planta anual de la familia de las gramíneas cuyas cañas crecen más de 1 metro, con hojas estrechas de 20 cms de largo y flores en espigas terminales comprimidas, con aristas agudas. Se cría espontáneamente en los sembrados y la harina de su semilla es venenosa.”
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¡Ah. no es una casualidad el vocablo, no es una maleza parásita sin más. La harina de su grano es ¡VENENOSA! Se trata de que espontáneamente o de propósito hay siembra de veneno donde brota esta gramínea, es decir que sus frutos son granos como los cereales trigo, cebada, avena, pero VENENOSOS. Por algo el pan ácimo que el SACERDOTE de Jesucristo consagra en nuestras Santas Misas está hecho a partir de la molienda del nutritivo grano de trigo convertido en harina y luego hecha masa sin fermentar.
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