¿Cómo ayudar a Japón?
16 de marzo, 2011. Mientras el mundo ve cómo Japón trata de sobreponerse al terremoto y al tsunami que azoló el país, muchas organizaciones de ayuda humanitaria están reuniendo recursos para ofrecer ayuda.
EL PAPA MUESTRA SU CERCANÍA A JAPÓN TRAS EL TERREMOTO
La Iglesia promete su ayuda a las víctimas
CIUDAD DEL VATICANO/TOKIO, viernes 11 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI expresó su "profunda tristeza" por los "trágicos efectos" del terremoto que ha sacudido Japón en las últimas horas, así como su cercanía en "este momento difícil".
Lo hizo en un telegrama enviado al presidente de la Conferencia Episcopal de Japón, monseñor Leo Ikenaga, a través del secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone.
En él, el Pontífice expresa su "profunda tristeza por los repentinos y trágicos efectos del gran terremoto y los consiguientes tsunamis que han afectado a las costas del nordeste de Japón".
El Papa "asegura a todos los que se han visto afectados su cercanía en este momento difícil", reza "por los que han muerto, e invoca las bendiciones divinas de la fortaleza y el consuelo sobre sus atribuladas familias y amigos".
Por último, expresa su "solidaridad en la oración a todos los que están proporcionando rescate, auxilio y apoyo a las víctimas de este desastre".
La Iglesia en Japón ha prometido su ayuda a las víctimas del terremoto de magnitud 8.9 (escala de Richter) que ha sacudido hoy la costa oriental del país.
El seísmo, uno de los más grandes registrados nunca en Japón, tuvo lugar por la tarde (hora local) a 80 millas de la costa de Sendai, al norte de Tokio, y provocó un tsunami de casi 10 metros que barrió todo a su paso, incluyendo casas, infraestructura, barcos, coches y granjas.
"Un tsunami ha golpeado a nuestro pueblo" dijo el padre Koichi Otaki, sacerdote japonés y canciller de la diócesis de Niigata, a la agencia Fides. "Un maremoto ha venido a sobrepasar nuestras vidas. Estamos aún en estado de shock por lo que ha ocurrido".
"El tsunami nos recuerda la precariedad de la vida. La solidaridad y asistencia a las víctimas será ciertamente nuestro compromiso cuaresmal", añadió.
Por otro lado, varios jesuitas españoles han sido testigos directos del terremoto. Según el padre Manuel Silgo, al que lograba hoy contactar en Tokio la agencia española Servimedia, no es ni mucho menos el primer terremoto que vive en Japón, ya que lleva 48 años allí, pero "sí el más fuerte, el más largo. Aunque lo peor se está viviendo en el norte".
Ayudas
El presidente de Cáritas Japón, monseñor Isao Kikuchi de Niigata, ha asegurado que "la comunidad católica japonesa, aunque muy pequeña, no desistirá en su compromiso y solidaridad con las víctimas".
El Prelado del Opus Dei pide oraciones por Japón
Reproducimos una palabras de Mons. Javier Echevarría, que en estos días está haciendo un curso de retiro espiritual, sobre el trágico seísmo en Japón.
16 de marzo de 2011
Desde que recibí la primera noticia del terremoto en la queridísima tierra de Japón, el viernes de la semana pasada a primera hora, no he cesado de rezar y de pedir oraciones por los habitantes de aquel país, uniéndome de corazón al dolor de todas las familias y de cada persona, participando en la pena que lleva consigo esta desgracia.
He ofrecido sufragios por las víctimas, rogando también al Señor que ellas intercedan para que sea mínimo el número de fallecidos y para que se pueda prestar toda la asistencia espiritual y humana a quienes lo necesiten. Me siento totalmente unido, con los fieles de la Prelatura del Opus Dei, a los trabajos que se están llevando a cabo para auxiliar a todas las personas y familias que lo necesiten. Por eso, he pedido a los hombres y a las mujeres de la Prelatura que se encuentran en esa tierra que, bien unidos a sus conciudadanos,además de rezar y de ofrecer sacrificios por la situación actual, no dejen de colaborar en la medida que esté a su alcance en todas las actividades para acudir en auxilio de quienes se encuentren afectados por el seísmo.
Estoy especialmente muy unido, como los demás fieles de la Prelatura, a las plegarias del Santo Padre y a cuanto hayan dispuesto los Obispos de Japón, también para que todo el pueblo de ese país entienda de una manera más inmediata que la Iglesia Católica participa y quiere ayudar en todo lo que afecta al pueblo japonés.